Capitulo 6.

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—K-Koko...—murmuró.

Al ver los ojos de Kokonoi abrirse, un miedo recorrió por el cuerpo de Inui. Lo había besado, y el chico se había dado cuenta sobre eso, ¿qué pensaría de el? Probablemente ahora lo odiaría por el resto de su vida, lo echaría de su casa de forma inmediata, le gritaría. Mil escenarios venían hacia la mente de Inui en ese momento, mientras Kokonoi estaba en blanco, no se le cruzaba ningún pensamiento por la cabeza, o al menos no en los primeros segundos después de despertar. Ya al darse cuenta lo que había pasado, pestañeó de forma seguida para tratar de despertar completamente, y asegurarse que la situación no era algún tipo de sueño que estaba teniendo, pero realmente deseaba que no fuera un sueño, y que el hecho de que Inui lo haya besado, fuera completamente real.

"Inui me besó.. ¿qué hago? ¿qué le digo? ¡ah! ehm... debería devolverle el beso, si. Le gusto, le gusto"

Hubo un pequeño silencio incómodo entre ambos. Inui estaba a punto de levantarse y solo irse debido a el nerviosismo que estaba teniendo en ese momento, además el pensar que Kokonoi lo odiaría luego de eso, era lo que más miedo le daba en ese momento, así que prefirió comenzar a irse del lugar, ignorando el hecho de que fuera madrugada, pero antes de que siquiera pudiera empezar a moverse para marcharse del lugar, Koko tomó el mentón de Inui, atrayéndolo con suavidad a el mismo para así poder besar al chico. Si el había comenzado con un beso, no le veía el problema en que el le devolviera el mismo beso.

La situación se dejó fluir por ambos inexpertos chicos. Un beso algo extraño en cierta forma, pues ninguno sabía dar besos, siquiera comenzar uno, pero eso lo hacía ciertamente más especial para ambos, haciéndolo un beso único y único. El comienzo del amor entre ambos chicos.

—Me gustas, Inui—soltó con sinceridad.

Inui abrió su boca, sorprendido por la confesión del chico. Necesitaba gritar, así que agarró una almohada para poder ponerla en su propia cara y así gritar con una pequeña fuerza, moviendo sus pies debido a la emoción, pero gracias a eso, terminó cayendo al piso y junto a ello, unas cosas que se encontraban en la mesita de noche que se encontraba al lado de la cama. Unos pequeños quejidos por parte de Inui se escucharon, pero por suerte, nada grave había pasado, solo unos pequeños golpes en Inui.

—¡Inui! ¿estás bien? —preguntó, levantándose de forma inmediata.

—Ah... —quitó la almohada de su rostro— ¿realmente te gusto?

—Dios, tonto—cubrió su rostro, riendo—Si, me gustas.

—Dios santo, pellízcame—estiró su brazo—esto debe ser un sueño.

Al Inui estirar su brazo, Kokonoi solo lo tomó para así jalarlo hacia el mismo, para poder sentarlo en la cama.

—No, no es un sueño. Es la realidad—tomó sus manos—¿quieres ser mi novio?

—Oh dios... ¿realmente me estás pidiendo ser mi novio? ¿esto es real? —apretó sus manos— Si quiero, si quiero.

La conversación de ambos chicos, por suerte, no se escuchaba en ninguna parte de la casa. Vivía en la última habitación del lugar, además que alejada de sus padres, quienes siquiera se darían cuenta de que ambos chicos estaban despiertos.

Ante la respuesta positiva por parte de Inui, Kokonoi solo abrazó con fuerza a Inui para así volver a darle un beso. Ambos labios solo chocaron entre si, pero había una felicidad gigante en ambos chicos, sabiendo que no tendrían que esconder más el hecho de que ambos se gustaban uno al otro. Estaban felices, emocionados, pues sus sentimientos habían sido correspondidos, lo cual, era el mayor miedo de ambos.

 Estaban felices, emocionados, pues sus sentimientos habían sido correspondidos, lo cual, era el mayor miedo de ambos

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