capitulo 2

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El día avanzaba con una lentitud agonizante. Cada segundo parecía arrastrarse como si el tiempo mismo hubiera decidido detenerse en esa pequeña habitación.

Lily, todavía dentro del cuerpo de Obito Uchiha, había pasado toda la mañana y gran parte de la tarde acurrucada en el futón.

Las sábanas gruesas la envolvían como una barrera entre ella y el mundo exterior, como si el simple acto de mantenerse bajo ellas pudiera hacer desaparecer la surrealidad de la situación.

No podía mover un solo músculo, paralizada por una mezcla de miedo y confusión.

Se había imaginado tantas veces siendo parte de un mundo como el de Naruto, imaginado peleas épicas, aventuras emocionantes y la magia del chakra corriendo por su cuerpo.

En su mente, siempre había sido una valiente protagonista, lista para enfrentar cualquier desafío con determinación y valentía. Pero ahora que realmente estaba en este mundo, ahora que la fantasía se había convertido en realidad, el pánico era lo único que la dominaba.

El aire de la habitación se sentía denso, opresivo. Cada vez que intentaba razonar, su mente se llenaba de preguntas sin respuesta. "¿Cómo sucedió esto? ¿Por qué yo? ¿Cómo puedo salir de aquí?" Pero lo más aterrador de todo era la posibilidad de que no hubiera salida, de que este cuerpo y este mundo fueran ahora su única realidad.

Sus pensamientos se volvían caóticos, y cerraba los ojos con fuerza, esperando que al abrirlos todo hubiera terminado.

Pero cada vez que lo hacía, la sensación del futón bajo su piel, el sonido lejano del viento agitando las hojas afuera y el leve crujido de la madera del departamento le recordaban que seguía atrapada en este lugar.

El día avanzaba sin que ella hiciera nada por salir de esa parálisis. Comer, moverse, pensar en lo que vendría después… todo eso le parecía un esfuerzo titánico, casi insoportable.

La emoción que alguna vez sintió por el mundo ninja estaba completamente apagada, reemplazada por un temor que no había anticipado. "No soy una ninja. No soy Obito. No puedo hacer esto", se repetía una y otra vez, como un mantra.

De repente, un sonido la sacó de su trance.

Un golpe resonó desde más allá de la puerta de la pequeña habitación. Al principio, fue tan suave que Lily pensó que lo había imaginado. Pero entonces, volvió a escucharlo, esta vez más claro, más insistente.

Era el sonido de alguien tocando la puerta de entrada del departamento. El sonido reverberaba en las paredes desnudas, como si todo el lugar estuviera esperando que ella se levantara y lo respondiera.

El corazón de Lily dio un vuelco, y por un momento, se sintió aún más pequeño dentro del cuerpo de Obito.

Escucho la puerta principal abrirse a una distancia

Y luego la puerta de la habitación se abrió lentamente, con un suave chirrido. Lily contuvo la respiración, sus manos aferrando las sábanas con fuerza.

Pero entonces, vio un destello de amarillo en el marco de la puerta.

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Minato observó el cielo despejado de Konoha mientras el sol alcanzaba su punto más alto. Ya era mediodía, y las sombras de los árboles se proyectaban nítidamente sobre el campo de entrenamiento.

El día era perfecto para entrenar, y Minato había llegado con tiempo para preparar la sesión con su equipo. Era una rutina casi establecida: entrenar habilidades, trabajar en estrategias, y reforzar la confianza y trabajo en equipo.

Reencarne en Óbito UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora