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La puerta de su apartamento llevaba sonando exactamente 30 minutos, contaba el tiempo esperando el momento en que esta fuera tirada, no quería levantarse abrir. Miraba la puerta fijamente para comprobar si podía abrirla con sus ojos, claramente no pudo así que volvió a acurrucarse dispuesto a volver a dormir hasta que el sonido de la puerta siendo tirada lo interrumpió.

─ ¡Dazai, maldita sea! ─ entró pasando por encima de la puerta que yacía en el piso.

Dazai simplemente lo miro con aburrimiento.

─ Pensé que te habías muerto. No pediste ni siquiera permiso para faltar al trabajo así que levanta tu culo y bañate huele terrible. ─ el rubio lo cargo como costal de papas y lo metió a la tina mientras abría la llave del agua.

Chillo ─ Kunikida-kun, tonto esta helada ─ refunfuñaba el castaño.

Kunikida iba a refutar hasta que vio como el agua de la tina se pintaba de rojo.

─ Maldita sea... ¿Qué hiciste ahora? ─ pasaba sus manos por sus cabellos con frustración.

─ .... Nada, simplemente me quedé dormido. ─ Sinceramente Dazai tampoco sabia lo que había hecho durante la noche, había bebido tanto que ni siquiera lo recordaba.

Dazai llevaba toda la semana sin ir a la agencia, Kunikida ni siquiera podía consiliar el sueño por la preocupación que sentía. Perder a Dazai sería como perder una minúscula parte de él, digo minúscula porque aún seguía negando que ese chico problemático fuera alguien preciado para él.

Es solamente porque trabajamos juntos ─ pensó

─ Kunikida-kun, por favor dejame dormir más, no tengo fuerzas ─ soltó Dazai con su tono

Kunikida no dijo nada y simplemente salió dejando solo al castaño en la tina.

─ Tengo frío ─ susurro recargando su barbilla en sus rodillas.

El rubio entró después de unos 30 minutos y tomó el brazo de Dazai vertiendo agua oxigenada en las heridas.

─ Kunikida-kun... Hace cosquillas ─ refunfuño.

─ No me importa, he llamado al director. Le dije que estabas enfermo ─ carraspeo ─ Descansa, iré a prepararte algo para que desayunes.

Finalmente salió del baño llevándose su kit de emergencia.

Dazai se levanto y fue a cambiarse, realmente estaba cansado, sentía que en cualquier momento su cuerpo se partiría. Terminó de cambiarse y se recosto en su cama nuevamente quedando dormido en seguida.

....

Al despertar un olor a hotcakes inundó sus fosas nasales haciendo que su barriga rugiera.
Poco después la puerta de su habitación se abrió, como si el hombre que estaba en su casa hubiera recibido la señal de que estaba hambriento llegó con una bandeja con comida.

─ Despertaste justo a tiempo. Ayer no comiste nada, intente despertarte pero parecias piedra. ─ comentó acomodando la comida frente al castaño que estaba sentado en la cama.

─ Si, tenía mucho sueño ─ soltó, empezando a desayunar lo que le habían llevado.

Kunikida lo miraba atentamente, si no desayunaba haría que comiera a la fuerza.

─ Deja de verme... Me avergüenzas ─ murmuro el castaño fingiendo timidez.

Kunikida fruncio el ceño y sin decir nada salió de la habitación dejando solo al castaño. Dazai rápidamente tiro lo que le sobró de su desayuno por la ventana, igual había perros ahí abajo que estarían buscando de comer, estaba haciendo una buena acción.

Pasaron unos 15 minutos más hasta que el rubio volvió a entrar a la habitación, Dazai se encontraba acostado en el colchón mirando atentamente el techo. Kunikida sigilosamente entró por los platos sucios y cuando estaba a punto de salir el castaño hablo.

─ ¿No has ido a trabajar hoy? ─ aún sin dejar de mirar el techo interrogó.

─ No, estuve aquí desde ayer. ─ soltó, volteo su vista a el castaño nuevamente.

Osamu no dijo más nada, simplemente tarareo y cerró sus ojos nuevamente. Kunikida al ver eso salió de la habitación dispuesto a irse a su casa, no había dormido lo suficiente así que quería descansar. Cuando estaba apuntó de salir sintió un peso en su espalda.

─ Adiós, Kunikida-kun ─ murmuro enrollando sus brazos al rededor del más alto.

─ ¿Qué haces? ─ soltó con nerviosismo.

─ Te abrazó, gracias por cuidar de mi hoy... Ahora vete ─ soltó empujando al Rubio hacía la puerta.

─ Tsk, adiós Dazai. ─ finalmente salió de la casa dejando solo a Dazai.

─ Te amo ─ susurro.




Esta historia creo que es la que más he actualizado pero es que me ha gustado mucho como se va desarrollando. Espero que disfruten este corto capítulo, gracias por su apoyo💕

𝘙𝘢𝘮𝘦́ [ 𝐾𝑢𝑛𝑖𝑧𝑎𝑖 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora