Después de la desaparición de John B y Sarah, los chicos se encuentran con una chica bastante peculiar, Claire Madison, prima de Sarah Cameron. Claire les ayudará a encontrarlos.
Pero no es todo, ya que de ser una Pogues desde nacimiento, se enamora...
A veces, nacer siendo Kook en un lugar lejos de tu familia, y llegar a una isla siendo una Pogue, es complicado. Cuando conocí aquel verano a John B y JJ, fue el mejor de mi vida. Fue el primero en el que vi a mi prima Sarah y a mis tíos, por desgracia, en los años de divorcio de mis padres, no volví a la isla.
Hace dos años, los Cameron prepararon una fiesta, por suerte solo asistirían algunos Kook, los primos de Claire y ella, pero hubo dos problemas. Dos Pogues se colaron en la fiesta, Sarah conoció el lado fiestero de John B, y ella por primera vez vio a su mejor amigo, JJ.
Sarah bailó como nunca, bebieron demasiado, y lo notaron, ya que Claire se apartó de los Kook para ir con los dos Pogues, bailaron, bebieron juntos y por primera vez, Claire se sintió libre como jamás había sentido jamás.
— ¡Vosotros! — se acerca Sarah con una copa. — ¿Qué hacéis aquí, Pogues?
— Si hay fiesta, Kook, nosotros vamos, rubia de bote. —respondió JJ, el rubio con carácter despreocupado a su lado.
— ¡Oye, idiota! Cuidado con lo que lo que le dices. — regañó John B. — Que la fiesta es suya, tío. — sonrió, apartándose de Sarah y volviendo a su rincón.
Pero JJ se fue a otro lado, tenía los ojos puestos en una morena, borracha, bailando cerca de John B, intercambiaron palabras y risas, JJ no lo pensó y actuó con una sonrisa. En la fiesta, Claire bailó cerca de los Pogues, pero al volverse con su copa en la mano, chocó con alguien, un chico rubio la sostuvo y le quitó la copa de la mano, colocándola en una mesa.
— Ay, mierda. Lo siento. — se disculpó alzando la mirada.
—No te preocupes, guapa. — contestó, haciéndola sonreír. — ¿Cómo te llamas? — preguntó aún con una cierta sonrisa, ella se soltó de su agarre y se presento.
— Claire, y tú eres? — ella lo miró de arriba a abajo, llevaba camisa blanca, una gorra sujeta en el pantalón largo, y cierta rebeldía en su pelo.
— Alguien inolvidable.— le da una servilleta pequeña de color blanco con su número, ese chico lo tenía todo pensado, para estar igual de borracho que ella. — Te necesito solas.
— Uh... — lo pensó al ver el número y al chico, nunca lo había visto, pero si a John B, como no olvidar al chico Pogue que le salvó la vida en su primer verano, antes de ser atropellada por una camioneta Kook, desde entonces, se volvió su amiga en fiestas y en todo lo que fuera suyo. — Por qué no? — sonrió y se acerca a él. — Un poco de diversión no vendría mal aquí, es un muermo.
