El trato Fae de una joven dama

Capítulo 9

Como es habitual, lo que tenía intención de escribir y lo que realmente escribí ha divergido un poco, pero está en un estado razonable. Con suerte, podré escribir el capítulo de Invocar a la Dama de la Guerra Perfecta a tiempo para el lunes.

------------------------------------

Ser X parecía, en la superficie, ser como era en su conversación original: un anciano con una túnica, cabello blanco sin pigmentación lo suficientemente voluminoso como para garantizar la falta de haber visto un par de tijeras durante más de un año, pero al menos ajustado a estándares de higiene minimalistas: ese peinado y barba habían visto un cepillo y jabón recientemente.

Pero para los nuevos sentidos mágicos de Tanya, parecía algo menos... humilde. Innumerables alas y ojos componían su forma sin glamour, una luz dorada brillante de la que Tanya ahora entendía que su tesoro era un fragmento. A pesar de esta sensación opresiva de poder, Tanya reafirmó su resolución y habló a la ligera: "Me preguntaba cuándo aparecerías".

"Deja de fingir". Ser X ordenó: "Devuelve lo que es mío".

¿En serio? "Bueno, suponiendo que sé de qué estás hablando, el activo al que creo que te refieres es mío, comprado de manera justa". Al igual que cuando se habla con la Dama de los Búhos, una sola debilidad en la redacción puede y será explotada. —Firmado, atestiguado y registrado ante las autoridades correspondientes.

Ser X frunció el ceño, su luz interior se encendió con fuego que apestaba a azufre. El sonido de un órgano de tubos se emparejó con su exhalación frustrada. —No puedes creer que semejante trato fuera legítimo. Un truco básico, estafar a alguien demasiado joven para entender.

Tanya arqueó una ceja con incredulidad. —¿Estás tratando de apelar a mi humanidad? —preguntaron—. Un movimiento audaz, para quien me lo quitó.

—Lo hiciste por tu cuenta —replicó Ser X, cada uno de sus ojos enfocados en ellos—. Ahora, ¿qué te encuentro con una de mis bendiciones, robada de su lugar legítimo?

—Adquirida a partir de una transacción justa —corrigió Tanya—. Fue tan justa como podía ser; Mary rezó por el poder de rescatar y proteger a su padre, y cuando llegó el momento de entregar ese poder a cambio de esa misma cosa, su padre estaba justo frente a ella, sano y salvo... —Tanya trazó la forma de un corazón con sus dedos. "Ella se rindió sin dudarlo, feliz y libre. Créditos".

"Arrancando su propósito, de liderar e inspirar a los fieles". Ser X terminó, gruñendo con su rostro humano y haciendo girar una rueda de fuego con su rostro real. Fue bastante interesante, ver dos reacciones emocionales en sincronía de esa manera.

Tanya se rió entre dientes. "Entonces, déjame aclarar esto: una chica rogó por un fin deseado, y uno de nosotros le ofreció poder suficiente no solo para lograr esto, sino mucho más, con un plan secreto para promover los diseños de esa persona en el mundo". Tanya sacudió su adorno para el cabello, ajustando el estilo para que fuera una liga para el cabello para una coleta alta que ahora les caía por la espalda. "El otro de nosotros, en cambio, le ofreció exactamente lo que quería, sin ataduras, por modestia por algo que, con el trato concluido, ya no necesitaba". Tanya extendió sus manos, presentando el escenario. —Dime, desde una perspectiva externa, si eres capaz de contemplar algo así, ¿cuál de estos roles hace que el que lo habita suene mejor?

El giro de la rueda de fuego se aceleró, convirtiéndose en un anillo de luz incandescente, un halo de poder que Tanya sospechó que era su equivalente a apretar furiosamente el puño, aunque su rostro falso adoptó en cambio una expresión plácida, mientras un par de alas se retiraban del glamour, dejando atrás hilos. ¿Control remoto, convirtiendo el rostro falso en una marioneta que dirigían a un lugar emocionalmente alejado? Interesante. —Suenas como si te hubieras sentido como en casa entre los demonios, afilando tu lengua y aprendiendo las artes de torcer las palabras. El títere sonrió con sorna. —No era exactamente tu punto fuerte, la última vez que nos vimos.