Después de la desaparición de John B y Sarah, los chicos se encuentran con una chica bastante peculiar, Claire Madison, prima de Sarah Cameron. Claire les ayudará a encontrarlos.
Pero no es todo, ya que de ser una Pogues desde nacimiento, se enamora...
El viento sopla fuerte sobre el océano, impulsando la embarcación de los Cameron hacia el Caribe. Estoy sentada en un rincón de la bodega, escondida en las sombras con el resto de los Pogues, agazapada, sin atreverme a hacer ruido.
John B y los otros intentan mantenerse en calma, pero el ambiente está cargado de tensión. En algún lugar arriba, Rose y Ward están maquinando sus propios planes, llevándonos a un destino que ni siquiera imaginamos. Pero lo que más me preocupa en este momento es Sarah... y el hecho de que estamos atrapados en este barco.
—¿Cómo está Sarah? —pregunto en voz baja a Kiara, que está junto a mí, con una mirada de preocupación clavada en el pequeño cuarto donde hemos escondido a Sarah desde que logramos infiltrarnos en el barco.
—No ha despertado aún. No sé cuánto le habrá dado Rose, pero es fuerte. — dice Kiara, susurrando como si el mismo aire pudiera traicionar nuestra presencia.
Sarah, recostada en una improvisada cama de mantas, está pálida y parece frágil, casi como si estuviera a kilómetros de distancia, aunque esté a solo unos pasos. La miro y siento una mezcla de desesperación y rabia; esta chica ha pasado ya por tanto, y aun así, sigue aquí.
Ward y Rose creen que pueden controlarla, pero no tienen idea de lo que está dispuesta a hacer para escapar. Todos estamos aquí por ella, y mientras estemos juntos, lo daremos todo por salir adelante.
El barco se inclina levemente al adentrarse en las olas. Durante las primeras horas de la noche, cada uno de nosotros vigila desde su lugar. El sonido del agua golpeando contra el casco parece amplificar el silencio de nuestra espera. La única luz proviene de una pequeña rendija por donde podemos ver apenas un destello del exterior. John B está a mi lado, apretando su puño, listo para cualquier cosa.
—No puedo creer que Ward haya hecho todo esto solo para escapar. No puede simplemente desaparecer después de todo lo que ha hecho. —murmura con rabia John B, me dio miedo incluso contestar a eso, pero lo hice.
—Él sabe que si se queda en Outer Banks, lo atraparán. Esto es su última jugada, la carta con la que espera librarse de todo. —le respondo, mirando hacia el pasillo, atenta a cualquier movimiento.
—Ese tipo no tiene límites. Me dan ganas de salir ahora mismo y terminar con esto. No es justo que Sarah esté aquí drogada mientras ellos festejan arriba. —JJ susurra, la rabia evidente en su tono.
Pero sabemos que no podemos hacer nada aún. Necesitamos un plan. Salir de nuestros escondites sería suicida. Decidimos aguardar y reunir fuerzas, y aunque los minutos se alargan, trato de no pensar en qué podría estar haciendo Ward allí arriba, convencido de que se ha librado de nosotros.
