Lily se encontraba nuevamente en el departamento de Obito, sentada en el suelo con las piernas cruzadas frente a una pequeña pila de libros polvorientos
El aire en la habitación era denso, mezclado con el polvo que levantó al remover las estanterías en busca de algo, cualquier cosa que pudiera servirle para aprender a usar chakra.
Había pasado tanto tiempo soñando con estar en un mundo como el de Naruto, un lugar lleno de ninjas, técnicas sorprendentes y chakra.
Ahora, frente a esas mismas realidades, la brecha entre sus fantasías y la verdadera experiencia de estar en ese mundo la golpeaba con una fuerza aplastante.
En la ficción, manejar chakra parecía algo casi intuitivo, algo que los personajes dominaban con entrenamiento, claro, pero también con una facilidad que ahora, en la vida real, parecía inalcanzable.
El sol de la tarde entraba débilmente por la ventana, proyectando sombras largas sobre el futón deshecho y las paredes desnudas.
Había pasado horas buscando alguna clase de pista, cualquier cosa que pudiera ayudarla a comprender cómo usar chakra, ese poder místico que en el mundo de Naruto parecía ser tan natural para todos los shinobis.
Sin embargo, para Lily, atrapada en este cuerpo ajeno, era como aprender a caminar por primera vez, solo que mucho más aterrador.
Había encontrado varios textos sobre técnicas básicas y teorías de la academia ninja. Los tomos parecían antiguos, llenos de anotaciones garabateadas y diagramas confusos. Sentía el peso del tiempo y del conocimiento perdido sobre sus hombros.
Sabía que Obito, a su edad, aún que era tomado varias veces por tonto, en su juventud ya dominaba muchas de estas habilidades, lo que solo incrementaba su ansiedad. Pero estaba sola, y no podía darse el lujo de seguir postergando lo inevitable. Si quería sobrevivir en este mundo, tenía que aprender a usar chakra. Y rápido.
Con las manos temblorosas, Lily tomó uno de los libros que parecía el más básico.
Las páginas amarillentas se sentían frágiles al tacto, y el texto estaba escrito en caracteres que afortunadamente podía entender, gracias a los conocimientos que Obito parecía haber transferido de manera natural a su mente. Era como si los recuerdos del chico estuvieran ahí, flotando en el fondo de su conciencia, pero inalcanzables cuando más los necesitaba.
—Control básico del chakra... —leyó en voz baja, escaneando las primeras líneas del texto.
El primer paso era meditar, conectar la energía física y espiritual dentro del cuerpo, y hacerlas fluir juntas en armonía. Lily respiró profundamente, tratando de calmarse.
Sabía que esto iba a ser complicado, especialmente porque no tenía idea de cómo se sentía el chakra, cómo se percibía o cómo se manipulaba. Había visto a los personajes del anime usar técnicas impresionantes, pero eso era ficción
Ahora, en esta realidad, tenía que encontrar una forma de desbloquear esa habilidad dentro de sí misma y lo más rápido que pudiese
Se sentó más recta, cerró los ojos y trató de concentrarse. El cuarto a su alrededor estaba en completo silencio, salvo por el murmullo distante de la vida en Konoha.
Intentó despejar su mente, dejar de pensar en todo lo que la abrumaba. Respiró lenta y profundamente, recordando las palabras del libro: "Concéntrate en tu centro, siente el flujo dentro de ti, la energía que siempre ha estado ahí."
El problema era que no sentía nada. Su cuerpo estaba tenso, su mente inquieta. Los pensamientos sobre su situación seguían invadiéndola, distrayéndola de lo que estaba intentando lograr. Después de varios minutos, abrió los ojos, frustrada. Nada. Ni siquiera una chispa de energía.
ESTÁS LEYENDO
Reencarne en Óbito Uchiha
Fanfictiontenía un destino escrito, que aún que horrible me guiaba a un lugar que conocía con certeza, ahora camino por un sendero con torpeza sin saber, sin tener destino escrito