18. ABRIENDO MI CAJA DE PANDORA (1ºparte)

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En las caídas de la vida puedes reaccionar de dos formas, levantándote por mucho que cueste, lo repito por mucho que cueste y hacer frente a todo mal, o quedarte sentada viendo la vida pasar y os lo aseguro, esto no nos es rentable.

¿Quién aprende tomando el sol en la playa? O ¿Comiendo una deliciosa langosta? Esto es disfrutar, aprender es llorar y sufrir lo que viene a ser crecer y madurar. Y por lo que estaba viendo es lo que me tocaba a mí ahora.

Tras un millón y medio de preguntas ¿Por qué ahora, porque a mí? Llegue hasta los pies de la cama de mi padre con mi mirada fija en él y mi mente viajando como los coches de carreras, en la que yo era el piloto y apenas tenía control ¡Pero seguía conduciendo! Mi madre vino a mi cabeza, sé que mi padre no le hizo bien o quizás sí, pero detrás de cada persona hay una historia, una propia versión de los hechos que hay que escuchar si tienes ocasión, la vida da pocas segundas oportunidades si las dejas pasar no volverán ¿Y si esta era la suya para pedir perdón? Aunque siempre defienda a mi madre a capa y espada, mi empatía hará que mi corazón me guíe en comprender a cada semejante. ¡Si había vuelto era por algo! Jamás nos abandonó económicamente por lo que algo le debíamos de importar.

Y eso era lo que estaba haciendo en este preciso instante aprovechar aquella premisa por dura que fuera. Aquel cuerpo inerte reflejaba tristeza y sufrimiento, las facciones de su cara me lo decían, su pelo canoso y su barba blanca daban crédito a los años que habían pasado y lo envejecido que estaba, todas aquellas máquinas y el pitido de lo que supongo que sería el control del latido de su corazón me ponían nerviosa o sentir que era un pedacito de aquel ser humano me afectaba.

La voz de Angelika me sacó de mi paranoia o de mi intento de justificación para no tirar la toalla.

-¿Necesitas algo Carlota? Me preguntó con una voz fría Angelika, sé que pensaba, que estaba invadiendo su espacio –NO- dije sin más.

-¡Pues si no te importa y eres tan amable me gustaría estar a solas con mi padre!

Su forma de hablar me cabreó, yo no estaba ante la mejor situación para ser simpática pero con toda la cordialidad del mundo la mire y la contesté.

-¡Lo siento Angelika! Pero yo también tengo que estar aquí. La mano de Gabriela apretaba mi brazo para darme su apoyo y me calmara.

-¡Carlota! ¡Has sido muy agradable fuera, pero no hace falta que te entrometas más! ¡Vete con tu familiar, seguro que necesita más que nosotros! Dijo en un tono alto y con mirada despectiva.

-La adrenalina de la rabia estaba despertando en mi interior, no quería causar más problemas de los que ya teníamos, así que de forma no muy afable pero tranquila le contesté ¡ESTOY CON MI FAMILIAR!

-¡Que gracia! ¿Mi padre tú familiar? ¡Qué ironía! ¿De qué forma, si se puede saber?

Y en estos momentos me gustaría huir y desaparecer pero no, tomé aire y sin pensarlo solté "También es mi padre" (Gabriela nos llamó la atención pidiéndonos calma).

No hubo más intercambio de palabras sus ojos me miraron llenándose de lágrimas, tristes, defraudados, desilusionados tomó su bolso y con la cabeza cabizbaja salió del cubículo con paso ligero.

Empezaba a notar mis ojos muy inflamados, no sé cómo aún no se me habían secado de tanto llorar esta maldita noche, sacando todo mi coraje le pedí Gabriela que me dejara sola los minutos que me quedaban.

Me posicioné en el lateral de la cama, las palabras empezaron a fluir de mi boca junto con las lágrimas.

-¡PAPÁ! Soy Carlota (mi voz sonaba frágil, cansada) cogí su mano -¡Necesito que te pongas bien! Dije con soponcio, mientras miraba su rostro y como si me hubiera entendido una lagrima empezó a recorrer su cara ¿Me había reconocido? La tristeza me volvió a invadir – ¡PAPÁ! Repetí tenía tantas preguntas. Su mano me apretó de forma intermitente como si me quisiera decir algo y su cuerpo no le dejará abrir los ojos ni reaccionar, mi impotencia se elevó al infinito, el pitido de la maquina me sobresaltó y con ello el revuelo de enfermeros y médicos que acudieron a la cama y que me pedían que me apartara de forma brusca, mi cuerpo era una hoja temblando, el latir de mi corazón lo notaba en mis oídos, caminando hacia atrás me fui apartando de allí, viendo como el cuerpo de mi padre subía y bajaba por las descargas que estaba recibiendo.

DIFFERENT LOVES (#Wattys2015 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora