Secretario.. (Caesar x Lee Won)

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Lee Won no tenía forma de explicar el alivio que sintió cuando le asignaron una Oficina personal en vez de hacerlo trabajar junto a Caesar.

Si, su Oficina estaba literalmente al lado de la de Caesar, pero algo era algo. Podía respirar un poco más tranquilo, al menos por el momento. El mafioso lo había intimidado desde el primer instante, y no era solo por su imponente presencia. Era su forma de hablar, su tono suave pero firme, y esa mirada que siempre parecía estar desnudándolo, como si viera mucho más de lo que Lee Won quisiera mostrar.

Sin embargo, a pesar de estar aliviado, la sensación de nerviosismo no lo abandonaba por completo. Después de todo, aunque estuviera solo en su propia oficina, sabía que Caesar estaba a unos pocos metros de distancia. Podía sentirlo, como si su sola presencia impregnara el aire. Se dejó caer en su silla de cuero con un suspiro, mirando los documentos que le habían dejado para revisar.

"Esto es un sueño", pensó. "O una pesadilla".

Lee Won trató de concentrarse en su trabajo, pero su mente vagaba constantemente hacia los eventos de la entrevista. Cada palabra, cada gesto de Caesar se repetía en su cabeza. Y lo peor era la forma en que el mafioso había coqueteado con él, dejando muy en claro que las formalidades no serían necesarias entre ellos. Ese tipo de comportamiento lo desconcertaba, y al mismo tiempo, lo atraía. Había algo en Caesar que hacía imposible apartar la mirada o dejar de pensar en él, aunque una parte de Lee Won sabía que era peligroso.

Mientras pasaban los minutos, la puerta de su oficina se abrió sin previo aviso, y ahí estaba él: Caesar, con su traje impecable y esa mirada intensa que parecía traspasarlo.

-- ¿Interrumpo? -- Preguntó con una sonrisa que claramente sabía la respuesta.

Lee Won tragó saliva, intentando que su nerviosismo no fuera demasiado evidente.

-- No, señor Sergeyev -- Respondió con formalidad, aunque su voz sonó algo temblorosa.

Caesar caminó hacia su escritorio con pasos lentos y medidos, sus ojos recorriendo cada detalle de la oficina antes de posarse directamente en Lee Won.

-- Te dije que dejaras las formalidades -- Dijo suavemente, inclinándose sobre el escritorio hasta que sus rostros quedaron a poca distancia. -- Prefiero que me llames Caesar.

El corazón de Lee Won comenzó a latir con fuerza. El calor subió a sus mejillas, pero intentó mantener la compostura.

-- Lo... lo siento, Caesar -- Dijo, sintiendo que su nombre se le atascaba en la garganta.

Caesar sonrió, claramente complacido, antes de enderezarse y caminar hacia la ventana, observando la vista de la ciudad desde lo alto. La atmósfera en la habitación era tensa, pero no incómoda. De hecho, la tensión era algo casi palpable, como si estuviera cargada de electricidad.

-- Espero que te estés acomodando bien -- Comentó Caesar sin voltear. -- Si necesitas algo, lo que sea, no dudes en pedírmelo.

Lee Won se mordió el labio, aún inseguro de cómo manejar la situación. No podía negar que había una atracción creciente entre ellos, pero tampoco podía ignorar que Caesar era peligroso, un hombre temido por todos.

-- Gracias... Caesar -- Respondió, sintiendo que la palabra le quemaba en la lengua.

El mafioso finalmente se giró, sus ojos oscuros fijos en Lee Won con una intensidad que lo hizo estremecerse.

-- Nos vemos más tarde, Lee Won -- Dijo con suavidad antes de salir de la oficina, dejándolo solo, confundido y, para su sorpresa, esperando con ansias el siguiente encuentro.

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