6. La última gala. (parte 2).

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Tessa, J y Annie avanzaban rápidamente por los pasillos mientras, en la sala principal de la mansión, la gala continuaba. Las risas y las conversaciones formales de los invitados humanos llenaban el aire, ajenos al caos que se desarrollaba en los rincones más oscuros de la casa.

Los padres de Tessa estaban entre los invitados, de pie junto a otros humanos de alta sociedad, observando a los drones que servían bebidas y aperitivos. Los drones eran nada más que sirvientes para ellos, máquinas sin alma, y eso era evidente en sus miradas frías y despectivas.

Annie, mientras seguía a Tessa y J, podía escuchar los murmullos distantes de la fiesta, pero no había tiempo para pensar en ello. Su mente estaba completamente enfocada en lo que sucedía con Cyn. La atmósfera de la mansión era tensa, como si la estructura misma estuviera reteniendo una respiración contenida, esperando la inevitable explosión de caos.

"¿Qué crees que harán si descubren lo que está pasando aquí?" preguntó Annie en voz baja, refiriéndose a los invitados de la gala.

"Ellos no lo descubrirán", respondió Tessa con voz firme. "Y si lo hacen, será demasiado tarde para ellos."

J caminaba delante, manteniendo su postura alerta. Sabía que Cyn era impredecible, y cada segundo que pasaba, aumentaba el riesgo de que las cosas se descontrolaran aún más. "Tenemos que encontrarla rápido. Si ella decide mostrar su verdadera forma delante de los humanos, será el fin."

Finalmente, llegaron a la gala, pero antes de que pudieran avanzar unos cuantos pasos, los padres de Tessa aparecieron de repente. La madre de Tessa, vestida con un elegante traje de gala, los observó con frialdad. "Tessa, ¿Donde se supone que estabas? Deberías estar en la gala, no vagando por la casa con estos… drones."

El desprecio en su voz hacia los drones era inconfundible. J mantuvo la calma, aunque su mandíbula se tensó.

"Hay algo importante que debemos atender, madre," respondió Tessa con una calma que ocultaba su urgencia. "No te preocupes por nosotras."

El padre de Tessa miró a J y Annie con desdén. "Los drones no deberían estar aquí, y mucho menos interfiriendo en nuestros asuntos. Tessa, es hora de que te comportes como corresponde."

Tessa apretó los puños, pero antes de que pudiera responder, el sonido de una explosión lejana sacudió toda la mansión. La tierra tembló bajo sus pies, y las voces de los invitados en la gala se convirtieron en murmullos de confusión.

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La explosión resonó por toda la mansión, haciendo que las paredes temblaran y las luces parpadearan aún más. El caos ya no era algo que pudiera ignorarse, y tanto los invitados como los sirvientes empezaban a notar que algo terrible estaba ocurriendo. Tessa y J se movían rápido por los pasillos, dejando atrás los murmullos de confusión de la gala.

"Tenemos que detener esto antes de que sea demasiado tarde," dijo J, su mirada enfocada mientras avanzaban. Sabían que Cyn estaba detrás de todo, pero había algo más... V. Algo había cambiado en ella desde hacía un tiempo, y ahora se estaba convirtiendo en una amenaza.

Al llegar a uno de los corredores principales, vieron a V, parada en medio del pasillo, con una expresión vacía en su rostro. Sus movimientos eran torpes y rígidos, como si no tuviera control total sobre su propio cuerpo. Y ahí estaba la clave: Cyn la estaba controlando.

"¡V!" gritó Tessa, corriendo hacia ella, pero antes de que pudiera acercarse, V lanzó un golpe rápido que Tessa apenas logró esquivar.

"No es ella," murmuró J mientras sacaba su arma, apuntando directamente a V. "Tenemos que neutralizarla antes de que haga algo irreparable."

Tessa se levantó, intentando acercarse nuevamente. "No quiero hacerle daño, pero si Cyn la está usando, no tenemos otra opción."

Annie, que hasta ahora había estado siguiendo a Tessa de cerca, observaba la escena con el corazón latiendo a mil por hora. Ver a V, a quien consideraba una hermana, actuar de esa manera la aterraba. Era como si V ya no estuviera ahí, como si su cuerpo fuera solo una marioneta bajo el control de Cyn.

"Annie," dijo Tessa rápidamente, volviéndose hacia ella mientras J y V se preparaban para enfrentarse. "Escucha, necesitamos que encuentres a N. Él puede ayudarnos. Ve al pantano, rápido. No hay tiempo."

Annie asintió, aunque sentía un nudo en el estómago. No quería dejarlas solas, pero entendía que encontrar a N era crucial. Sin más, giró sobre sus talones y salió corriendo por los pasillos de la mansión, esquivando el caos que empezaba a propagarse.

Corrió hacia el exterior, hacia el pantano donde habían encadenado a N por defender a Cyn. Las ramas de los árboles crujían bajo sus pies, y el aire húmedo y frío del pantano la rodeaba mientras avanzaba. Annie buscó desesperadamente a N, pero no lo encontró donde se suponía que debía estar.

"No puede ser," murmuró Annie para sí misma, mirando el lugar donde las cadenas deberían haber estado. Algo estaba mal. Fue entonces cuando vio las pisadas en el barro, marcas recientes que se dirigían de vuelta hacia la mansión.

Sin dudarlo, Annie decidió seguir las huellas. La oscuridad y la espesura del pantano la hacían sentir pequeña e indefensa, pero no podía detenerse ahora. Si las huellas pertenecían a N, tenía que encontrarse con él antes de que fuera demasiado tarde.

Las pisadas la llevaron de vuelta a la mansión, pero esta vez no hacia los salones de la gala, sino hacia el sótano. Annie sintió un escalofrío recorrerle la espalda cuando llegó al borde de las escaleras que descendían hacia la oscuridad.

"¿N?" susurró, con la esperanza de que él estuviera cerca, pero no obtuvo respuesta. Tragando saliva, Annie comenzó a bajar las escaleras, sintiendo cómo la tensión en su pecho aumentaba con cada paso.

Al llegar al sótano, las luces parpadeaban débilmente, y el ambiente era sofocante. No había señales de N, pero Annie no podía ignorar la sensación de que algo o alguien la estaba observando. El aire estaba cargado de una energía inquietante, y el silencio solo hacía que todo fuera más aterrador.

Annie avanzó lentamente, sus ojos buscando alguna señal de N o de lo que pudiera estar sucediendo allí. Pero entonces, algo se movió en la oscuridad, y supo que ya no estaba sola.

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Mi OC en Murder Drones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora