04.» Idiot

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CAPITULO CUATRO:

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CAPITULO CUATRO:

Idiot

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Su hermano era un idiota un auténtico idiota ¿Acaso no podía pasar un minuto sin molestar a Viserys? Era un estúpido, idiota sin cerebro que terminaría matandolos algún día por no saber cuidar su sucia y asquerosa boca.

Viserys la había mandado llamar a primera hora de la mañana era demasiado temprano y no estaba segura de querer ver esa conversación ni siquiera sabía porque estaba ahí.

"El heredero por un día"

Era un auténtico asno ¿A caso tenía el cerebro de pájaro? No las pobres aves tenían más cerebro que él. Estaba tan furiosa como Viserys incluso podría decir que más ¿Cómo se atrevía a burlarse de la tragedia de su hermano.

—Tienes la imagen de un conquistador hermano— dijo sonriente

—¿Tu lo dijiste?— cuestionó Viserys ignorando el comentario

—no se que hablas— dijo confundido

—Te dirigiras a mi cómo majestad o hare que la guardia real te corte la lengua— Rayla se tenso sin embargo podría ser un castigo bien merecido sintió la mirada de Daemon en ella

El heredero por un dia— citó ella viendolo fijamente

—¿Tu lo dijiste?— volvió a preguntar el rey

—Todos estamos de luto a nuestra manera majestad — remarcó la última palabra

Rayla dejo salir una risa seca incrédula ante las palabras aún más estúpidas de su hermano

—Mi familia— dijo Viserys con voz gruesa —ha sido destruida —Pero en vez de estar a mi lado o al de Rhaenyra ¡escogiste celebrar tu propio ascenso riendo con tus putas y tus lame botas!¡No tienes aliados en la corte más que a mí!¡Yo siempre te e defendido y a pesar de todo lo que te e dado tu me lo arrojas a la cara!— la cólera estaba impregnada en su voz

—Tu siempre has tratado de enviarme lejos a Vale a la guardia de la ciudad a donde sea menos a tu lado  por 10 años has sido rey y ni una sola vez me pediste que fuera tu mano— grito igual de enojado que el

—¿Por qué haría eso?—

—Porque soy tu hermano— dijo con desdén —no te importamos, ni Rayla quien en cuanto pudo escapó de tu lado y no te molestaste en siquiera saber si se encontraba bien— Rayla bajo la mirada en parte eso tenía razón —Y la sangre de dragón es espesa—

—entonces porque cortas tan profundo— gruño

—siempre te e dicho la verdad yo veo a Otto Hightower por lo que es—

—Una mano firme y leal— dijo como si fuera lo más obvio

—Un cabron— dijo Rayla ganándose una mala mirada de su hermano mayor

—un segundo hijo que no heredará nada que no se busque por si mismo— completo Daemon

—Otto Hightower es un hombre más honorable de lo que tú serás jamás— Rayla bajo la cabeza Otto Hightower era todo menos honorable

—¡El no te protege nosotros lo haríamos!— gruño Daemon

—¿De que?— dijo incrédulo como si todo estuviera bien

—De ti mismo— dijo Rayla viendolo

—Eres débil Viserys y ese consejo de sanguijuelas lo sabe y lo usa a su beneficio —

—E decidido nombrar a un nuevo heredero— Rayla lo miro sorprendida entendiendo ahora su papel ahí

—Yo soy tu heredero—

—ya no más, debes regresar a Runestone con tu esposa de inmediato y debes hacerlo sin discusión alguna por orden de tu rey—Daemon intento acercarse sin embargo tanto ella como los guardias llevaron inmediatamente la mano a sus espadas Daemon la miro dolido pero asintio para eso ella habia sido entrenada

—majestad— murmuró ente dientes y con una última mirada se fue

Rayla se quedó en silencio después de que Daemon se marchara. Observó a Viserys, su rostro endurecido, pero su expresión denotaba un dejo de tristeza y, quizás, duda. Ella sabía que esta decisión no le resultaba fácil, y, aunque no siempre estuvieran de acuerdo, entendía que él solo quería asegurar el futuro de su familia y de su reino.

Finalmente, respiró hondo y habló.

—Majestad, si Daemon ya no es el heredero... entonces, ¿quién lo será? —preguntó, aunque en el fondo intuía la respuesta.

Viserys la miró por un momento, sus ojos tensos pero decididos.

—Rhaenyra —respondió con firmeza, pero también con un dejo de ternura—. Ella será mi heredera, y espero que, cuando llegue el momento, la respeten y la apoyen como deben.

Rayla asintió lentamente, procesando la noticia. No podía negar que había tenido sus dudas acerca de Rhaenyra, pero también sabía que la joven poseía la fuerza de carácter necesaria para asumir esa carga. Por otro lado, era consciente de que la corte sería un lugar hostil para una mujer en el trono.

—Entonces... será mejor que me asegure de que esté preparada —dijo, una ligera sonrisa en su rostro.

Viserys, relajándose un poco, asintió en señal de gratitud.

Horas más tarde, Rayla fue en busca de Rhaenyra y Alicent. Les explicó la situación y ambas se miraron con una mezcla de sorpresa y emoción. Rhaenyra, con una expresión de determinación en su rostro, pareció entender el peso de lo que se le venía.

—Te ayudaré a prepararte para la ceremonia, Rhaenyra —le dijo Rayla—. Y cuando llegue el momento, estaré a tu lado, jurándote lealtad. Eres mi sobrina, pero desde hoy también serás mi princesa y mi futura reina.

Con la ayuda de Alicent, comenzaron a prepararla para la ocasión. La joven lucía resplandeciente, pero también se notaba el nerviosismo en su mirada. Rayla se acercó a ella, colocándose frente a Rhaenyra, e hincando una rodilla en señal de respeto y lealtad.

—Yo Rayla Targaryen princesa de dragonstone prometo servirte con lealtad, protegerte de tus enemigos y velar por tus intereses hasta el último día de mi vida—le dijo solemnemente—. Que mi espada y el resto de mi vida estén a tu disposición, mi princesa y futura reina.

Rhaenyra le dedicó una leve sonrisa, visiblemente emocionada. Alicent, a su lado, también parecía conmovida por la escena. La alianza entre ellas tres era ahora un lazo fuerte, y sabían que las pruebas que vendrían serían muchas, pero al menos contarían con el apoyo mutuo.

Rayla se levantó, dando un último vistazo a su sobrina. Sabía que la joven aún no comprendía la magnitud de lo que se avecinaba, pero estaba decidida a apoyarla en cada paso de su camino hacia el trono.

Borne to die Donde viven las historias. Descúbrelo ahora