Xiao Zhan pasó el resto de la semana atrapado en una tormenta de emociones. El beso con Wang Yibo había sido más que un simple gesto; había despertado algo en él que no podía ignorar. Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir la presión de los labios de Wang Yibo sobre los suyos, la suavidad de su tacto, y la intensidad que había en el aire entre ellos. Sin embargo, también había una creciente incertidumbre que lo hacía cuestionarse todo.
¿Qué era exactamente lo que Wang Yibo quería de él? Y, lo más importante, ¿Qué quería él de Wang Yibo?
Esas preguntas continuaron rondando en su cabeza mientras trataba de concentrarse en sus estudios. Pero la tarde del viernes, cuando Wang Yibo lo llamó de nuevo, todas esas dudas parecieron desvanecerse en cuanto escuchó su voz.
-Quiero verte hoy, Xiao Zhan. Ven a mi oficina.
La voz de Wang Yibo era firme, y aunque no estaba pidiendo, tampoco estaba ordenando. Era como si ya supiera que Xiao Zhan no podría resistirse.
Xiao Zhan no tardó mucho en prepararse, eligiendo su ropa con más cuidado de lo usual, buscando un equilibrio entre lo formal y lo casual. Sabía que la oficina de Wang Yibo sería un reflejo de su poder y su éxito, y no quería parecer fuera de lugar. Finalmente, decidió por una camisa clara y unos pantalones oscuros que acentuaban su figura.
Cuando llegó al imponente edificio donde se encontraba la oficina de Wang Yibo, sus nervios comenzaron a traicionarlo. Los ascensores eran rápidos y silenciosos, y antes de que pudiera reconsiderarlo, ya estaba en el piso donde Wang Yibo lo esperaba.
La recepción de la oficina de Wang Yibo era exactamente lo que esperaba: elegante y minimalista, con un personal que lo saludó cortésmente y lo dirigió a una puerta al final de un largo pasillo. Cuando entró, el contraste fue evidente. El espacio era amplio y lujoso, con grandes ventanales que ofrecían una vista panorámica de la ciudad.
Wang Yibo estaba sentado detrás de un gran escritorio de madera oscura, revisando unos documentos, pero levantó la vista en cuanto Xiao Zhan entró. Una sonrisa ligera apareció en su rostro, y con un gesto le indicó que se acercara.
-Xiao Zhan, dijo Wang Yibo, dejando de lado lo que estaba haciendo. Me alegra que hayas venido.
-Gracias por invitarme, respondió Xiao Zhan, tratando de mantener la calma mientras avanzaba hacia el escritorio.
Wang Yibo se levantó de su silla y caminó hacia él, manteniendo ese mismo aire de confianza que siempre parecía rodearlo. - ¿Cómo has estado?
-Bien... aunque he estado pensando mucho, confesó Xiao Zhan, sin poder evitarlo.
- ¿Sobre nosotros? Preguntó Wang Yibo directamente, sin rodeos.
-Sí, admitió Xiao Zhan, mirando a los ojos de Wang Yibo y sintiendo que, una vez más, se quedaba sin palabras.
Wang Yibo asintió, como si entendiera perfectamente lo que Xiao Zhan estaba pasando. -Es natural que tengas dudas, Xiao Zhan. Lo que estoy proponiendo no es... convencional.
- ¿Qué estas proponiendo exactamente, Yibo? La pregunta salió antes de que Xiao Zhan pudiera detenerse, necesitaba entender qué era lo que estaba en juego.
Wang Yibo mantuvo su mirada firme. -Quiero que entres en mi mundo, Xiao Zhan. Quiero que seas parte de algo que es importante para mí, algo que no comparto con nadie más.
Xiao Zhan lo miró confundido. - ¿A qué te refieres?
Wang Yibo dio un paso más cerca, reduciendo la distancia entre ellos. -Hay cosas sobre mí que no conoces, cosas que prefiero mantener en privado. Pero siento que puedo confiar en ti, Xiao Zhan, y quiero compartir esa parte de mí contigo.
Xiao Zhan sintió una mezcla de curiosidad y aprehensión. La seriedad en el tono de Wang Yibo era innegable, y sabía que lo que estaba a punto de descubrir podría cambiar su percepción de él para siempre.
-Si decides seguir adelante, Xiao Zhan, debes saber que hay reglas, límites, y una dinámica de poder que puede no ser fácil de aceptar al principio, continuó Wang Yibo, con una intensidad que hizo que Xiao Zhan se estremeciera.
- ¿Qué tipo de dinámica? Preguntó Xiao Zhan, su voz temblando ligeramente.
Wang Yibo suspiró, como si supiera que explicar lo que tenía en mente no sería sencillo. -Quiero que seas mío, Xiao Zhan. Pero no solo en el sentido tradicional. Quiero que confíes en mí, que me des el control en ciertos aspectos... íntimos.
Xiao Zhan sintió que su corazón se aceleraba. Las palabras de Wang Yibo eran ambiguas, pero al mismo tiempo, dejaban poco a la imaginación. Sabía lo que estaba sugiriendo, pero la idea lo dejó atónito.
-Yibo no sé si... comenzó a decir, pero Wang Yibo lo interrumpió suavemente.
-No tienes que decidir ahora. Solo quiero que lo consideres. Si decides que esto es algo que te interesa, te prometo que seré honesto contigo, que te cuidaré y te guiaré en cada paso. Pero necesitas estar seguro, Xiao Zhan. Esto requiere de una confianza absoluta.
El silencio se hizo más denso entre ellos. Xiao Zhan sabía que Wang Yibo no estaba jugando, que lo que estaba sugiriendo iba más allá de cualquier relación que hubiera conocido antes.
Finalmente, Wang Yibo rompió el silencio. - ¿Confías en mí, Xiao Zhan?
La pregunta resonó en su mente. Xiao Zhan sabía que la respuesta a esa pregunta determinaría todo lo que vendría después. Y mientras lo miraba a los ojos, supo que, de alguna manera inexplicable, la respuesta era sí.
-Sí, confío en ti, Yibo, respondió, sintiendo que al decir esas palabras estaba cruzando un umbral.
Wang Yibo sonrió, una sonrisa que mostraba tanto alivio como un atisbo de satisfacción. -Entonces, empecemos despacio, dijo suavemente, mientras levantaba la mano para rozar el rostro de Xiao Zhan con el dorso de los dedos. Quiero que pienses en esto como un viaje, uno en el que ambos descubriremos cosas nuevas sobre nosotros mismos.
El contacto de Wang Yibo envió una corriente de calor a través de Xiao Zhan. Sabía que lo que estaba comenzando no sería fácil, pero había algo en la forma en que Wang Yibo lo tocaba, en la forma en que lo miraba, que lo hizo sentirse seguro. Como si estuviera exactamente donde debía estar.
Wang Yibo se inclinó hacia él, su aliento rozando la piel de Xiao Zhan mientras susurraba cerca de su oído. -Te guiaré, Xiao Zhan. Solo sigue mi ejemplo.
Y con esas palabras, Xiao Zhan sintió que todo su mundo se volcaba, pero de una manera que había esperado en secreto. Aunque las dudas persistían, algo dentro de él se aferraba a la promesa de Wang Yibo. Sabía que lo que estaba por venir sería un desafío, pero también supo que, con Wang Yibo a su lado estaba dispuesto a enfrentarlo.
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Amándote
RomanceDos personas completamente distintas se encuentran, pero la atracción que sienten el uno por el otro es innegable.... Podrán adaptarse el uno al otro....