No hacía mucho tiempo, mientras estaba en una pequeña localidad de las indias, John había descubierto un lugar de horror.
Las guerras con Napoleón se habían extendido por cada pequeño rincón, en mayor o menor medida. Dentro de la India Británica, en un lugar de Madrás, entre regiones empobrecidas y desconocidas, un doctor francés creó un hospital. Su nombre fluyó entre las sombras como un hospital para los pobres que para la mayoría de aristocracia no era relevante, por casualidad John llegó al lugar, atraído por esa virtud.
Pero no era un hospital.
Si, había enfermos. Si, habían pobres. Si, había muerte. Pero no había ayuda. No había misericordia. No habían médicos, sino carniceros.
Era un lugar donde atraían esclavos libres, lugareños desesperados, presos de guerra, exiliados, almas que nadie echaría en falta... Sanos o enfermos. Cualquiera serviría para realizar tales atrocidades.
Experimentos.
John lo descubrió e intentaron matarlo por ello. Lo denunció ante sus jefes y ante el mundo en un artículo anónimo que se extendió por todo el continente y hasta Londres, más para los demás que para sí mismo, describió uno a uno todo lo que había visto con sus ojos con mucho detalle para que todos comprendieran de lo que era capaz la humanidad. No era una cuestión de guerra o morbo, era la verdad y la justicia saliendo a flote, era reivindicación por todas las personas que yacían enterradas en el burdo cementerio de ese lugar. Los apresaron a todos allí, otros huyeron, trataron de ayudar legítimamente a todas las víctimas y solo unos pocos sobrevivieron.
Puntualmente fue otro de los tantos episodios de la guerra, un bando le echaba la culpa al otro y los políticos soltaron largos discursos usándolo. John sabía que quien lo creó fue un francés pero quienes lo usaban como tapadera eran muchos otros, alemanes, austriacos, orientales, americanos... Habían una amplia colección de médicos sin moral que habían destruido y asesinado personas para sus estúpidos experimentos.
Era un recuerdo que John no atesoraba y lo hacía despertarse bañado en sudor por las noches, que lo había marcado y hecho cambiar para peor. Algunas veces odiaba a las personas y a su misma existencia. Algunas veces quería obtar por la autodestrucción y para ello habían tantas maneras: las apuestas, el dinero, el alcohol, el opio, el veneno, ... para eso también se habían encargado los humanos, buscar tantas formas.
También se descubrió que en ese lugar se había creado el veneno "sangre de demonio", del que habían experimentado para pulir y producir para generar el mayor daño con las menores cantidades. Y que era el causante de las heridas más mortíferas de la guerra.
— No hay antídoto — aseveró John.
Eso era, quizás lo más terrible.
Su aseveración fue recibida por el silencio en el pequeño salón de su casa, la luz del sol parcialmente oscura por las nubes iluminaba la habitación tenuemente, reflejándose en los vasos de cristales con whisky en la mesa de centro. John miró uno a uno a sus compañeros, que habían escuchado el relato y aceptaban la sentencia en silencio.
En el sillón a su izquierda se encontraba Nathaniel Edincott, conde Lilinthgow, quien usualmente tenía una disposición alegre miraba con un fuerte ceño la alfombra, sus ojos eran letales. En el sofá principal, como si la habitación orbitaria con él estaba el hombre de mayor rango, Cane Bourne, el duque Saintnight y Dubley, sostenía su vaso de whisky con dos dedos y miraba fijamente a través del espacio los pliegos de sus diarios médicos en la mesa baja, ya los habían leído una y otra vez, pero parecía querer absorber cualquier mínimo detalle que existiera. Y por último, el más próximo a John apoyado en la encimera de la chimenea estaba Dorian, a quien John siempre agradecía tener cerca especialmente en esas reuniones secretas.
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El esposo de Lady Georgiana
RomanceElla lo odia desde el primer instante... Lady Georgiana no es rebelde, prefiere el término intrépida. Pero incluso ese término es demasiado para la hija de un marques gentilmente educada con espectativas para ser el éxito de la temporada. Marcada p...