[Capítulo 9]

207 39 38
                                    

CHICAS CAPÍTULO LARGUÍSIMO, PERO...

En fin

Solo diré

Advertencia: +18

Capítulo sin corregir porque me da vergüenza leer mi propio +18

Os amo caras de Nepote (tengo examen mañana de este cabrón)

LAYLA SALERNO

Me desperté, pero no gracias al despertador, eso nunca funcionaba, sino porque mi cuerpo me estaba dando advertencias. Normalmente me despertaba mi madre, así que mi cuerpo se había acostumbrado a ser despertado por su voz desganada y los estruendosos pitidos de su silbato, pero esta vez, era la hora y mi madre aún no había subido.

Me levanté de la cama y ni siquiera me molesté en mirarme al espejo, como siempre solía hacer. Algo no estaba bien, no olía a ese odioso té negro y tampoco a su perfume de jazmín mezclado con vainilla. ¿Se había quedado dormida? Imposible. Mi madre se levantaba siempre a las 6:30 de la mañana, con o sin despertador.

Mi corazón empezó a batir sus propios récords de velocidad ante la, mínima, pero existente posibilidad de que a mi madre le hubiera pasado algo. Bajé las escaleras a toda prisa, siendo recibida tan solo por el silencio.

—¿Mamá? —grité, con la esperanza de recibir una respuesta —¿Dónde estás?

No la hubo. Corrí a toda prisa hacia su habitación, encontrándomela vacía. Una parte de mi se sintió aliviada al ver que no había vuelto a tener un ataque de ansiedad que la había dejado inconsciente, pero otra seguía preocupada.
Solo quedaba un lugar por ver, y era el patio.

Tampoco estaba allí. Sobre la mesa lo único que había era una colilla.

Agarré mi teléfono y marqué su número, sintiendo que el corazón me saldría por la boca en cualquier momento.

Tampoco hubo respuesta.

Sin dudarlo, llamé a Dante, el cual al parecer, era mucho más responsable con su teléfono que mi madre, ya que no tardó ni dos tonos en contestar.

—Dime Layla —su voz ronca me causó escalofríos. Al parecer se acababa de levantar —. ¿Pasa algo?

—¿Está mi madre contigo?

Le pedí a Dios que me dijera que sí.

—¿Qué? No —escuché el sonido de las sábanas, así que supuse que se había puesto de pie inmediatamente —¿No está en casa?

—No —se me rompió la voz. Esto no iba nada bien —¿Puedes venir por favor?

—Claro que sí, cielo —escuché sus pasos rápidos a través del teléfono —. En cinco minutos estoy allí. Por si acaso, métete en casa y ve a tu habitación.

—Vale, gracias.

Hice lo que me pidió Dante, derrumbandome antes de poder llegar a mi habitación y me vestí como bien pude. Las lágrimas salían sin parar y mi respiración cada vez era más inestable. Estaba aterrada. Mi madre era lo más importante para mí. La quería demasiado. Si le llegara a pasar algo..., no sabría que hacer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Perdición | Toji Fushiguro × OC | +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora