Mi OC en Murder Drones

8. la última gala (parte final).

El sótano seguía sumido en una penumbra densa, y N, agotado, apenas podía moverse después de ser arrastrado por la cosa metálica. Con cada paso que daba hacia el fondo, sentía cómo la desesperanza crecía en su interior. Cuando la cosa finalmente lo soltó, fue sólo para atarlo en una silla idéntica a la de Annie, colocada a pocos metros de ella. Annie seguía luchando contra sus ataduras, mientras miraba a N con miedo y frustración.

La cosa metálica, mezcla retorcida de piezas y cables, se movía de manera errática, buscando algo en su entorno. Parecía saber exactamente qué hacer, pero había algo que no podía alcanzar. Entre sus movimientos, intentaba agarrar un bisturí que descansaba en una mesa cercana, pero sus extremidades mecánicas no tenían la precisión suficiente. El sonido de sus intentos fallidos llenaba el aire con un ruido de metal chocándose.

Annie miraba con horror, mientras la cosa finalmente dejaba de intentarlo. Se quedó inmóvil por un momento, como si estuviera pensando. Después, su rostro metálico giró lentamente hacia la entrada del sótano, y dijo. —V, ¿podrías venir a ayudarme?—. Su voz resonó en el espacio oscuro. 

V se acercó, pero no por su propia voluntad. Sus ojos reflejaban un control ajeno, su cuerpo moviéndose con una rigidez que no era natural para ella. Cyn había tomado el control, usando a V como un peón en su oscuro juego. Pero, en el fondo, V aún conservaba algo de sí misma. A pesar de todo, no podía odiar a N, incluso bajo la influencia de Cyn. Ese rencor simplemente no existía.

Sus ojos se posaban en N y luego en Annie. Sus movimientos eran torpes, rígidos, y su mirada no reflejaba ninguna emoción. La cosa metálica emitió un leve zumbido, señalando el bisturí.

V lo entendió al instante, intentó tomar el bisturí de la mesa en varias ocasiones. Pero en todas falló.

Annie empezó a forcejear con más fuerza contra sus ataduras, sabiendo lo que  pasaría. Trató de gritar, pero el pañuelo que aún cubría su boca sofocó cualquier sonido. N, con la mirada fija en V, intentaba mantenerse firme, pero su cuerpo debilitado apenas respondía.

 — jejeje, wow Cyn, para ser un monstruo sobrenatural... —,dijo N, con la calidez de siempre en su voz.  Pero la cosa metálica respondió cortante.— Soy la Solver de la estructura Absoluta, el vacío, el fin exponencial.

—Toma esto—. Dijo sacando unas gafas algo rotas y se las puso a V.— Hay tienes...—. 

V levantó el bisturí, preparándose para hacer el primer corte.—Los gol... den Retriever tienen...—. Dijo V, con dificultad. —bocas blandas—. Continuó N. Pero, la cosa metálica, tomó a V y la lanzó, para abrirse paso y tomar varías cosas con las que acabaría con nosotros.

Narrador omnisciente:

Annie, con los ojos llenos de lágrimas, observaba impotente. Sabía que si no actuaba pronto, perdería a su hermano. Y justo cuando el bisturí se abría paso en la piel de N, algo dentro de ella hizo clic. Una pequeña chispa de energía corrió a través de su cuerpo, una sensación familiar pero aún incontrolable: el Absolute Solver.