capitulo 19

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**Advertencia: contenido sensible**

Toc.toc.toc

- ¿Bill?... ¿Estás ahí?...
Toc.toc.toc

- Soy Tom... ¿estás? -Apretó los ojos y antes de levantarse del suelo, lo primero que vio fue
su casa, esperando que no estuviera tan jodida, pero sí que estaba, y no iba a poder recoger
todo antes de que Tom se desesperara y decidiera irse, así que se levantó, y sintió la vista
nublada por el mareo, pero, cubriéndose los ojos por un par de segundos, pudo volver a la
normalidad, y entonces sí que caminó hacia la puerta y la abrió.

Al abrir la puerta, el rostro de Tom ya estaba palidecido por la preocupación, pero al ver el
cuerpo de Bill y el estado en el que estaba, se pudo poner todavía más expresivo.

Hizo el ademán de dar un paso al frente, pero Bill se movió para evitarlo, incluso él mismo
impresionado por sus reflejos.

- Te he llamado por horas... ¿está todo bien?

- No tengo ganas de hablar, Tom. - El tono de su voz salió medio tembloroso, pero no por el
llanto, sino porque dolía hablar con la garganta tan inflamada. - ¿Puedes irte?

- Oye..., pero, ¿qué pasó?, parece que un terremoto azotó en tu casa. - Decía, al tiempo que
veía sobre el hombro de Bill, todo tirado, todo revuelto. - Déjame pasar...

- Que no... ¡Que no, Tom! - Gritó cuando el aludido lo empujó para entrar allí. Se dio la
vuelta y cerró la puerta antes de que los vecinos de piso tuvieran que escuchar otra vez un
escándalo. - ¡Que te vayas de aquí, imbécil!
Tom lo miró confundido.

- No me hables así.

- ¡Imbécil! - Repitió, y fue que Tom vio en su rostro algo extraño, que no pudo definir
concretamente. Pasó los ojos por la habitación, deteniéndose en una pared donde tres hilos
finos color marrón la adornaban; después miró sus manos, tratando de corroborar la primera
teoría que se le vino a la mente, pero Bill se abrazaba el torso y no alcanzaba a verlo.

Entonces vio sobre el sofá al pequeño gatito durmiendo; se preguntó si Bill lo había llevado
al veterinario, pero desde donde estaba aún podía ver cómo algunos animalillos le caminaban
por el pelaje.

Apretó la quijada, luego se preguntó si le había dado de comer, aunque la idea se disipó al estar seguro de que ni siquiera él mismo se había alimentado en a saber cuántas
horas.

¿Qué ha pasado? - Dijo en un soplidillo.

- Que te largues de aquí. - Ordenó, enojado.

Lo primero que pensó fue que estando ebrios le había dicho algo ofensivo y que por eso
estaba enojado, pero cuando veía los hechos, parecía más bien algo ajeno a él. Y entonces
creyó que se le había filtrado otro vídeo, o que habían compartido en otros lados los que ya
estaban en el internet. Pero no se atrevió a preguntarle.

- ...Vale, me voy... - Susurró. - Pero voy a tener que llevarme al gato a revisión, no lo puedes
tener así.

Hizo el ademán de cogerlo, pero la voz de Bill lo detuvo.

- ¡Ni lo toques!

- Hombre, voy a regresártelo, sólo voy a llevarlo a que lo bañen. - Lo cogió con una mano,
era tan pequeño que temía que aun fuera a necesitar leche materna. Se lo pegó al pecho, y al
encarar a Bill, lo vio fulminándolo con la mirada.

- Déjalo ahí... ¡yo lo voy a llevar!
- ¿Cuándo?

- ¡No lo sé, sólo déjalo! - Se acercó a Tom unos pasos y alargó su mano para cogerlo, pero
Tom lo esquivó y negó.

- Cálmate, tío... hoy mismo te lo regreso.

- ¡Que no!, ¡que me lo des! - Le atrapó una patita, y jaló de ella, pero Tom le dio un empujón
para que, con éxito, lo soltara. - ¡Dámelo!

- A ver... lo llevamos los dos, ¿sí?... acompáñame. - Bill bajó la mirada, sintiendo los ojos
mojados, al no poder controlar cómo se sentía, al haber estado pensando por tantas horas que,
lo que menos quería, era seguir viviendo allí.

Pero entonces asintió, sin ser capaz de ver a Tom, quien le pasó en sus manos al gatito y Bill
lo acercó a su pecho con delicadeza, pudiendo respirar otra vez con tranquilidad.

- Venga, acompáñame al veterinario.
Tom no pudo ni hacer la broma de que parecía un tío loco, con su camisón de pijama, la cara
hinchada y el cabello despeinado. Y era porque no podía entender qué había pasado que lo
había puesto así.

Durante el camino apenas hablaron, y fue él quien se bajó con el gatito para pedir el baño y
los cuidados. Fue de apenas veinte minutos la espera, porque era tan bebé que no podían
darle un baño con agua, así que el tratamiento se lo dieron en polvo y le dieron especificaciones de cómo cuidarlo, como que tenía que beber fórmula de un chupete, y ser
bañado con el polvo para pulgas por lo menos tres veces a la semana.

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⏰ Última actualización: 11 hours ago ⏰

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𝑹𝒐𝒕𝒐 🥀. "𝐿𝑖𝑎𝑛𝑠𝑎𝑣𝑖𝑜𝑟" 𝒕𝒐𝒍𝒍 .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora