18

42 1 0
                                    

7 de mayo del 2022

>Dani

Me había tomado unos días para descansar, reflexionar y adaptarme a esta nueva etapa de mi vida, y aunque la emoción por las carreras seguía presente, se sentía raro no formar parte del equipo en esta ocasión.

Desde la llegada, todo había sido un poco surrealista. Los saludos amistosos de algunas personas del paddock, los guiños de aquellos que ya sabían sobre mi renuncia... era como si mi presencia causara una pequeña ola de reacciones.

 Mientras caminaba por el paddock, mis ojos buscaban a Carlos. Habíamos quedado en encontrarnos antes de la clasificación, pero aún no lo había visto. Aun así, no podía evitar una ligera sonrisa al recordar el último día en mi departamento, ese casi beso que quedó en el aire. Las cosas entre nosotros se sentían distintas, más cercanas, aunque ninguno lo había mencionado desde entonces. Sin duda era algo que no había planeado, y que seguía sin saber como había ocurrido. Finalmente lo vi, Carlos estaba hablando con Rupert, pero en cuanto nuestros ojos se cruzaron, se despidió rápidamente de su entrenador y caminó hacia mí con una sonrisa amplia.

-¡Qué bueno que viniste! -me dijo, abriendo los brazos como si esperara un abrazo.

Sonreí y sin pensarlo dos veces lo abracé, sintiendo una calidez al estar cerca de él. Me recordé a mí misma que estaba aquí para disfrutar, no para preocuparme por lo que dejé atrás. Ya no me importaba si alguien nos veía, e iba con el chisme a mi padre, ya no tenía forma de amenazarme por mis acciones. 

-Gracias por invitarme colonizador. Se siente raro no venir con el uniforme -admití, soltando una risa nerviosa mientras nos separábamos.

Carlos me miró de reojo, sus ojos brillando con esa chispa juguetona que siempre lo caracterizaba. Y la cual me hipnotizaba por algun extraño motivo, debía admitir que su mirada era mi principal devilidad.

-Vamos, te lo mereces. Además, sabes que no eres solo una espectadora, eres parte de todo esto -respondió, mientras comenzábamos a caminar por el paddock.

Seguimos nuestro camino hacia el garage de Ferrari, y no pude evitar sentir lo extraño que era estar en el equipo contrario al que había pertenecido. Carlos caminaba a mi lado,  cuando de repente me pareció ver a Mattia Binotto.

-Ven, quiero presentarte a alguien -dijo Carlos, colocando su mano en mi espalda para guiarme hacia él.

Me tensé por un momento, sorprendida por la dirección que estábamos tomando. No esperaba conocer a alguien tan importante, al menos no hoy, pero seguí el paso de Carlos sin rechistar. Al acercarnos, Mattia levantó la vista, y al reconocer a Carlos, una sonrisa amistosa apareció en su rostro.

-Mattia, ella es Dani -dijo Carlos con naturalidad, como si la introducción fuera lo más simple del mundo-. Trabajó con Max en Red Bull.

Mattia extendió su mano hacia mí, sus gafas reflejando las luces del garage. Parecía accesible y bastante amable, mucho más de lo que había imaginado.

-Es un placer conocerte, Dani. He escuchado buenos comentarios sobre ti -dijo con una voz tranquila pero segura.

Tomé su mano y la estreché, intentando esconder mi sorpresa y mi emocion.

-El gusto es mío, señor Binotto -respondí con una sonrisa educada-. Es todo un honor estar aquí y sobre todo conocerlo.

Mattia me observó por un momento, evaluándome de forma sutil antes de soltar mi mano.

-Carlos me ha hablado bien de ti, y he escuchado cosas positivas sobre tu trabajo con Max. ¿Qué planes tienes ahora que dejaste Red Bull? -preguntó, su tono cordial, pero curioso.

Encuentro Destinado  {Carlos Sainz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora