04

120 20 4
                                    

Evangeline. Hoy mire una película con los niños, “La princesa y el sapo” así se llamaba, realmente era gracioso ver a los sapos escaparse de situaciones desastrosas para lograr recuperar su forma humana, me divertí demasiado. La película me gusto y más una parte en específico, la parte en donde la pequeña luciérnaga habla con tanta admiración sobre esa estrella inalcanzable para él, es gracioso, me recordó a mi mismo hablando de aquel hombre que es tan lejano a mi.

─ Buenos días Dazai-san ─ el chico saludo energéticamente.

Osamu simplemente dejó de escribir en aquella libreta sus pensamientos para prestar atención a su subordinado.

─ Buen día, Atsushi-kun. ─ con una amplia sonrisa se acercó al menor para acariciar su cabello.

─ Veremos otra película hoy, ¿quiere venir? ─ exclamó con emoción.

─ Claro, estaré ahí con ustedes ─ sonrió y dio por finalizada su conversación.

Su día iba pasando lenta y tortuosamente, estaba demasiado perdido en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando terminó su pila de documentos. Al menos podría salir a tomar un poco de aire, como era costumbre esa semana entregó sus documentos terminados a Kunikida y salió sin siquiera voltear a verlo.

¿Y a éste idiota que le pasa? ─ pensó Kunikida al ver que ni siquiera se digno a saludarlo.

─ Te lo dije ─ soltó una voz detrás de él.

Kunikida volteo y suspiro con cansancio, simplemente no entendía a que se refería Ranpo y no le iba a dar importancia al comportamiento de su compañero.

...

El viento golpeaba su cara y los pétalos del árbol caían lentamente sobre él. Leía tranquilamente un libro, amaba perderse en la lectura e imaginar que estaba ahí viviendo la historia junto a los personajes. Estaba tan perdido que no noto cuando alguien se sentó a su lado.

─ Vaya, la protagonista debería de quedarse con el rubio ─ soltó el hombre de repente haciendo asustar al castaño.

Volteo lentamente a ver quien había sido el que lo había distraído.

─ Tsk, Ango, ¿qué necesitas? ─ cerró su libro y prestó atención al otro.

─ Nada, solo creo que necesitas hablar, se nota en tus ojos ─ soltó con tranquilidad.

El castaño suspiro, sabía que aunque no quisiera ocupaba hablar con alguien.

─ Estoy enamorado de alguien inalcanzable, es frustrante.

─ Entiendo, ¿has intentado hablar sobre ello con esa persona?

Un silencio se formó durante unos minutos, hasta que el castaño respondió.

─ No... Ya ni siquiera me atrevo a verlo ─ soltó una ligera risa amarga.

Ango lo miro con pena, a sus ojos ese chico seguía siendo aquel jovencito arrogante que se la pasaba detrás de Odasaku como un patito siguiendo a su mamá. Lo quería proteger por sobre todas las cosas.

─ Dazai, te sientes insuficiente, ¿cierto? ─ soltó con cautela.

Al ver la expresión de el castaño simplemente pudo abrazarlo, sabía muy bien sobre la baja autoestima del chico y seguramente la persona de la que gustaba había hecho algo para hacerlo sentir así.

Dazai simplemente se dejó, dejó que el calor de aquel hombre lo hiciera sentir mejor. Tal vez lo mejor sería alejarse de Kunikida, después de todo, siempre que se enamoraba terminaba herido por su propia mentalidad gracias a que el mismo se rebaja. Era terrible.

...

─ Dazai, deberías ir a terapia ─ soltó Ranpo de repente.

Osamu simplemente volteo a verlo y asintió, ni siquiera tenía fuerzas para hablar. Atsushi simplemente miraba preocupado la escena, su superior realmente se veía mal, o al menos para él si.

Después de eso no se volvió a mencionar nada más sobre el tema, simplemente siguieron con su trabajo normalmente hasta que finalizó si jornada de trabajo.

─ Dazai, dime... ¿Acaso hice algo que te hiciera molestar? ─ Kunikida se resigno, Atsushi y Ranpo se pasaron toda la jornada mirandolo con molestia al ver que no se disculpame con Dazai a pesar de no saber que había hecho mal.

─... Nada, ¿por qué? ─ soltó con sequedad.

─ Bueno... Pues, te la pasas molestandome todos los días durante toda la jornada y últimamente no lo haces... Además, has estado haciendo tus trabajos en tiempo y forma y es demasiado raro de tu parte ─ expresó finalmente su punto de vista.

Un silencio se generó, Kunikida se sentía incómodo hasta que el silencio finalmente se rompió con otra respuesta seca de parte de el castaño.

─ ¿Y?, eso era lo que querías, siempre decías que desearias que desapareciera para que porfin te dejará descansar, ahora, por favor dejame en paz ─ Dazai intento salir de la oficina pero la voz del rubio se lo impidió.

─ ¿Qué es lo que quieres? ─ soltó con frustración.

─... Solamente... Quería ser tu Evangeline ─ soltó las últimas palabras en un susurro apenas audible pero aún así Kunikida fue capaz de escucharlo.

─ ¿Eh? ¿De qué demonios hablas?.

Kunikida no recibió respuesta, el castaño salió finalmente del lugar.

─ Idiota.

Atsushi veía la escena con lágrimas en los ojos mientras negaba con la cabeza a Kunikida, él sabía perfectamente a lo que se refería Dazai con lo último que dijo.

─ ¿Qué demonios quieren de mi? ─ paso sus manos por su cabello con frustración.









Otro capítulo corto, ya sé que prometí que el próximo sería largo pero fue lo único que se me ocurrió para este capítulo, no quedó largo pero me ha gustado y espero que a ustedes también.

Que no se note mi obsesión por La princesa y el sapo. Gracias por leer. 💕🐢

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝘙𝘢𝘮𝘦́ [ 𝐾𝑢𝑛𝑖𝑧𝑎𝑖 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora