Parte 6

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Vera sintió que su corazón latía con fuerza. Las palabras de Leonardo resonaban con lo que ella misma sentía. Desde que lo conoció, la tristeza que había traído consigo se había aligerado, y en su lugar, había crecido algo nuevo, algo que la llenaba de esperanza.

—Yo también me siento así —confesó ella—. Nunca pensé que podría encontrar a alguien que me entendiera como tú lo haces.

Leonardo sonrió, y en ese momento, bajo el cielo de luciérnagas, se acercó a ella y la besó. Fue un beso suave, lleno de ternura y promesas no dichas, pero que ambos entendían. En ese instante, el mundo exterior dejó de existir; solo estaban ellos dos, sus corazones latiendo al unísono, iluminados por la luz mágica de las luciérnagas.

A partir de esa noche, Vera y Leonardo supieron que su destino estaba entrelazado. Valdeluz, con su calma y su magia, se convirtió en el escenario de su historia de amor. Compartieron más besos, más sonrisas, y más secretos bajo aquel árbol en el patio trasero, y en el campo donde las luciérnagas volaban libres.


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BAJO EL CIELO DE LUCIÉRNAGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora