El. Adiós De Nanahoshi

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Mientras la abrazaba, sentía un nudo en mi pecho. Inevitablemente, se me vino a la cabeza el Rudeus del futuro. Él me hizo jurar que la enviaría a casa, y debo hacerlo.

- ¿Cuánto tiempo, amor? - Le pregunté.

- Cinco días a partir de ahora. Te necesito para los últimos detalles, pero ya todo está listo, Rudy.

- Bien. Déjame avisarle a Orsted que estaré aquí unos días para que no se preocupe de (...).

- No es necesario, Rudeus Greyrat, -me dijo de pronto Orsted, que apareció tras de nosotros sin su casco.

- ¿Ya lo sabías? - Pregunté.

- Perugius me avisó justo cuando partían al continente celestial. Nanahoshi, me alegro que hayas tenido éxito.

- Muchas gracias, -dijo Nana, haciendo una reverencia al estilo japonés. Orsted le dio una sonrisa.

- ¿Qué debo hacer? - Dije finalmente.

- Aportar tu gran capacidad de maná. Yo me encargaré de los circuitos, -dijo Perugius.

- Bien, ¿cuándo empezamos? - Pregunté.

- Hoy mismo.

Antes de que Orsted se fuera, le pedí que le avisara a las chicas que estaría aquí unos días por petición de Perugius, que no se preocuparan. Así que esa misma tarde empezamos a hacer experimentos.

Empezamos enviando aves, luego un perro, y finalmente un caballo. Cada vez que enviaba algo, Silvaryl nos decía que aparecía a 300 metros sobre el nivel del mar, como en los experimentos previos que habían con Nana mientras yo estaba en mis misiones.
También habían invocado cosas de Japón. dónde invocaban pequeñas cosas para asegurarse de enviar a Nana a su país, como periódicos, jugos de caja y cosas así. Silvaryl y Perugius estaban bastante seguros de que habían enviado los animales al mismo país. Aunque aún cabía la posibilidad de que Nana apareciera en algún lugar lejos de su casa o en otro país, por lo que iría con varias monedas de oro, una daga, su ropa mágica y la pistola que to le creé. Aunque es posible que no funcionen en mi antiguo mundo ya que no hay maná ambiental, aunque Perugius le dio piedras mágicas para hacerlos funcionar por unos días. Pero también cabe la posibilidad de que tampoco funcionen, pero lo que si era seguro es que Nana aparecería en Japón o al menos sobre tierra firme.

Luego de dos días de experimentar, Perugius dijo que descansara unos días para recuperar mi maná para el gran día, ya que habíamos hecho varios experimentos y este círculo consumía muchísimo maná.
Así que dos días antes de que Nana regresara, fuimos a casa por 2 días, para que ella preparara su equipaje.

Caminamos de regreso a La Sharia tomados de la mano y en silencio por varios minutos.

- Sabes, Nana, quiero que sepas que si bien estoy triste porque te irás, quiero que sepas que, aunque resulte paradójico, yo estoy feliz por ti. Volverás a ver a tu familia, a tus amigos, y tendrás la vida que siempre soñaste.

Ella me sonrió y apretó el agarre de mi mano. No podía ver bien su rostro, tapado por su largo pelo negro.

- Escucha, amor. Debes decirle a las chicas que te irás pasado mañana, también a nuestros hijos.

- Les diremos a las chicas, pero a los niños no. Solo diles que regresé cuando ya haya pasado. Si Lucy y Lara se ponen a llorar, creo que no seré capaz de regresar, Rudy, -dijo, mientras las lágrimas salían de sus ojos.

- Está bien, -le dije mientras la abrazaba, y ella finalmente estalló en llanto en mi pecho.

- Voy a extrañar mucho a los niños, Rudy. Y si, y si mejor yo (...).

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⏰ Última actualización: 6 hours ago ⏰

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