Capítulo 14: En los linderos de la entrega

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El aire era denso y cargado de anticipación mientras Xiao Zhan y Wang Yibo se despertaban al día siguiente. La luz del amanecer apenas comenzaba a iluminar la habitación, pero la atmósfera entre ellos ya estaba llena de la promesa de lo que el día traería. Desde la sesión de exploración del día anterior, Xiao Zhan sentía que su relación con Wang Yibo había alcanzado un nuevo nivel de entendimiento mutuo. Sabía que este era sólo el comienzo, y aunque la perspectiva de continuar explorando este mundo desconocido lo llenaba de nerviosismo, también lo emocionaba.

Wang Yibo despertó primero, observando en silencio a Xiao Zhan, que aún dormía pacíficamente a su lado. Hubo algo casi sagrado en la forma en que el rostro de Xiao Zhan estaba relajado, libre de las preocupaciones que solían plagarlo. Wang Yibo no podía evitar sonreír suavemente mientras acariciaba el cabello oscuro de Xiao Zhan, sintiendo un profundo cariño por el hombre que había confiado en él de una manera tan completa.

Cuando Xiao Zhan comenzó a despertar, sus ojos se encontraron con los de Wang Yibo, y en esa mirada, compartieron una conexión silenciosa, una compresión tácita de lo que ambos habían experimentado juntos. -Buenos días, murmuró Xiao Zhan, su voz aún adormilada, pero llena de afecto.

-Buenos días, respondió Wang Yibo, con un tono que denotaba no sólo cariño, sino también una suave determinación. Hoy quiero llevarte un poco más lejos, Xiao Zhan, si estás dispuesto. Pero recuerda, siempre puedes decir que no en cualquier momento.

Xiao Zhan respiró hondo, procesando las palabras de Wang Yibo. Sabía que cada paso que daban los llevaba más profundo en un territorio desconocido, pero también sabía que confiaba completamente en Wang Yibo. -Confío en ti, Yibo. Estoy listo para lo que venga.

Wang Yibo asintió, su expresión cambiando ligeramente para mostrar una mezcla de seriedad y admiración. -Entonces, hoy continuaremos con algo que involucra tanto la mente como el cuerpo. Es importante que mantengas la calma y recuerdes que tienes el control, incluso cuando sientas que lo estás perdiendo.

Después de desayunas, Wang Yibo llevó a Xiao Zhan de nuevo a la habitación especial en su mansión. Esta vez, la habitación parecía más acogedora, casi familiar, aunque el propósito de lo que sucedería allí seguía siendo algo que hacía que el corazón de Xiao Zhan latiera más rápido.

Wang Yibo se acercó a un mueble donde guardaba varios artículos que había mostrado a Xiao Zhan el día anterior. Esta vez, sacó un par de esposas de cuero suave y un antifaz de seda negra. Sostuvo ambos objetos frente a Xiao Zhan, su mirada tranquila pero intensa.

-Hoy, comenzó Wang Yibo, quiero que confíes en tus otros sentidos, no sólo en la vista. Cuando no puedes ver, todo lo demás se intensifica, y quiero que experimentes esa sensación de entrega total. ¿Confías en mí para guiarte a través de esto?

Xiao Zhan observó las esposas y el antifaz, sintiendo una mezcla de curiosidad y ansiedad. Sabía que estaba a punto de cruzar otro umbral, uno que requería una confianza aún mayor en Wang Yibo. -Confío en ti, Yibo, respondió finalmente, su voz firme pero cargada de emoción.

Wang Yibo sonrió con ternura antes de acercarse y colocar suavemente el antifaz sobre los ojos de Xiao Zhan, asegurándose de que estuviera cómodo. La oscuridad envolvió a Xiao Zhan, y aunque al principio se sintió desorientado, pronto encontró consuelo en la voz de Wang Yibo, que le susurraba palabras tranquilizadoras al oído.

-Voy a atar tus muñecas ahora, dijo Wang Yibo, tomando con cuidado las manos de Xiao Zhan y asegurándolas con las esposas de cuero. Recuerda, si en algún momento quieres detenerte, sólo dilo.

Xiao Zhan asintió, sus sentidos agudizándose mientras se sumergía en la oscuridad y la inmovilidad. Confiaba en Wang Yibo completamente, pero no podía evitar sentir una oleada de nerviosismo al encontrarse privado de su visión, atado y vulnerable. Sin embargo, con cada palabra y toque de Wang Yibo, esa ansiedad comenzaba a disiparse, reemplazada por una sensación de entrega que nunca había experimentado antes.

Wang Yibo comenzó a explorar el cuerpo de Xiao Zhan con caricias lentas y calculadas, prestando atención a cada reacción, cada respiración acelerada, cada suspiro. Xiao Zhan se dio cuenta rápidamente de que, sin su vista, cada toque se sentía amplificado, cada caricia enviaba oleadas de sensaciones a través de su cuerpo. Estaba completamente a merced de Wang Yibo, y aunque eso debería haberlo asustado, lo que sentía era una extraña mezcla de calma y excitación.

Wang Yibo se movía con una confianza casi etérea, sabiendo exactamente cómo y dónde tocar para mantener a Xiao Zhan en el borde, sin dejarlo caer completamente en la intensidad de las sensaciones. Este juego de control y entrega era algo nuevo para Xiao Zhan, pero también era algo que le revelaba una nueva faceta de sí mismo y de su relación con Wang Yibo.

Mientras las caricias de Wang Yibo continuaban, Xiao Zhan se dio cuenta de que su mente empezaba a ceder, a rendirse a la experiencia. Ya no estaba pensando en lo que podría suceder a continuación, sino que simplemente se estaba dejando llevar por las sensaciones, confiando plenamente en Wang Yibo para guiarlo a través de este viaje de descubrimiento.

Después de un tiempo, que para Xiao Zhan pareció una eternidad y al mismo tiempo un instante, Wang Yibo finalmente lo desató y quitó el antifaz. La luz suave de la habitación fue recibida por los ojos de Xiao Zhan, y lo primero que vio fue la mirada cariñosa de Wang Yibo, que lo observaba con una mezcla de admiración y respeto.

-Lo hiciste muy bien, Xiao Zhan, dijo Wang Yibo, su voz cargada de orgullo. Estoy muy orgulloso de ti por confiar en mí de esta manera.

Xiao Zhan sintió que las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos, no por dolor ni por miedo, sino por la intensa conexión emocional que sentía con Wang Yibo. -Gracias, Yibo. No sabía que podía sentirme así... tan conectado contigo, tan en paz.

Wang Yibo lo abrazó, sosteniéndolo con fuerza mientras le susurraba palabras de consuelo y cariño. -Esto es sólo el principio, Xiao Zhan. Lo que hemos construido juntos es hermoso, y hay mucho más por descubrir, pero siempre a tu propio ritmo.

Xiao Zhan asintió, sintiéndose increíblemente afortunado de tener a Wang Yibo a su lado, guiándolo con tanta paciencia y cuidado. Sabía que había mucho más por explorar, pero con Wang Yibo, se sentía preparado para enfrentarlo todo.

Mientras se acurrucaban juntos, Xiao Zhan sintió que la relación entre ellos se había profundizado aún más. Había cruzado una nueva frontera en su entrega y confianza, y estaba ansioso por ver dónde los llevaría este viaje.

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