El restaurante era pequeño pero de una elegancia contenida. Estaba bien iluminado, con lámparas que proyectaban una luz cálida sobre las mesas cubiertas de manteles blancos. Las paredes estaban decoradas con sutiles pinturas paisajísticas, y las ventanas grandes permitían una vista parcial de los jardines exteriores. Había pocas mesas ocupadas; familias adineradas, probablemente tomando un respiro de la escena social, conversaban en voz baja mientras degustaban sus platos. El ambiente era íntimo, pero había una quietud incómoda, como si cada cliente quisiera escapar de la mirada de los demás.Para cuando Adrian y Thomas tomaron asiento, el agotamiento empezaba a cobrarle factura a Adrian, quien disimulaba su fatiga con la línea de cocaína que había inhalado minutos antes en el baño. El dolor en su pierna se mantenía en segundo plano, pero el escozor constante le recordaba que no podía permitirse bajar la guardia, no cuando estaba en presencia de Thomas Shelby. Observó al hombre sentado frente a él, con el menú en las manos, mientras el mozo, de pie junto a ellos, los miraba con cierto juicio en los ojos. Claramente, no encajaban en el perfil de los clientes habituales.
Thomas, sin siquiera levantar la vista, pidió venado. "He oído que es el mejor de la región," dijo con su voz monótona y controlada, devolviendo el menú sin más. Luego, giró hacia Adrian. "¿El vino, señor MacLeod?"
Adrian, sintiendo el peso del ambiente en cada rincón de la sala, levantó la mirada con ese desdén tan característico. Se reclinó ligeramente hacia atrás, manteniendo las manos en su regazo. Con una ligera pausa, barrió la sala con los ojos antes de volver al mozo. Se preguntó brevemente si el ligero temblor en sus dedos era notado.
Lo negativo sobre la cocaína era que inhibia el cerebro. Alerta pero nervioso, atento pero inquieto. Los pensamientos acelerados pero desenfocados. No era un estado ideal para enfrentar a Thomas Shelby. Adrian MacLeod barajo sus opciones y tomó su decisión; el dolor solo lo haría irritable, y la irritabilidad lo haría obvio delante de ese hombre. Lo bueno, en ese contexto, era que Adrian creía que años de abuso lo habían hecho familiar a los efectos de la cocaína, al menos lo suficiente para notarlos.
"Bordeaux" dijo Adrian, haciendo una breve pausa mientras dirigía la mirada por el restaurante con una leve mueca de desdén. "A menos que aquí, cuenten con Barolo" agregó, arqueando una ceja. "En ese caso, lo prefiero con la carne roja."
El mozo, atrapado en el fino hilo entre servilismo y respeto, asintió con profesionalidad. "Buena elección, señor," respondió antes de retirarse.
Adrian observó cómo el mozo se alejaba con rapidez, casi como si quisiera huir del peso de su presencia y la de Thomas. Cuando volvió la mirada a su acompañante, se dio cuenta de que Thomas lo miraba con una ligera curva en sus labios, apenas una sombra de sonrisa.
"Un hombre educado," comentó Thomas, con la misma indiferencia calculada que siempre llevaba.
"Difícilmente," respondió Adrian, acomodando la servilleta en su regazo y apoyando los codos en la mesa, uniendo las manos delante de él mientras lo miraba, intentando controlar el temblor. La vista en Thomas para intentar no distraerse con el rastro de paranoia que comienza a apoderarse de su cerebro. "Solo elijo lo más caro del menú, es todo lo que importa con estas personas, señor Shelby."
Thomas lo miró por un segundo más, su expresión volviéndose más neutral. "Entonces, es todo sobre dinero, como dijo."
"Encuentro difícil que acabe de descubrir eso," replicó Adrian con un tono mordaz, girando la cabeza levemente hacia un lado mientras observaba cómo otros comensales apenas los miraban, pretendiendo que no los notaban.
El ambiente a su alrededor seguía siendo sofocante. Las risas apagadas, el tintineo de las copas y el leve murmullo de conversaciones elegantes parecían contrastar de manera absurda con la conversación que sabían que estaba a punto de ocurrir. La tensión entre ellos era palpable, incluso si las palabras aún no habían cruzado la línea de lo abiertamente conflictivo.
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on the edge of death • Thomas Shelby.
FanfictionThomas había aprendido a confiar en él, aunque no lo dejaba acercarse demasiado. Para Adrian, esa distancia era un refugio, un escudo ante los secretos que ambos compartían. Thomas, con su poder implacable y su dolor oculto, era un hombre difícil de...