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❝Astra's pov's❞
Escuela de mierda, profesor de mierda, gente de mierda. De todas las tareas que puede dar, da tareas en equipo, ¡y con equipos que él escoge! ¿Quién hace eso en estos tiempos? Nadie, solo este viejo.
-Bueno, entonces las parejas serían... -agarra la hoja donde había anotado todo.
-Luzia y Carlos.
-Joseph y Stella.
-Nora y Paula.
-Lizbeth y Kevin.
-¡Pero la puta madre, profe! De todos mis compañeros, me pone al más infumable -reclamó Beth mientras se masajeaba la sien, y yo la miré con gracia.
-Bueno, tampoco es como si tú fueras muy buena onda -gritó Kevin desde atrás. Lizbeth lo volteó a ver con odio, y yo me quería reír ahí mismo.
Por alguna extraña razón, Kevin y Lizbeth nunca se habían llevado bien. Siempre se gritaban o peleaban por todo. Yo llegué a pensar que ambos se gustaban, corte como en esas historias de "enemies to lovers", pero no, cuando le pregunté a Lizbeth, me miró con asco.
-Bueno, córtenla ya los equipos los hago yo y punto. -Todos se quejaron en silencio.
-Rodrigo y Astra.
-Sofía y Helen.
-Ashley y Domingo.
-Mar y Cody.
-Lucas e Iván.
Y bla, bla, bla, bla... qué paja que no nos dejen escoger nuestros equipos. Igual no me quejo, yo me llevo bien con todos. Pero Lizbeth no. ¿Rodri? Igual con él nunca hablé, o sea, sí hablamos, pero solo saludos y eso. Nunca una conversación más allá de un "hola, ¿cómo estás?" o "suerte en el examen".
-Bueno, júntense con sus parejas para organizarse. Tienen hasta el próximo lunes para entregarlo.
-Viejo de mierda, no me lo banco más, siempre lo mismo con él -me susurró Beth mientras se abrazaba a mí, sin querer soltarme.
-Dale, Beth, tenemos que ir, apurate -Le solté la mano y me puse de pie, arrastrándola conmigo hacia donde estaban los chicos.
-Pero Ass, no me banco al tarado ese -dijo arrastrando los pies mientras caminaba. Esta piba a veces se comporta como una niña.
-Dale, Lizbeth, compórtate -Me miró e hizo ojitos, y yo odiaba ser tan manipulable-. Ush, ya veré qué hago, pero deja de hacer esa cara, forra.
-Te amo, As.
-Sí, sí, morite -finalicé la conversación, porque ya habíamos llegado donde estaban los pibardos.
-Qué ondaaa -Choqué los cinco con Rodri y nos dimos un mini abrazo.
