El sol apenas había comenzado a ascender sobre Konoha, cubriendo los tejados de la aldea con una luz dorada suave.Lily, se encontraba en la entrada del pequeño departamento, mirando por una ventana el mundo que se desplegaba ante ella.
La aldea oculta entre las hojas, un lugar que había visto cientos de veces en el anime y manga, ahora se extendía ante sus ojos de una manera abrumadoramente real.
A pesar de todo el miedo, la confusión, y la ansiedad que la habían mantenido atrapada dentro de estas cuatro paredes durante días, hoy sentía una chispa diferente en su pecho. No podía seguir escondiéndose para siempre.
Habían pasado varios días desde que se encerró, dedicándose a entrenar y aprender los rudimentos del chakra. Aunque no había logrado avances significativos, podía sentir un cambio dentro de ella. Pequeño, casi imperceptible, pero estaba ahí.
Era como si su cuerpo comenzara a aceptar lentamente la presencia del chakra, aunque aún estuviera lejos de poder controlarlo de manera fluida.
Pero esos dos días también le habían dado mucho tiempo para pensar, para aceptar la realidad en la que se encontraba. Estaba aquí.
Estaba en el mundo de Naruto, en el cuerpo de Obito, y aunque no sabía cómo había llegado ni si podría regresar a su vida anterior, no podía desperdiciar la oportunidad de conocer este lugar que había admirado desde lejos.
Con una respiración profunda, salió finalmente del departamento, cerrando la puerta con un suave clic tras ella.
Sus emociones se mezclaban entre si, miedo, confusión, sin embargo, después de haber calmado un poco todo su estrés ahora también había espacio para la emoción
El aire fresco de la mañana era revitalizante, y mientras caminaba tímidamente por las calles de Konoha, no podía evitar sentir una mezcla de asombro y temor.
Cada esquina, cada callejuela, cada tienda le parecía familiar, pero a la vez completamente nueva. Había visto todo esto a través de una pantalla, pero ahora lo estaba viviendo en carne propia.
Los puestos de distintas comidas japonesas que siempre parecían tan apetitosos, el bullicio de los ninjas que iban y venían
Verlos hacer su día a día los niños corriendo por las calles jugando a ser shinobis; todo tenía una vibrante energía que no se podía captar del todo a través de la ficción.
A medida que avanzaba por las calles, sintió cómo algunas miradas se posaban en ella.
Probablemente no era raro que la gente reconociera a Obito, un joven Uchiha con una reputación que, hasta donde sabía, era conocida por sus constantes tardanzas y su actitud despreocupada.
Se esforzó por caminar con una postura más confiada, aunque sus movimientos se sentían torpes y algo inseguros.
Todavía estaba adaptándose a este cuerpo, uno que, aunque ágil y entrenado, le resultaba completamente ajeno.
Pasó por algunas tiendas, donde los vendedores ofrecían frutas y verduras frescas, mientras algunas kunoichis conversaban animadamente entre ellas, probablemente después de un entrenamiento.
Obito las observó de reojo, sintiendo una punzada de envidia al ver la facilidad con la que manejaban su entorno. Para ellas, esto era normal.
Para Lily, todo era un desafío constante. Pero no podía detenerse en esos pensamientos. Continuó caminando, dirigiéndose hacia las áreas más abiertas de la aldea.
Admirando todo su alrededor, desde los lugares que vio en pantalla asta los que simplemente no sabía que existían, sus ojos curiosos y algo temerosos no tenían un destino fijo más que simplemente conocer el lugar que a partir de ese momento sería su Hogar
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Reencarne en Óbito Uchiha
Fanfictiontenía un destino escrito, que aún que horrible me guiaba a un lugar que conocía con certeza, ahora camino por un sendero con torpeza sin saber, sin tener destino escrito