Demonio De La Guarda

5 capítulo: mariposas en el estómago

-retomando con el capítulo 3-

*Perspectiva de jaehyun*

Con una cara de confusión, pensé en qué responder a tal declaración por parte de Doyoung. Me quedé inmóvil; no podía salir ninguna palabra de mi boca y empecé a sudar como loco. Se suponía que él no debía saberlo. Todo se volvió gris y veía borroso; sentía que mi mundo se iba a caer. Pero entonces sentí que Doyoung tomó mi mano.

—A veces, creo que tú eres el que me enseña a ser mejor —dijo, apretando mi mano con fuerza. Su voz era un susurro cargado de sinceridad que me sorprendió.

La confusión me invadió. Yo, un demonio, recibiendo lecciones de humanidad. Me sentí incapaz de responder, temiendo que la verdad se filtrara de mis labios.

—No siempre tengo respuestas, pero estoy aquí contigo —le aseguré, tratando de proyectar confianza y evitar el tema. Sin embargo, en mi interior, una batalla se libraba. ¿Cómo podía alguien tan puro ver algo bueno en mí?

—¿De verdad? ¿No te da miedo? —preguntó, su mirada profunda y analítica.

Un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Cómo podía confiar en alguien como yo?

—A veces —respondí, forzando una sonrisa—, pero no tienes que preocuparte por mí. No soy un demonio de verdad. Solo... un chico con problemas, ¿sabes?

Doyoung frunció el ceño, como si intentara desentrañar mi evasión.

—No creo que sea tan simple. A veces, la gente es mucho más compleja de lo que muestra.

Mi corazón se aceleró; sentía que mi estómago estaba en llamas. Necesitaba cambiar de tema.

—¿Te gustaría caminar un poco? —pregunté, el tono nervioso deslizándose en mi voz. También necesitaba tomar aire; tenía mucho calor.

Asintió, pero su mirada aún estaba llena de duda. Mientras comenzamos a caminar, el sol se ponía, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y violetas. Cada paso que daba me sentía más atrapado entre mi verdad y el deseo de mantenerlo cerca.

—Lo que importa es lo que eres, no lo que dicen de ti —dijo Doyoung de repente, su voz firme.

Me detuve, sintiendo el peso de sus palabras. ¿Podría ser verdad? ¿Podía un demonio encontrar redención a través de una conexión genuina?

—Quizás no sea tan complicado —murmuré, más para mí mismo que para él.

Doyoung me miró, su expresión revelando que comprendía mi lucha. La posibilidad de abrirme a él se acercaba más. Pero, por ahora, tenía que mantener mi secreto a salvo.

—Vamos, hay un lugar que quiero mostrarte —dijo, sonriendo de nuevo.

Lo seguí, sintiendo que cada paso me acercaba no solo a un lugar físico, sino también a un abismo de emociones que no sabía cómo manejar. Al llegar a un pequeño claro del parque, donde la luz de la luna comenzaba a brillar, el ambiente se volvió mágico.

—Este es mi lugar favorito —dijo, mirando hacia arriba, y luego se volvió hacia mí—. Aquí es donde vengo a pensar.

La serenidad del lugar me envolvió, y su presencia a mi lado me tranquilizó.

—Doyoung, yo... —empecé, sintiendo el impulso de decirle la verdad. Pero su mirada me detuvo.

—¿Puedo ser sincero? —preguntó, su tono serio y a la vez vulnerable.

Asentí, mi corazón latiendo con fuerza.

—Me importas más de lo que esperaba. Me asusta, pero también me emociona.