Capítulo 28

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Jimin



Me limpié los ojos y asentí con decisión. Me preparé y conduje hasta el hospital con mamá y Jungkook. No me atrevía a considerar que Yoongi no lo lograría. Era fuerte. Nada podría detenerlo.

Mamá tomó mi mano y la apretó.

-Hizo lo que estaba destinado a hacer. Siempre estaré agradecida por eso.

Casi lo hizo sonar como si no fuera capaz de decírselo ella misma. Cuanto más nos acercábamos al hospital, más fuerte se volvió mi miedo. Tragué pesado, con lágrimas brotando de mis ojos.

Jungkook me envió una mirada preocupada.

-Va a estar bien.

Cuando llegamos al hospital, nos condujeron a una sala de espera donde la gente se sentaba mientras sus seres queridos estaban en cirugía. Enzo se sentaba en una de las sillas incómodas de plástico azul claro, con los brazos apoyados en los muslos y la cabeza gacha. A su lado estaba sentada una chica que supuse que era la hermana menor de Yoongi, Eunok. Tenía los brazos alrededor de sí misma y miraba fijamente la puerta que conducía a los quirófanos. Me quedé ahí en la entrada indeciso. Mamá avanzó directamente hacia Enzo y se sentó a su lado, poniendo su mano sobre su hombro. Él alzo la vista con ojos llorosos. Respiré decidido y caminé hacia ellos, luego me hundí en la silla vacía junto a Eunok. Iba vestida con el traje que tenían que llevar todas las novicias, un velo blanco y un hábito negro. Debe haber estado en las etapas finales antes de tomar su voto final. Nunca la había conocido, pero por las historias que Yoongi había compartido en alguna ocasión, me resultó familiar.

Solo miró brevemente en mi dirección, pero sus ojos estaban vacíos, mirando a través de mí. Actué por impulso y tomé su mano, apretándola. Se sintió extraño consolar a una monja, pero me recordé que ella era humana como yo. Una cruz sobresalía de su otra mano.

-Lo siento -dije en voz baja.

Finalmente me miró.

-¿Por qué?

-Yoongi está ahí por mi culpa, porque quería protegerme.

-Yoongi vive por su trabajo, por ti -dijo la última parte casi inaudible y mi corazón se apretó con fuerza. ¿Qué estaba haciendo?

La puerta se abrió y salió un médico. Enzo se levantó de inmediato y se dirigió hacia el hombre. El resto de nosotros lo seguimos unos pasos atrás.

-Está estable. Tuvimos que extirparle el bazo y sufrió una hemorragia interna. Lo estamos monitoreando de cerca.

Solté un suspiro de alivio. Mamá me dio una sonrisa aliviada.

Enzo y Eunok desaparecieron en el pasillo conduciendo a una sala de recuperación. Quería ir con ellos, quería estar allí cuando Yoongi despertara, pero nadie sabía de nuestro vínculo, excepto quizás Eunok si no había juzgado mal sus palabras crípticas. Tal vez su condición de monja había hecho que Yoongi se sintiera cómodo compartiendo nuestro vínculo con ella, aunque nunca había hablado con amabilidad de su objetivo de convertirse en monja.

Ahora no estaba seguro de qué hacer. Mamá habló con el médico en voz baja, probablemente asegurándose de que Yoongi recibiera el mejor tratamiento posible. La Organización se encargaba de los suyos.

Quería tanto ver a Yoongi. No quería irme sin verlo. No podía. Cuando mamá terminó de hablar con el médico, volvió a mi lado. Apretó mi hombro.

-Estará bien.

Asentí aturdido. No podía explicar el mal presentimiento que tenía.

-Ven, vamos a casa. -Vacilé. Las cejas de mamá se fruncieron-. En este momento no hay nada que podamos hacer por él o su familia. Están a su lado. Necesita a sus seres queridos, ahora mismo eso es lo más importante.

The price of redemption Donde viven las historias. Descúbrelo ahora