Secretario.. (Caesar x Lee Won)

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¡Esto es solamente un especial, no afecta en la historia ni tampoco es parte de esta!

¡Feliz Halloween a todos! Este especial es para agradecerles todo el apoyo que me an dado, ¡muchisimas gracias por todo!

Las luces tenues del salón principal contrastaban con los brillantes adornos de Halloween que habían decorado la noche. Caesar, observando desde un rincón con una copa de vino en la mano, apenas prestaba atención a la fiesta a su alrededor. Sus ojos se centraban únicamente en una figura en particular.

Lee Won estaba allí, justo en el centro del salón, rodeado por otros empleados, con un disfraz que resaltaba su delicadeza y, al mismo tiempo, lo hacía ver casi etéreo. Caesar sintió un pulso de deseo tan intenso que tuvo que contener un suspiro. No había esperado que su secretario aceptara su invitación, mucho menos que se vistiera de una manera que pareciera diseñada para tentarlo.

"¿Qué clase de monstruo seré si no puedo mantener las manos lejos de él en una simple fiesta?", pensó, forzándose a apartar la mirada. Pero el impulso era tan abrumador como absurdo. De alguna forma, esta noche, ver a Lee Won allí, tan cerca, con su piel parcialmente expuesta y una sonrisa tímida en los labios, desataba algo salvaje en él. Caesar sabía que, si cedía, ni siquiera la noche le daría suficiente sombra para ocultar lo que sentía.

Sin poder evitarlo, se acercó lentamente, consciente de cada paso y de la creciente emoción que sentía con cada segundo que lo acercaba a Lee Won. Cuando finalmente llegó a su lado, Caesar no perdió ni un segundo antes de hablar, aunque manteniendo un aire de control, una capa delgada sobre la verdadera intensidad que ardía en su interior.

— ¿Disfrutando la fiesta, Lee Won? —dijo con una sonrisa que probablemente solo él sabía cuán forzada era.

Lee Won levantó la vista, y por un instante, Caesar se perdió en la forma en que los ojos de su secretario se abrieron con una mezcla de sorpresa y admiración. Sabía que se veía imponente esta noche, cada pieza de su traje oscuro cuidadosamente elegida para proyectar poder, y, aunque pareciera un juego, todo era para atraer la atención de ese Omega que no dejaba de aparecer en sus pensamientos.

— S-sí, señor Sergeyev —respondió Lee Won con una sonrisa.

"Señor Sergeyev", pensó Caesar, mordiéndose la lengua. Esa formalidad, esa distancia, tan respetuosa y adecuada, era suficiente para volverlo loco. Caesar inclinó la cabeza, acercándose apenas lo suficiente para que su aliento rozara la mejilla de Lee Won.

— Recuerda que no es necesario que tu me llames de esa forma, puedes llamarme por mi nombre. —murmuró, y se regocijó al ver cómo un leve rubor cubría las mejillas de Lee Won.

Por un instante, el Omega pareció vacilar, pero finalmente asintió con un tímido "Caesar". La forma en que pronunció su nombre, tan suave, tan delicada, provocó que Caesar sintiera un escalofrío recorrerle la columna. El Alfa tuvo que hacer un esfuerzo por mantenerse firme; cada centímetro de su cuerpo clamaba por rodear la cintura de Lee Won y hacerlo suyo en ese mismo instante.

Durante el resto de la noche, Caesar se las arregló para quedarse cerca de Lee Won, interceptando cada mirada curiosa que se posaba en el Omega, dejando en claro que él era el único en quien Lee Won debería estar pensando.

Finalmente, en un momento en que la mayoría de los invitados parecían distraídos, Caesar se inclinó hacia Lee Won una vez más.

— ¿Te gustaría acompañarme a la terraza? —preguntó, con la voz suave pero cargada de una autoridad que sugería que aquello no era exactamente una opción.

Lee Won asintió en silencio, y Caesar notó cómo el Omega lo seguía sin cuestionar, sin dudar. Esa obediencia silenciosa, esa confianza, encendía en él algo que solo su autocontrol mantenía a raya. Una vez en la terraza, con la brisa de la noche rozándoles el rostro y el ruido de la fiesta lejos, Caesar se permitió una expresión más sincera.

— Me sorprende que hayas venido esta noche. Pensé que las fiestas no eran lo tuyo —dijo, intentando mantener la conversación ligera, aunque cada palabra le costaba.

— Me pareció… una buena oportunidad para cambiar un poco la rutina —respondió Lee Won, con una mirada nerviosa pero determinada.

Caesar no pudo evitar sonreír, una sonrisa más peligrosa, cargada de intenciones que probablemente Lee Won no lograba percibir del todo. Se acercó un poco más, apoyando una mano en la barandilla junto al Omega, encerrándolo sin tocarlo.

— Me alegra que hayas decidido cambiarla… —murmuró, en un tono suave, dejando que su aliento rozara el oído de Lee Won.

El rubor en las mejillas de Lee Won era ahora mucho más evidente. Caesar alargó la mano y, con un gesto lento y calculado, deslizó los dedos por el brazo de Lee Won, provocando un leve temblor en el Omega que lo hizo sonreír con satisfacción. La sensación de control, de poder, combinada con la obsesión que sentía por Lee Won, era embriagadora.

— ¿Te incomodo? —preguntó, en un susurro que sonaba a una mezcla de burla y desafío.

— N-no, en lo absoluto… Caesar —respondió Lee Won, su voz apenas un murmullo. Esa respuesta lo hizo sentir como si ganara una guerra. El "Caesar" de Lee Won era como una pequeña rendición, una grieta en las defensas del Omega.

Sin pensarlo demasiado, Caesar permitió que sus dedos rozaran la mandíbula de Lee Won, levantando suavemente su rostro hasta que sus miradas se encontraron de lleno. Y allí, en el silencio de la noche, no pudo resistir más. Acarició su mejilla con el pulgar, permitiéndose ver por un instante la suavidad de la piel bajo su toque.

— Esta noche, Lee Won, podrías ser cualquier cosa. Un fantasma que desaparezca al amanecer… o alguien que me acompañe un poco más de tiempo —dijo, dejándole claro que no tenía la más mínima intención de soltarlo.

El Omega no respondió, pero su mirada temblorosa y el ligero mordisco que dio a su labio inferior le bastaron a Caesar como respuesta. Y así, con una sonrisa satisfecha, se inclinó, rozando sus labios en una promesa silenciosa. Halloween había traído consigo una noche de misterios, pero para Caesar, lo único que importaba era lo tangible y real de tener a Lee Won tan cerca, sabiendo que esa conexión no era una fantasía.

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¡Recordarles que esto es simplemente un especial! ¡No es parte de la historia!