Capítulo 10: ''Caminos entrelazados''

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Los días posteriores a la cena mágica fueron un torbellino de emociones para Nami y Luffy. Aunque ambos sentían una conexión más profunda, el día a día se llenaba de pequeñas confusiones y risas nerviosas. Era difícil para ellos adaptarse a esta nueva dinámica, pero en el fondo, sabían que había algo especial floreciendo.

Una tarde, mientras caminaban juntos por la ciudad, Luffy decidió romper el hielo.

—Oye, Nami, ¿quieres ir a la feria el fin de semana?—preguntó, con su característico entusiasmo.

Nami, que se encontraba revisando algunas cosas en su teléfono, levantó la vista y sonrió.

—¿La feria? Suena divertido. ¿Vas a ganar un montón de premios como siempre?—bromeó, recordando cómo Luffy siempre lograba obtener el juguete más grande.

—¡Por supuesto! Pero esta vez, quiero ganar un premio especial para ti—respondió Luffy, sintiéndose un poco sonrojado.

Nami sintió mariposas en el estómago. Aquel gesto significaba más de lo que Luffy podría imaginar. Decidió que debía hacer algo para corresponder su esfuerzo.

—Está bien, pero solo si me prometes que no te vas a perder en las atracciones esta vez—dijo Nami, intentando mantener un tono ligero.

—¡Prometido!—exclamó Luffy, levantando su mano en señal de juramento.

Mientras la conversación fluía, Nami no pudo evitar recordar el beso que compartieron. Era un momento que nunca se borraría de su mente. Cada vez que se encontraban, sentía que la conexión entre ellos se volvía más fuerte.

Finalmente, llegó el día de la feria. El aire estaba impregnado de risas, música y el aroma irresistible de la comida frita. Luffy y Nami se sumergieron en el bullicio, disfrutando de cada instante.

—¡Mira!—gritó Luffy, apuntando hacia una atracción gigante—. ¡Vamos allá!

—¿La montaña rusa? ¿Estás seguro?—preguntó Nami, sintiendo una mezcla de emoción y nervios.

—¡Vamos! No te preocupes, ¡será increíble!—respondió Luffy, tomando su mano y tirando de ella.

A medida que se acercaban a la atracción, la adrenalina aumentaba. Luffy parecía estar en su elemento, riendo y saltando, mientras Nami se dejaba llevar por su energía.

Después de varias vueltas en atracciones, juegos y dulces, llegó el momento que Luffy había estado esperando.

—¡Es hora de ganar ese premio especial!—dijo, mirando un stand de peluches gigantes que adornaban la feria.

Se acercaron al lugar donde un gran oso de peluche sonreía desde su pedestal. Luffy observó la máquina de juegos, que requería destreza para ganar. Con determinación, se acercó al juego.

—¡Mira, Nami!—dijo, colocando unas monedas en la máquina—. Voy a ganarlo.

Nami sonrió, sintiendo una mezcla de orgullo y nervios. Luffy se concentró y, después de varios intentos, logró atrapar el peluche gigante. Su expresión de triunfo iluminó su rostro.

—¡Lo logré!—gritó Luffy, levantando el oso como un trofeo.

Nami no pudo evitar reír.

—Eres increíble, Luffy. Ahora tienes que encontrar a alguien especial para dárselo—bromeó, disfrutando del momento.

Luffy se acercó a Nami, con el oso gigante en brazos, y la miró directamente a los ojos.

—Este oso es para ti—dijo, sonrojándose ligeramente—. Quiero que siempre recuerdes este día.

Nami se sintió conmovida por el gesto y aceptó el peluche, sintiendo que cada vez se acercaban más. Sin pensarlo, decidió corresponder.

—Y yo tengo algo para ti—dijo, sacando una pequeña caja de su bolso. Dentro había un llavero de un sombrero de paja, uno que Luffy adoraba—. Quería que siempre tuvieras un recordatorio de que eres mi mejor amigo.

Luffy miró el llavero con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Es genial!—exclamó, sintiendo que el regalo significaba más de lo que podría explicar.

La tarde avanzaba y, mientras se sentaban en un banco a disfrutar de unas palomitas, el ambiente se volvió más tranquilo. Miraron el atardecer juntos, sintiendo la magia en el aire.

—Nami...—dijo Luffy, un poco serio—. Estoy realmente feliz de que seas parte de mi vida.

Nami, sintiendo el peso de sus palabras, giró su rostro hacia él.

—Yo también, Luffy. Nunca imaginé que podríamos ser más que amigos.

Luffy sonrió, y sin pensarlo, la tomó de la mano. En ese instante, todo se sintió perfecto. Sin dudarlo, se acercó a ella, y se plantó un beso suave y tierno, como si el mundo a su alrededor se detuviera.

Ambos se separaron un poco, sonrojados, pero con sonrisas radiantes en sus rostros.

—Wow—dijo Luffy, incrédulo—. Esto es increíble.

Nami se rió, sintiendo que todo estaba en su lugar.

—Sí, increíble—respondió, dándole un leve apretón a su mano.

Mientras el sol se ponía, pintando el cielo de colores vibrantes, sabían que este era solo el comienzo de una hermosa aventura juntos. Con el peluche y el llavero como símbolos de su conexión, miraron hacia el futuro, emocionados por lo que vendría.

Continuará...

''El Dilema del Capitán Mugiwara'' - LuNa LuffyxNami NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora