Mi OC en Murder Drones

Capítulo 15: Encuentros Inesperados

El aire era denso mientras Annie y Uzi se adentraban en la guarida de los Murder Drones, un lugar lleno de sombras y ecos del pasado. La luz parpadeante de los tubos fluorescentes iluminaba de forma intermitente el camino. Uzi se detuvo un momento para observar el entorno.

—Recuerda, Annie, mientras yo busco la pieza para el arma, tú busca cualquier cosa que pueda servirnos. Cualquier cosa —dijo Uzi con determinación.

Annie asintió y comenzó a explorar el lugar, revisando los escombros y las piezas de tecnología desechadas. Su curiosidad la llevó a lo profundo de la guarida, mientras Uzi se concentraba en su tarea.

—¡Aquí está! —exclamó Uzi, sosteniendo una pequeña pieza brillante. La colocó en su arma con una sonrisa de satisfacción—. ¡Esto debería funcionar!

Pero su alegría fue interrumpida por un ruido detrás de ellas. Un Murder Drone apareció de las sombras, sus ojos brillaban con una luz ominosa mientras se acercaba con intenciones hostiles.

El Murder Drone, N, apuntó su arma hacia Uzi, quien reaccionó rápidamente. Sin pensarlo dos veces, disparó, y la cabeza de N estalló en una explosión de chispas y metal. Pero lo que la asombró  fue que N se levantó de inmediato, la cabeza regenerándose ante sus ojos atónitos.

—Esto es... un problema —murmuró Uzi, mientras tomaba un brazo mecánico que había caído al suelo.

Antes de que N pudiera atacar nuevamente, Uzi le abofeteó la cara con el brazo que había recogido. N se tambaleó, su vista se nubló temporalmente. Confundido, miró a Uzi, intentando enfocar su vista.

–¿Me abofeteaste con ese brazo?–, pregunto N, con confusión.—¿Eres nueva en el escuadrón? —preguntó N, sin poder decifrar si era un Worker o un Murder Drone.

—Sí, sí —respondió Uzi rápidamente—. Solo soy una aprendiz, así que, por favor, no me lastimes.

Sin embargo, Uzi sintió un dolor agudo en la mano y miró hacia abajo. La cola de N había pinchado su mano.

—Métetela en la boca. La saliva de los Murder Drones neutraliza los nanobots —le aconsejó N con una calma inquietante.

Uzi, aunque renuente, no tenía otra opción. Se apresuró a entrar en la pequeña nave que estaba a unos metros, mientras N la seguía.

—¡Tienes que confiar en mí! —gritó Uzi, mientras introducía su mano en la boca de N.

Mientras el sabor extraño de la saliva le invadía la boca, N comenzó a hablar.

—¿V y J están bien? —preguntó N, su voz era grave—. He estado buscando a V.

—Sí, J está bien. Estaba... buscando algo para ayudar —respondió Uzi, sintiendo la extraña conexión que se estaba formando entre ellos.

Mientras tanto, Annie estaba afuera, buscando más objetos útiles cuando notó dos figuras volando a lo lejos. La ansiedad la invadió cuando una de ellas se lanzó hacia ella, revelándose como V.

—¡Oye, sabes que no tienes ningún motivo para matarme, V! —gritó Annie, aunque no sabía de dónde había salido esa idea.

—¿Moño verde? —preguntó V, confundida, al reconocer a Annie.

Aprovechando el momento de distracción, V soltó a Annie, quien se quedó paralizada, intentando procesar lo que estaba sucediendo. Mientras tanto, J, que había estado volando detrás de V, se lanzó en dirección a Annie, con un brillo de determinación en sus ojos.

—¡No escaparás! —exclamó J.

Annie, en un intento desesperado, se escondió. V y J, confundidas, comenzaron a dirigirse hacia la pequeña nave donde se encontraba N y Uzi. En ese instante, J decidió reiniciar a N para que su visión regresara.

N, sintiendo que su memoria se restablecía, salió disparado de la nave al reconocer a Uzi. Su instinto lo llevó a actuar

N  volaba tras ellas, adentrándose en la noche y hacia el búnker.

El eco de los pasos de Annie y Uzi resonaba en el silencio, mientras las sombras de las ruinas q una vez fueron una ciudad se unían a ellos, y el verdadero peligro se acercaba.