Capitulo 3

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Minato, aún sentado con las piernas cruzadas, observaba los cambios sutiles en la postura de Obito.

El cuerpo del niño había dejado de temblar tan violentamente, y su respiración, aunque todavía irregular, comenzaba a seguir el ritmo que Minato le había marcado.

El rostro de su alumno, que momentos antes estaba bañado en pánico, ahora mostraba una confusión intensa, casi palpable. Minato no lo presionó, pero dentro de él crecía la incertidumbre. Algo grave había ocurrido, pero no podía adivinar qué.

Lily, seguía intentando comprender lo que estaba sucediendo.

El hecho de estar en una realidad tan diferente a la suya era ya bastante difícil de procesar. Pero estar, en ese momento, frente a Minato, con su semblante tan serio y su voz tan tranquila, la hacía sentir más vulnerable aún.

Las ficciones que había adorado, los personajes que siempre había visto a través de una pantalla o en las páginas de un manga, ahora eran reales, tangibles, y mucho más intimidantes de lo que jamás había imaginado.

El silencio que Minato dejaba entre cada frase era casi abrumador. No parecía tener prisa. Era como si estuviera esperando que Obito tomara la iniciativa para romper el hielo

Pero Lily, atrapada en ese cuerpo, no sabía cómo responder. ¿Cómo se supone que debía actuar? ¿Cómo podía mantener la fachada sin delatarse? Cada palabra que Minato pronunciaba solo aumentaba su ansiedad interna, aunque su cuerpo ahora estuviera más calmado.

Finalmente, Minato decidió dar un pequeño paso adelante en la conversación, sin prisa, pero con la firme intención de crear un puente que su alumno pudiera cruzar cuando estuviera listo.

—Obito —comenzó suavemente, mirando a los ojos del niño—, sé que algo te está preocupando. No tienes que decirme de inmediato qué es, pero me gustaría que supieras que puedes contar conmigo. Lo que sea que esté sucediendo

Lily tragó saliva con dificultad. Las palabras de Minato eran reconfortantes, pero también difíciles de escuchar.

No era Obito, no era parte de este mundo, pero debía fingir que lo era. Cualquier error podría desencadenar algo mucho peor, podría exponerla, y el miedo de no saber cómo interactuar en este entorno desconocido solo la hacía sentir más pequeñ

Decidió hacer lo que le parecía más seguro: asentir lentamente. No podía arriesgarse a decir algo equivocado. Había visto tantas veces a Obito en la serie, pero nunca había estado en su piel. ¿Cómo se comportaría él en una situación así? No lo sabía. Así que el silencio, era su mejor opción.

Minato interpretaría su respuesta como una señal de que todavía estaba afectado, pero al menos no le exigiría una explicación inmediata.

Minato observó el pequeño asentimiento y lo aceptó. Sabía que forzar a su alumno a hablar solo lo empujaría más hacia su interior.

Obito siempre había sido un chico emocional, y las emociones intensas a menudo lo desbordaban. Minato lo entendía, pero también sabía que debía abordar el tema de alguna manera

—¿Te parece bien si hablamos un poco? —preguntó Minato, manteniendo su tono suave pero sin dejar de ser directo. No quería forzar una conversación, pero necesitaba hacerle entender a Obito que el silencio no lo ayudaría del todo.

Lily, aún sin saber cómo reaccionar, volvió a asentir, pero esta vez más nerviosa.

Hablar significaba exponerse, significaba decir algo que podía no encajar con la versión de Obito que todos conocían. Quizás, si mantenía sus respuestas vagas, podría evitar problemas.

Reencarne en Óbito UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora