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HEESEUNG

—¿Entraste en su casa y lo viste dormir?

Heeseung puso los ojos en blanco ante la divertida declaración de Sunghoon.

—Cuando lo pones así, me hace sonar como un acosador.

Heeseung se había detenido en el departamento de Sunghoon de camino a la universidad para tratar de averiguar cómo hacer que Jake lo ame... o, al menos, lograr que le guste más que las demás personas.

Se encontraban sentados en la mesa de la cocina con el novio de Sunghoon, Sunoo, y su otro hermano, Riki.

Sunoo siempre parecía que acababa de salir de una reunión de la iglesia con esos grandes ojos claros y mejillas pecosas, en oposición directa con el pelo negro como la tinta de su hermano.

A pesar de eso, parecían una pareja perfecta.

—Eres un acosador, hyung. No puedes entrar en el apartamento de alguien y acercarte sigilosamente a él mientras duerme. —le reprochó Sunoo.

Heeseung frunció el ceño.

—¿Por qué? ¿No te hizo Sunghoon lo mismo?

Sunoo se detuvo de repente, mirando a Sunghoon.

—Sí que lo hiciste. Toda tu familia es espeluznante.

—Toda mi familia asesina gente. Tú ya sabías eso. Parece que eso dice más sobre ti que sobre mí. —dijo Sunghoon, sonriendo a Sunoo antes de acercarlo para besar la parte superior de su cabeza.

Eso. Todo el tema de besar y abrazar. Quiero eso. —dijo Heeseung.

Riki hizo un ruido de asco.

—Cristo. No estoy lo suficientemente borracho para esto.

Heeseung no esperaba encontrar a Riki en casa de Sunghoon.

Fue sorprendente encontrar a Riki antes del medio día. Un jugador de póquer profesional, que de alguna manera había convertido sus vicios en una carrera lucrativa.

Como de costumbre, parecía que había salido de un barco pirata, con el pelo oscuro y enmarañado, y su camisa a medio abotonar. Todo lo que le faltaba era una botella de ron, que Riki sin duda ya había bebido antes de salir de su apartamento.

Sunoo hizo un gesto obviando las palabras de Riki.

—No le hagas caso. Si quieres conseguir a ese hombre, tú, -y no puedo enfatizar esto lo suficiente- no puedes escuchar ningún consejo ofrecido por estos dos idiotas. O alguien más con el apellido Lee, honestamente.

—Oye. —dijo Sunghoon, fingiendo sentirse dolido.

—No, tiene un punto válido. Puedo enseñarte cómo llevar a cualquiera a la cama, pero no tengo ni idea de qué hacer con ellos una vez que el sexo termina. —dijo Riki, balanceando uno de sus pies sobre la silla de la cocina que se encontraba a su lado—. Probablemente no deberías recibir consejos sobre relaciones de un montón de psicópatas.

Heeseung intercambió su mirada hacia la única mirada no psicópata en la habitación.

—¿Cómo hago para gustarle?

Sunoo se inclinó, su lengua barriendo su labio inferior antes de preguntar.

—Bueno, ¿cómo dejaste las cosas con él esta mañana?

La mente de Heeseung volvió a ese momento.

Se despertó y descubrió que Jake había traspasado su propia barrera de almohadas y se había infiltrado en el lado de la cama de Heeseung. Se había fijado en el rostro de Jake presionado contra el bícep de Heeseung, ambas manos envueltas alrededor de su antebrazo como si fuera su propia almohada personal.

Psicópata. (HeeJake) MN #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora