Sieghart Saladin Greyrat.

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Cuando los hombres amados abrieron una brecha en el campo de fuerza , el tipo que parecía el líder se acercó a nosotros con lanza en mano, pero no noté que fuera alguien agresivo.

- Mucho gusto, me llamo Rudeus Greyrat, y ellas son mis esposas y mi hijo. He venido aquí a bautizar a mi niño en la montaña de Aluce por órdenes de su majestad, el rey dragón acorazado Perugius Dola, -dije haciendo un saludo noble.

Pero el tipo me miró con cara confundida, y habló en una extraña lengua, que nada tenía que ver con el idioma demoníaco, ferál, o los idiomas humanos del continente central o Begarit.

- Creo que es idioma del Dios del cielo, -le dije a las chicas.

- No me digas, Einstein, -me dijo Nana dando un resoplido. - ¿Cómo nos vamos a comunicar con ellos entonces?

- Deja de ser sarcástica amor. No te preocupes. Orsted me dijo qué debería hacer, -dije, sacando unos papeles que le mostré al líder. Los cuales leyó y abrió mucho los ojos.

- Perugius, -fue lo único que entendí que dijo, y todos hicieron una especie de saludo estirando ambos brazos hacia nosotros y juntando sus alas, para después hacernos pasar a la ciudad, villa, villorio, o como quieran decirle. Había mucha gente del cielo alrededor y muchos se acercaban al líder, seguramente a preguntar quienes eran los extraños, El líder les decía algo y por alguna razón, le tocaban los pies a Siegh, pero lo hacían con mucho cuidado y respeto. Quién sabe qué significará para ellos que Perugius nos enviara a esa colina. Debe ser algo sagrado para estos tipos.
Por cierto, la gente del cielo tiene bellos rostros. Son rubios, de ojos celestes y hermosos, es decir, el sueño mojado del pintor austriaco, ya saben, el del bigote gracioso.

Con esas alas y al verlos volar en círculos por el cielo sobre nosotros , me hizo recordar esa película Legión de ángeles. Por un momento me sentí algo incómodo viéndolos, pero mis temores pasaron rápido al ver que todos ellos nos sonreían. Parecían personas muy amables, considerando el carácter de mierda de Silvaryl, esta gente es muy humilde. Mmm, tal vez se le pegaron las malas costumbres de Perugius y la raza dragón, aunque solo conozco a Perugius y Orsted. Como sea. Mmm, ahora que lo pienso, Orsted me dijo que la antigua tribu de dragones tenían alas, pero él no tiene por su lado humano. Pero Perugius es un dragón puro, pero nunca le he visto alas, o tal vez las tiene retraídas tras de su armadura. Jajajaja, tal vez en las noches sale volando con Silvaryl y hacen posturas sexuales aéreas. Jajajajaja.

- Rudy, ¿en qué estás pensando? Estás sonriendo como un idiota, -me dijo Nanahoshi.

- Nada, solo pensaba que esta gente es muy sencilla y amable, en comparación con Silvaryl.

- ¿De qué hablas? Ella es muy amable, -me dijo Eris.

- Pffff, contigo lo será, por alguna razón tú le agradas, amor. A mí solo me soporta porque Perugius me estima.

- Oigan, chicos, dejen de hablar de Silvaryl. Puede que alguno de ellos sea su familiar, -nos regañó Silphy.

- No se muestran asustados por mi cabello o el de Sieghart, -dijo Roxy.

- Sí, bueno, Orsted me contó que la gente del cielo, hasta la segunda gran guerra, odiaban a los demonios, pero no se involucraron en la guerra de Laplace, así que no saben de los Superd o Laplace ni de la maldición del pelo verde. Por eso tal vez aún usan lanzas. Además, han pasado miles de años, ya estas generaciones no deben recordar el odio a lo demoníaco.

- Ya veo. Ojalá todas las personas fueran iguales, -me dijo Roxy.

Nos hicieron pasar a un edificio de 3 pisos, hechos de barro, piedra, huesos, paja (de trigo) y madera, donde fuimos recibidos por el sabio de la ciudad. A quien nuevamente le pasé las transcripciones que me dio Orsted. Después de leerlas, acarició los pies de Siegh, y nos dio la bienvenida, ya que nos trajeron comida, agua y licor, y nos asignaron un edificio donde dormir. Aunque era incómodo, porque la cosa es que no tienen escaleras ni puertas, y entran por el techo o grandes ventanas que están en alto. Bueno, habría sido un problema si no pudiera usar gravedad para subir con todos. Como sea, esa noche la pasamos ahí, en la ciudad de Aluce.


- Imaginaba otra cosa de este continente, -dijo Roxy.

- Sí, yo igual. Como te dije cuándo imaginé la ciudad, me la imaginé como la Ciudad del Vaticano, y edificios así como la Capilla Sixtina o de las grandes catedrales de mi mundo anterior. Y me imaginé a la gente del cielo vestida elegantemente como Silvaryl y con máscara como ella, no vestidos con traje de cuero con plumas y a rostro descubierto. Aunque todos son personas atractivas, Silvaryl debe ser muy hermosa bajo esa máscara. Con razón Perugius se la come. Jajajajaja.

- ¡Aaaagh, qué vulgar eres, Rudeus Greyrat! Deja de decir esas vulgaridades delante de nuestro hijo, no estas en una cantina con tus amigotes -me regañó Silphy. - ¡Y tú, Eris, deja de reírte! No lo alientes.

- No me estoy riendo, -le dijo Eris, mirando para otro lado.

- Claro que sí, siempre le celebras las tonterías a Rudy.

- Jajajaja, perdón. Es que me imaginé a Perugius agarrando de las alas a Silvaryl y metién...

- ¡Basta, Eris! - Le dijo Silphy, roja de ira.

- Perdón, perdón. ¿Qué mal humor tienes? - Dijo Eris, sonriendo.

Mientras Nana y Roxy se miraban a los ojos, suspiraban y meneaban la cabeza en desaprobación.

- Oye, Rudy, ¿son grandes las iglesias de tu mundo?, cambio el tema Roxy.

- Mmm, bueno, sí. Pero la más hermosa es la Ciudad del Vaticano, en Roma. Aunque nunca la conocí solo la vi por TV , en mi ciudad natal yo rara vez iba a la capilla de donde vivía, solo para bautizos o funerales. Ni siquiera hice la Primera Comunión, Aunque en la ciudad donde vivía, había una iglesia muy bonita de estilo gótico, parecía una iglesia europea, a pesar de ser de una ciudad pequeña esa iglesia destacaba mucho.

- ¿Qué es eso de primera (....) ¿que? - Preguntó Roxy con curiosidad. Así que le expliqué el rito católico. Después le preguntó lo mismo a Nana, y ella le explicó el rito de los sintoistas.

- Vayas, sus religiones eran diferentes, -dijo Roxy. - La tuya, Rudy, se parece mucho a la Iglesia de Milis.

- Sí, pero no era practicante, -le dije. - Aunque sí celebraba la Semana Santa y Navidad, pero más que nada por tradición.

- Yo también celebraba Navidad en Japón, -dijo Nana.

- ¿También celebraban el nacimiento de Cristo? Creí que no eran cristianos.

- No lo somos. Solo nos damos regalos como ustedes.

- Jajajaja, sí bueno, no mentiré, en Occidente ya mucha gente ni recuerda por qué se celebra y se centra en los regalos. Cuando era pequeño, recuerdo que en la Iglesia nos daban chocolate caliente a pesar de que era pleno verano. Y a media noche, antes de darnos los regalos, poníamos en el pesebre la figura del niño Dios. Jajajaja, no era muy creyente en esa época, y ahora, bueno, ahora ya no creo, ya que reencarné y eso echó por tierra la religión de nuestro mundo. Pero eran lindas tradiciones, -dije con nostalgia mientras sostenía a Siegh, que dormía.

- Sí, bueno, para mí solo era época de regalos, jajaja, -dijo Nanahoshi.

- O sea, para ti Navidad es como lo es Halloween para nosotros: una costumbre extranjera que adoptaron.

- Así es, -dijo Nana, quien se acurrucó a mi lado.

- Es una costumbre bonita, -dijo Roxy. - ¿En qué fecha era?

- Era en verano, el 25 de diciembre.

- Eso es en invierno, Rudy, -dijo Nana.

- Bueno, dependía del hemisferio, pero era 4 días después del solsticio de invierno en el Norte, y de verano en el Sur, para que te hagas una idea Roxy, cortabamos un pino y lo entrábamos a casa donde lo adornabamos con luces y esferas, aunque cuando crecí, mis padres de esa vida dejaron de comprar un pino natural una vez al año y ya solo usábamos pinos artificiales,- reflexione .

- Sabes, Rudy, deberíamos hacer eso para nuestra familia,a los niños les encantaría que (...) -dijo Nana. Pero de pronto se quedó callada,como recordando algo y vi lágrimas en sus ojos.

- ¿Estás bien, amor?-le pregunté

- Sí, tranquilo, -me dijo mientras me quitaba a Siegh y lo acunaba en sus brazos.

- Me gusta esta gente, -dijo Silphy, rompiendo el silencio. - Se ve como gente normal. Solo conozco a las personas del continente central. ¿Son todos así? Rudy- Preguntó Silphy.

- Bueno, sí. En el continente demoníaco también son personas amables. Con algunas cosas diferentes, pero todas las personas son gente normal. Los feráles, vivían en ciudades sobre los árboles, nunca vi las ciudades de los enanos, los elfos o los hobbit, pero de seguro todos son personas comunes y corrientes, -le dije, abrazándola. Silphy me sonrió, y se acurrucó en mi pecho.

- Silphy, amor, ¿puedo preguntar algo que podría ser doloroso para ti? .

- ¿Qué cosa?, Rudy

Un Rudeus Diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora