¿Por qué a mi?

Capítulo IV

Eran las 7 de la mañana, y el aire fresco de la montaña parecía vibrar con la anticipación del día. Goku y Gohan ya llevaban horas entrenando desde las 5, como era costumbre. Kefla los observaba en silencio, mientras tomaba un bocado de su desayuno, recordando lo que Gohan le había contado. Al parecer, un tal Piccolo vendría a reunirse con ellos pronto, el niño le comento que estuvo con ellos los tres años de entrenamiento exceptuando por esta semana que decidió irse a meditar solo. Según lo que había escuchado, era un namekiano, probablemente el mismo que había visto en el torneo. Su poder no era de bajo nivel para ser de una raza que no es guerrera, en cierta medida le sorprendía por lo que tuvieron que pasar estas personas para llegar a tales picos de nivel.

Mientras comían, Gohan y Goku conversaban. El chico, con apenas 10 años, la había impresionado profundamente. "Este niño... ha pasado por más de lo que parece." pensó Kefla, recordando cómo había visto a Gohan llorar de frustración durante el entrenamiento. La escena le había tocado una fibra que no estaba acostumbrada a sentir, algo que la hacía querer protegerlo, aunque no fuera su naturaleza involucrarse demasiado en asuntos ajenos. Después de todo, hoy, 12 de mayo, a las 10 de la mañana, aparecerían los androides, y ella había decidido que no interferiría... a menos que la vida de Goku o Gohan estuviera en peligro.

Mientras tanto, una conversación en la casa llamaba su atención.

"¡Papá! ¿De verdad crees que podemos vencer a esos androides?" preguntó Gohan con cierta inquietud en la voz, mientras limpiaba el sudor de su frente.

"No lo sé, hijo, pero solo lo sabremos si peleamos." Goku sonrió con esa despreocupación típica suya, mientras devoraba su comida.

Kefla rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa se formó en su rostro. "Siempre tan confiado... pero eso es lo que lo hace ser el, supongo" pensó.

Antes de que pudiera seguir reflexionando, una figura verde aterrizó suavemente frente a ellos. Era Piccolo, quien se adelantó para saludar a Gohan y Goku, pero se detuvo al ver a Kefla, dejando su mirada fija en ella.

"¿Y tú quién eres y que haces aquí?" preguntó Piccolo, directo como siempre, ignorando cualquier introducción formal.

Kefla le devolvió la mirada sin vacilar. "Soy Kefla, una saiyajin. Vine a pelear con Goku, pero como al parecer están en medio de unos problemas decidí esperar hasta que todo se solucione."

Piccolo la observó con una mezcla de sorpresa y desconfianza. "¿Una saiyajin? Pensé que estaban extintos ¿Y cómo diablos sobreviviste a Freezer?"

"No es de tu incumbencia," respondió ella fríamente, cortando cualquier intento de interrogatorio. Luego, con una sonrisa burlona, añadió, "¿Ya nos vamos o prefieres seguir con preguntas?"

Goku solo rió por lo bajo, mientras Piccolo, visiblemente irritado, dirigía su atención de nuevo a él. "¿Qué haces trayendo más problemas?"

"Es inofensiva... mientras no la hagas enojar." bromeó Goku, aunque en realidad sabía muy bien de lo que hablaba.

Después de unos momentos de preparativos, los tres —junto con Gohan— comenzaron a volar hacia la ciudad. El niño, quien se encontraba serio, se adelantó unos metros, solo para que su padre le gritara desde atrás.

"¡Oye, no hay prisa! Llegamos tres horas antes de que empiece el ataque."

Kefla, volando a su lado, mantuvo una cara estoica. "Es increíble como puede estar tan centrado, no me sorprendería si fuera un saiyan puro, pero ha vivido la mayoría de su vida en paz."

"No lo creas" interrumpió el namekiano "Gohan tuvo que ser entrenado desde los 4 años para hacer frente a las amenazas que nos invadieron, desde el hermano de este imbécil, hasta quien destruyo tu planeta. El chico ha tenido que aguantar todo eso y para colmo tuvo a su padre muerto un año, por lo que me tocó cuidarlo"