Dos años Después
Daniela.
Mi celular comienza a sonar justo cuando viene la mejor parte del drama coreano que estoy viendo. Miro hacia donde se encuentra mi celular, que está en la mesita que se encuentra a un lado del sillón en el que me encuentro muy cómodamente recostada. Lo miro y miro mi televisión, y me debato entre sí contesto o no. Al final, decido no contestar y seguir mirando mi drama.
El celular deja de sonar y respiro aliviada; meto un puño de palomitas de maíz en mi boca y tomo un sorbo de mi bebida. Pero tan solo un minuto después, vuelve a sonar mi celular.
Enfadada, le pongo pausa a la televisión. Me levanto del sillón y tomo mi celular; la pantalla se vuelve a iluminar, anunciando una llamada de mi jefe, Rogelio, quien también es mi tío y dueño del bar nocturno llamado Orgasmo, donde trabajo sirviendo tragos desde hace más de dos años.
No es un trabajo pesado y lo mejor es que la paga es buena; eso me ha permitido pagar mis gastos y ya no pedirles dinero a mis padres. Me gusta ser independiente, aunque me costó mucho convencer a mis padres de que me dieran permiso para trabajar con mi tío, ya que mi madre veía el bar como un lugar peligroso. Así que mi tío habló con ella, le dijo que no tenía que preocuparse por mi seguridad, que él estaría al pendiente de mí y que me cuidaría.
Mi padre también se negaba a que trabajara, decía que si lo hacía, descuidaría mis estudios, pero le prometí que no lo haría, que seguiría siendo tan buena estudiante como lo he sido siempre.
Ellos terminaron por darme permiso de trabajar. Con el tiempo, vieron que estaba cumpliendo con mis responsabilidades y que el trabajo en el bar no afectaba negativamente mi vida académica ni personal.
Mi vida cambió bastante desde que nos vinimos a vivir a México, y todo para bien. Estoy en mi primer año en la universidad, siendo una de las mejores estudiantes; tengo una gran amiga, un trabajo, y lo mejor de todo es que mis padres, aún meses después de que llegamos a la Ciudad de México, se dieron otra oportunidad, ya que aún se seguían amando.
Actualmente, ellos dos siguen juntos y muy felices, y más enamorados que nunca; tanto así que ahora se encuentran de viaje, algo así como una segunda luna de miel.
—Hola, tío, ¿pasa algo?—le pregunto.
—Sobrina querida, necesito que vengas al bar esta noche —responde
—¿Esta noche? Pero, tío, es mi día de descanso —le recuerdo.
—Lo sé, lo sé. Pero Norma se enfermó y no puede venir a trabajar. Estoy corto de personal —me explica, para luego agregar—Por favor, sobrina, ayúdame. Sabes cómo se llena el bar los sábados. Mira, si me echas la mano, te pagaré un poco más y mañana te daré el día libre.
Lo pienso por unos momentos, para luego decir:
—Está bien, tío, estaré ahí en media hora —le respondo.
—Muchas gracias, sobrina. Sabía que podía contar contigo. Bueno, te dejo —responde, para luego colgar.
Ni modo, otro día terminaré de ver mi drama coreano.
Apago el televisor y subo a mi habitación. Al entrar, voy directo al baño, me doy una ducha rápida, y después salgo envuelta en una toalla. Me pongo mi ropa interior, y luego me pongo lo primero que encuentro en mi armario, que es una blusa de tirantes color blanca y unos pantalones negros.
Me maquillo un poco; acto seguido, seco mi cabello con la secadora, y luego me lo ato en una coleta alta, y por último, me pongo mis tenis y salgo de mi habitación, no sin antes tomar mi bolso.
Llego al bar exactamente a las 6:30 de la tarde; aún es temprano, y en el lugar ya hay un buen número de personas. El bar de mi tío es muy concurrido, pero solo los viernes y sábados son los días en los que más gente viene.
—Gracias por venir, sobrina. Te lo agradezco mucho —dice mi tío con una sonrisa en cuanto me ve.
Asiento con la cabeza, para después ponerme el delantal y comenzar a trabajar, atendiendo a los clientes, los cuales, la mayoría de ellos, son hombres. Algunos son respetuosos, pero otros casi me desnudan con la mirada y me dicen uno que otro piropo, pero gracias al cielo, de ahí no pasa.
No soy la chica más guapa del mundo, pero durante estos años, físicamente, he cambiado bastante. Dejé de ser esa chica delgada y plana que tenía el rostro cubierto de acné y usaba unas enormes gafas, y me transformé en una hermosa chica de 19 años. Mis senos crecieron,
Ya no estoy tan delgada como antes, el acné, como por arte de magia, desapareció de mi rostro, dejé de usar gafas y me puse lentillas, y por último, comencé a vestirme mejor.Ahora, cuando me miro en el espejo, veo a una mujer hermosa y segura. Mi transformación no solo fue física, sino también emocional. Me convertí en una persona más fuerte y segura de mí misma.
La noche avanza y el bar se llena de gente. Me muevo con rapidez y eficiencia, sirviendo bebidas con una sonrisa en mi rostro, hasta que mi celular suena en mi bolsillo. Lo saco y veo que es una llamada de mi madre. Dejo a un lado la bandeja y me meto en los baños, en donde la música casi no se escucha. Ya adentro, le respondo la llamada a mi madre.
Diez minutos después, salgo de los baños de mujeres y regreso a atender a los clientes. Subo al segundo piso, en donde está la zona VIP. Me acerco a una de las mesas, en donde se encuentran sentadas dos chicas, las cuales las dos son rubias, y un chico moreno, los tres alrededor de mi edad.
Tomo su orden para después bajar por las bebidas que me han pedido. Cuando tengo en la bandeja los cócteles que pidieron las dos chicas y la botella de whisky y los dos vasos que pidió el chico moreno, nuevamente subo al segundo piso.
Camino hacia la mesa, en donde veo que hay otro chico, el cual se estaba besando con una de las rubias; supongo que era para el otro vaso.
—Aquí están sus bebidas —les digo con una sonrisa amable, poniendo las bebidas en la mesa.
Pero justo cuando estoy colocando la última bebida en la mesa, escucho esa voz que no he podido sacar de mi cabeza. Levanto la mirada y mis ojos se encuentran con esos ojos azules que tanto odiaba. Los recuerdos de las burlas, los insultos y las humillaciones vuelven a mi mente.
Palidezco en seguida y la sonrisa desaparece de mi rostro. Marcos se me queda mirando fijamente como intentando reconocerme y entonces Comienzo a temblar y, sin decir ninguna palabra, me doy la media vuelta y bajo del segundo piso con los ojos llorosos. Corro hacia los baños, cerrando la puerta detrás de mí, presiono mi espalda contra la puerta y las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.
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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO Y NO SE OLVIDEN DE COMENTAR Y VOTAR, DÉJENME SABER SI LES ESTA GUSTANDO LA HISTORIA❤ GRACIAS POR LEER.
PD:Actualizaré hasta que el capítulo llegue a 50 Votos y 15 comentarios
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CRUEL OBSESIÓN
Mystery / Thriller-Por favor... déjame ir-suplico sollozando. - No, Daniela, a partir de hoy tú me perteneces, tu vida me pertenece y cada parte de tu cuerpo me pertenece- soltó, y mi corazón se detuvo al escuchar sus palabras. ****** Mi nombre...