Psicópata. (HeeJake) MN #2

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HEESEUNG

Heeseung estaba demasiado excitado.

Tal vez se trataba de la adrenalina de los eventos de la noche, o tal vez era simplemente la sola idea de enterrarse en el estrecho calor del cuerpo de Jake.

De cualquier manera, su sangre se aceleraba cada vez que Jake lo miraba por encima del hombro.

Heeseung quería tirarlo sobre la cama y lamer cada centímetro de él, saborear cada parte de su cuerpo, abrazarlo y llenarlo mientras que él hacía los mismos ruiditos tan jodidamente sexys que había hecho cuando Heeseung lo había chupado la noche anterior.

Cuando llegaron al dormitorio de Jake, no pudo evitar empujarlo contra la puerta, agarrar su rostro para poder saquearle la boca, morderle los labios y la mandíbula.

—He pensado en esto por todo el día. Apenas podía concentrarme en el trabajo de esta noche sabiendo que tú estabas aquí, esperándome.

Jake gimió, apretando el trasero de Heeseung y arrastrándolo más cerca hasta que sus caderas estaban juntas. La cabeza de Jake golpeó contra la puerta y desnudó la garganta en un gesto sumiso inconscientemente que hizo palpitar la entrepierna de Heeseung.

Jake confiaba en él y le permitiría hacerle cualquier cosa.

Literalmente cualquier cosa.

La idea enloquecía a Heeseung, le daban ganas de arrancarle la ropa fuera del camino y joderlo contra la puerta hasta hacerlo lloriquear y suplicar.

¿Cómo luciría Jake cuando estaba totalmente indefenso? ¿Qué cosas podría hacerle?

Jake se apretó contra Heeseung, casi como si pudiera escuchar los pensamientos tan sucios que estaba teniendo.

—Podemos saltarnos los juegos previos si quieres. —Jadeó contra los labios de Heeseung, empujando su mano por la parte delantera de los jeans abiertos y palmeándole la erección—. Puedes hacerme lo que quieras. También he estado pensando en esto todo el día.

Puedes hacerme lo que quieras.

Jake simplemente no debería decir cosas como esas.

Heeseung se alejó de él, respirando con dificultad y Jake se sobresaltó por la repentina retirada de Heeseung.

—¿Qué? ¿Qué ocurre? ¿Qué acaba de pasar?

El corazón de Heeseung se aceleró ante la idea de perder el juicio con él, de hacerle... lo que fuera... a Jake.

Puedes hacerme lo que quieras.

Jesús.

—Solo... necesito que me ates. No puedo confiar en mí mismo en estos momentos. —Jake dio un paso más para acercarse, pero Heeseung levantó una mano. No podía quitarse de la cabeza la idea de terminar lastimándolo—. Por favor.

Jake lo examinó de cerca, su confusión era evidente.

Heeseung no se sorprendería si él decidía echarlo y decirle que nunca regresara. Esa era la elección más lógica.

Cualquier persona cuerda podría percatarse de lo peligroso que resultaba ser. Se puso de pie, mientras que Jake consideraba la petición de Heeseung.

Finalmente, Jake dijo:

—Desvístete y acuéstate en la cama.

Heeseung se sintió mareado por la tensión que de repente abandonó su cuerpo.