Habían transcurrido varios días desde aquella profunda y reveladora conversación con su madre, Kuchel. Eren y Mikasa, como cualquier pareja joven y enamorada, caminaban por las calles del pueblo, donde el aire frío de la tarde los envolvía como un manto de inquietud. Las sombras de la Inquisición se cernían sobre la comunidad, dejando una huella indeleble que se había convertido en el nuevo tema de conversación en la iglesia. Los murmullos sobre Mikasa resonaban en cada esquina, como un eco constante que parecía seguirla a donde quiera que fuera. Ella sentía el peso de las miradas ajenas, como si cada par de ojos la estuviera juzgando. Su corazón latía con fuerza y desesperación, temiendo que la desgracia pudiera caer sobre ella en cualquier momento, como un rayo en un cielo despejado. La sensación de ser observada la hacía sentir vulnerable, como si cada paso que daba estuviera siendo escrutado por un tribunal invisible que decidía su destino. En su mente, las palabras de su madre resonaban con fuerza: "En este mundo, una mujer sin dinero no es nadie", y esa idea se convertía en un mantra aterrador que no podía ignorar.
—Disimula, querida. Intentemos disfrutar del día —dijo Eren, tratando de infundir optimismo en su voz mientras sonreía con esfuerzo—. No dejes que ellos te afecten. Esos miserables son unos pobres infelices que no tienen dónde caerse muertos.
Mikasa rió suavemente, intentando dejar atrás el miedo que la acechaba. Sin embargo, el esfuerzo de Eren se desvaneció rápidamente cuando un grupo de hombres apareció frente a ellos. Entre ellos estaba Levi, con su habitual expresión impasible que ahora parecía más distante y fría que nunca. Mikasa sintió cómo su corazón se partía en mil pedazos al ver a quien había considerado su héroe convertirse en parte del dolor que la rodeaba. La imagen del hombre fuerte y protector que había amado se desvanecía ante sus ojos, reemplazada por la cruel realidad de sus palabras. La traición era un veneno que corría por sus venas; cada latido era un recordatorio de lo que había perdido y de lo frágil que era su felicidad.
—¡Mira! Ahí va el cornudo y su puta! —gritó uno de los hombres, provocando risas crueles que resonaron en el aire como dagas afiladas.
Mikasa sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. La traición de Levi la golpeó como un puñetazo en el estómago. Había sido su protector y el amor de su vida; ahora lo veía como una fuente de sufrimiento y decepción. Las risas burlonas resonaban en sus oídos como una sinfonía macabra, amplificando su angustia interna. Cada palabra lanzada hacia ella era una piedra más en el muro que se erguía entre sus sueños y la realidad cruda a la que se enfrentaba.
—Eren... Por el amor de Dios, vámonos —susurró, sintiendo que el miedo y la confusión la invadían—. No quiero esto.
Eren se volvió hacia Levi, su rostro lleno de rabia contenida.
—¿Te parece gracioso? Hijo de puta —dijo con voz firme, dando un paso hacia él—. Si insinúas que mi futura esposa es una cualquiera, no dudaré en hacértelo pagar muy caro.
Levi alzó una ceja, sin mostrar signos de preocupación alguna.
—No es mi problema lo que digan por ahí de esa zorra que tienes por novia —respondió con desdén—. Pero si quieres pelear, adelante.
Mikasa sintió cómo su corazón se rompía al ver a Levi tan indiferente ante su sufrimiento. Recordó las palabras de su madre: “En este mundo, una mujer sin dinero no es nadie.” Las palabras retumbaban en su mente mientras miraba a Levi; quien había sido una figura central en sus sueños y esperanzas ahora se convertía en un recordatorio doloroso de lo frágil que era su felicidad. Era como si cada mirada despreciativa lanzada hacia ella también llevase consigo un fragmento del amor que había creído eterno.
—Levi... ¿Por qué dices esas cosas de mí? —murmuró entre lágrimas, sintiendo cómo la angustia le oprimía el pecho—. ¿Por qué no haces nada? ¿Por qué no me defiendes? Yo jamás imaginé que escucharía tales palabras de tus labios.
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El Confesionario (Rivamika) Lectura Erótica
RandomEn el corazón de Sevilla, en el año 1478, dos almas jóvenes se encuentran atrapadas en un torbellino de emociones prohibidas. Mikasa, una adolescente de espíritu indomable, siente cómo su vida se entrelaza con la de su primo Levi, un joven cuya mira...