No Soy Como Ellas ✔️ |En edición|

6. Noqueados

Melody

Estoy aburrida solamente observando como bailan e insisten con lo mismo de que quieren sacarme a bailar.

Le mandó un mensaje a Amy de que me iría de la fiesta. Aunque obviamente no lo leería, ya que nada más esta bailando.

Me levanté de mi lugar, tratando de salir de esa fiesta. Mientras caminó, cada vez me lastiman más los tacones. Al final opto por meterme en un callejón a la izquierda, para quitármelos.

¡Malditos tacones! ¡Nunca los volveré a usar! Sí tan solo me los pudiera quitar. Esta atorado en mi pie.

-¿Qué tal?- dejo de luchar con el tacón subo mi cabeza y me encuentro con los idolatrados de la escuela. Sam y Charles.

Lo que me faltaba. ¿Acaso uno no puede vivir en paz?

-Hola- trato de ser la misma chica tímida que soy. Pero, realmente me encantaría golpearlos.

-¿Por qué te fuiste de la fiesta?- me pregunta con su voz seductora Charles.

Que repugnancia.

-Por que me aburrí- me encogí de hombros. Salgo caminando hacia la salida del callejón, una mano me detiene y me pega al pecho de Charles.

-¿A dónde vas preciosura?- dice ronco Charles, tratando de besarme. Antes de que lo hiciera, pisó su pie con mi tacón. Me suelta de un tirón, se empieza a retorcer por el dolor.

Eso le pasa por tratar de besarme.

Marica.

Odió decir esto pero ¡Los amo tacones! Con razón son una buena arma, para las mujeres. En ocasiones especiales.

-¡¿Qué te pasa zorra?!- grita todavía retorciendo de dolor Charles.

-¡No vuelvas tocarme! ¡Imbécil!

Sam que solamente veía a Charles retorciendo. Empezó acercarse a mi y antes de que avanzara le di una patada en sus queridas partes. Por suposición término peor que su amiguito.

Volviendo a lo anterior salí tranquilamente del callejón. Noté la presencia de alguien, sólo que no le tome importancia.

Comienzo de nuevo a caminar aún con los tacones puestos. Otra vez los odio. Solo duro un minuto la satisfacción de traerlos puestos.

Volteo de lado derecho y me encuentro con el chico de ojos penetrantes verdes.

-¿Te conozco?- pregunto extrañada. ¿Será que me estaba espiando? No. El ni me conoce.

-Mmm.. No. Estaba saliendo de la fiesta- dijo con total naturalidad. Caminando de lado de mi. ¿Porqué me seguía?

-Perdón, mi nombre es Mark- dice algo nervioso por no saber que decir. Me extendió su mano yo sólo la estreche por educación, sentí un escalofrío por todo el cuerpo, así que aparté la mano rápidamente.

-Mmm..- ¿Desde cuándo se me va la voz?- Soy Melody. Aunque prefiero que me digan Mel- dije algo insegura.

-¿Te puedo decir Mely?- me pregunta Mark con una sonrisa tímida.

Mely solamente me dice mi padre. Era raro que alguien me llamara así.

-Sí- dije con una sonrisa sin poder evitar que se me escapara.

-Bueno, nos vemos luego Mely- dijo despidiéndose Mark, revolviendo el cabello. Tomando otra calle.

No es igual como los de la mayoría de la escuela. El es diferente.

Aparto de mi mente al chico que conocí unos segundos atrás y sigo con mi camino. Pero, antes de seguir me quitó los tacones que me tenían exhausta, ya no los soportaba.

¡Llegue! Entro a mi casa, lo primero que hago es aventar los tacones y maldecirlos. Los quemaría con gusto, aunque el problema era que son de Amy, así que mejor ni tocarlos.

Mi padre estaba sentado en su sillón favorito con su laptop trabajando.

-Parece que alguien no está de humor- dijo mi papá sarcásticamente, todavía con la vista a su compu.

-No- dije molesta- No, volveré a ninguna fiesta en mi vida- dije sentando en el sillón enfrente de él.

-Nunca digas nunca- dijo mi papá apagando la laptop- ¿Qué paso?- siempre sabía que había algún motivo.

-¿No, esta mamá?- sabía que sí lo decía y estaba ella aquí se iba a poner paranoica.

-No, le dije que descansara ¿Qué paso?- dijo más interesado.

Suspire profundo.

-Me trataron de besar dos chicos

-¿Y no te paso nada?- dijo algo preocupado.

-No. Les di su merecido- dije orgullosa de mi misma.

-Bien, hecho- dijo mi papá sonriendo.

-¡¿Pero, estas bien?!- grito mi mamá entrando a la sala. - ¡Te lo dije Richard!- viendo a mi papá enojada.

-¡¿Qué son esos gritos?!- grito mi hermano menor bajando las escaleras, con su cara de zombie que apenas se había levantado de su tumba.

Él es Robert. Con su cara de lindo guapetón, ojos azules verdosos, cabello castaño oscuro y su maldito cuerpo definido que presume cada rato. Y por supuesto más alto que yo.

Odio eso.

-Perdón. Por levantarte, pero ¡Trataron de besar a tu hermana dos chicos!-dijo mi mamá volviendo a ser paranoica.

-¡Sí, lo que sea! ¡Estoy muy cansada para hablar del tema! ¡Buenas noches!- dije subiendo las escaleras y dejando a mis padres para que platicaran a gusto.

Robert, se había quedado con los ojos en blanco.

Empece a subir tranquilamente a mi cuarto. Hasta qué escuche unos pasos detrás de mi.

-¿Pero, no te hicieron nada?- dijo molesto mi hermano cruzando los brazos.

-Mira Rabbit, Rabbit. - frunció el ceño enojado. Yo le decía Rabbit para molestarlo, le dijo así ya que de pequeño solamente le gustaba saltar en todas las camas y sillones. - Estoy bien. Sabes que me puedo defender sola y muy bien que lo sabes- aunque este más alto que yo le sigo dando de sus golpes.

-¿Pero, estas bien pequeña?- dijo suavizando su tono. Como odió que me diga pequeña, solamente porque está más alto que yo.

-Ya te dije que si- dije enojada. Seguí mi camino a mi cuarto.

- Espera- ¿Ahora qué?- Creo que esto no te va gustar nada- se revolvió el cabello nervioso- El Lunes entro a la escuela.

-¿Y?- gruñí.

- Que voy a entrar en la misma escuela que tu- ¡¿Qué?! Ja, es una simple broma.

-No, estas hablando en serio ¿Verdad?-dije incrédula. Sí entraba mi hermano a la misma escuela que yo, sería un desastre ni Amy sabe como es mi hermano.

-No, es en serio- dijo mostrando un sonrisa maliciosa.- Mi mamá decidió para que estemos más seguros- ¡¿Porqué siempre mi mamá?! Siempre es ella.

Resople de frustración. No quiero que sea Lunes. Fui a mi habitación sin contestarle nada y cerré la puerta fuerte.

Este no fue mi día.
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Holaa \ö/
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Dejo un pequeño adelanto.

-Idiota.

- Mejor dame mi beso de recompensa- dijo parando la boca.

-Claro- dije siguiéndole el juego. También parando la boca.