Suspiro leyendo aquel libro, cada vez entendía menos a la castaña.
Simplemente era un enigma a sus ojos, demasiado complejo para su mente que estaba basada en lo cotidiano de la vida.
Miro su muñeca y las marcas en esta entre sus pulseras. Definitivamente odiaba que la ojiverde se hiciera tal daño, pero ¿Cómo reprocharle algo que ella misma había hecho, o peor aún, cómo regañarla por algo que iba más allá que sus propios motivos? Cuando ella lo hizo la ojiverde la ignoro y no le juzgo.
Pero, ¿A quién engañar? Cuando ella lo hizo, lo hizo por hacerlo. Sabía perfectamente que la ojiverde no era así de caprichosa.
Jave se mostraba cuerdo al inicio de sus historias, y casi parecía tener un propósito. Luego de un par de páginas comenzaba a divagar, para finalmente acabar con un libro repleto de frases sin sentido. Aun así, María Corina debía admitir que sus palabras generaban cierta atracción.
Además, su transición de cordura a completa demencia ocurría tan lentamente que, realmente, era imposible darse cuenta de ello. Tal vez en eso estaba su magia.
El cambio no se percibía hasta que era demasiado tarde.
"Y aquí Ana, de cabello rojo, dijo al caballo: 'Mátame, y el pobre Freddy, que era un perro, por fin hizo realidad su sueño de ser un gorrión"
Y en ese momento, casi como sabiendo que María Corina finalmente comenzaba a leer el libro de jave, Mónica la llamó. El tema predeterminado resonó en la habitación.
-. ¡Mónica! -, saludó con entusiasmo antes de cerrar el libro de Jave.
Era una lectura interesante, pero llegaba a dar dolor de cabeza.
-. ¿Coco? -, su voz se escuchaba suave tras la línea, casi hipnótica -. No puedo creer lo mucho que me gusta tu voz.
-. ¿Solo mi voz?
Habían pasado dos semanas desde lo sucedido en el departamento de la ojiverde y todo estaba en calma. No había clientes locos, ni escenas violentas, ni gritos, ni llantos. Estaban en una etapa maravillosa.
-. Tu culo también, pero no quería ser tan poco romántica.
La mayor rio. Realmente le encantaba esa mujer.
La relación de ambas, por desgracia, no había cambiado mucho. Se hablaban con más frecuencia, sí, y Mónica parecía haber aceptado el hecho de que estaba enamorada de la escritora, pero ninguna se atrevía a dar el siguiente paso.
Ambas comenzaban a impacientarse.
-. ¿Podemos hablar de lo demente que Jave estaba? -, cuestionó María Corina con una sonrisa -. Juro que a partir del octavo capítulo el pobre estaba alucinando... Y puedo jurarlo porque olvidó escribir el capítulo ocho.
-. Es de lo único que hemos hablado durante estas dos semanas -, remarcó Mónica -... Pienso que has leído los tres libros de Jave que te he prestado solo para burlarte de él.
-. ¡Por supuesto que no! -, se negó con indignación -. Lo hago porque quiero entender qué es lo que ves en estos libros.
-. No vas a entenderlos si tratas de entenderlos.
-. ¡Esto es confuso! -, se quejó. De tantos libros que ha leído, ese, justamente ese, la estaba sacando de quicio -. ¡Y estresante! -, añadió.
-. Tú también sueles estresarme cuando no dejas de hablar de un escritor muerto -, comentó tras la línea con neutralidad -. Pensé que yo era su fan loca, no tú.
María Corina intentó contener su risa, pero no lo logró. Nunca se había imaginado a Mónica como una loca fan de nada, pero ahora tenía una clara imagen de la pintora gritando como demente mientras vestía una camiseta con el rostro anónimo de Jave.
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Shameless ©
RomanceSu primera cita no fue típica, tampoco la segunda y mucho menos la tercera. Ella no era típica y su historia tampoco lo seria. Basada en: María Corina Machado. Empezada el 09/01/2016 Terminada el 18/06/2016