Mi OC en Murder Drones

5. La última gala.( Parte 1)

La gala en la Mansión era un espectáculo de lujo, pero para mí, todo se sentía incómodo. Las luces doradas y las decoraciones elegantes solo resaltaban lo fuera de lugar que me sentía. A pesar de los trajes y la música, había una tensión oculta. Los drones como nosotros no éramos más que sirvientes en este lugar, y lo sabíamos. Los verdaderos invitados, los humanos, se movían por el salón con una confianza que parecía inalcanzable.

Cuando llegamos a la entrada del salón, vi a Tessa hablando con J, se veía preocupada.
–Vienen humanos... ¡ Solo he hablado con robots, J! –. Dijo con un tono de preocupación.
–...–. J solo la miraba. – ¡ Rápido! ¡Finge ser un excéntrico miembro de la realeza!– dijo Tessa. J solo hizo una pose. –emm... Hola, querida–. Dijo Tessa de forma fingida. Entonces desvío su mirada al frente.

“¡N! ¡Annie!” saludó Tessa, su tono era más alegre de lo habitual. Sus ojos pasaron brevemente por Cyn, y su expresión cambió. – ¿a quien trajeron con... Ustedes?.

“Parece que J no cerró bien el sótano,” respondió Cyn, con esa sonrisa suya que siempre parecía contener algo más. “no suelo ser invitada a estos eventos.”

Antes de que Tessa pudiera decir algo más, sus padres se acercaron. Ellos caminaban con la misma autoridad que siempre. El padre de Tessa, alto y severo, miró con desdén a los drones, mientras que su madre, con su elegante vestido dorado, apenas ocultaba su desprecio.

“Tessa James Elliott, no dejaremos que tus mascotas del basurero estén aquí” dijo su madre, observándonos con disgusto.

– s-si, madre– respondió Tessa con rapidez, claramente incómoda. – lo siento, madre–.

La mujer rodó los ojos y vió a Cyn–¡Oh Dios todopoderoso!–. Exclamó su madre. –dije que a esta no la quería tener cerca... Aún no puedes cumplir órdenes simples...
– No!, por favor, yo- Tessa no pudo terminar la frase pues su madre exclamó. –¡al pantano!. También tiraremos tus otros drones de la biblioteca mañana. No me desafies–. Ella se alejaba poco a poco.

– no están rotos... Ya no podemos ser tirados–. Dijo Cyn, sin ninguna expresión en el rostro. – ¿Acaso ese pequeño diablo...?–. Dijo la señora casi apunto de perder los estribos.

N intervino nervioso.– Y-yo le dije que dijera eso y la traje aquí... Esque... Odio las órdenes? Y... Tú abanico es... Feo–.

Sabía que N estaría en problemas, pero... ¿Qué podía hacer? Tessa intervino rápidamente.

“Gracias por venir. Disfruten de la gala,” dijo, intentando mantener la compostura. Pero si madre, cogió a N del traje y lo arrastró hacía afuera. Me mantuve viendo como lo ataba en un árbol a mitad del jardín.

Cuando se fueron, Cyn soltó una pequeña risa. “Qué gente tan encantadora, ¿verdad?”

“No es momento para bromas, Cyn,” le advirtió V. “Ya estamos caminando sobre hielo delgado aquí.”

Sin embargo, algo en el ambiente seguía poniéndome nerviosa. Las luces brillantes y la música no lograban esconder la sensación de peligro que crecía dentro de mí. A medida que avanzábamos por la sala, la desconfianza y el miedo de los humanos hacia nosotros se sentían en cada mirada que nos dirigían. Los drones servían bebidas y alimentos, pero ninguno de ellos se sentía bienvenido.

Narra N:
Siempre me he sentido fuera de lugar. Incluso entre los otros drones, hay algo en mí que no encaja. He sido creado para servir, pero cada vez que lo pienso, algo en mi interior se retuerce. No quiero ser solo eso. No quiero ser una máquina.

Annie... ella es distinta. Aunque comparte el mismo origen que yo y Cyn, parece que no ha sido tocada por la oscuridad dw la mansión. Es inocente, como una hermana pequeña que necesita ser protegida. Y eso es lo que quiero hacer: protegerla. Pero me atormenta la idea de no ser lo suficientemente fuerte para mantenerla a salvo.