(T1)Capítulo 23 - Bill, Simon y Marcy... Parte final

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La mañana llegó con el cielo despejado y el sol apenas asomando entre las copas de los árboles y edificios...

Una brisa fresca soplaba suavemente a través del claro, pero en contraste, el aire alrededor estaba impregnado de un olor peculiar, aunque sorprendentemente agradable...

Era un aroma que combinaba lo rústico y salvaje con algo mucho más mundano. Bill, quien había dormido poco y se había quedado junto al fuego durante gran parte de la noche, se despertó primero, levantándose lentamente mientras se estiraba

El suave crujir de la tierra bajo sus botas marcaba el inicio del nuevo día...

Simon, aún un poco aturdido, abrió los ojos con una lentitud que solo el agotamiento acumulado podía justificar

Sus movimientos eran torpes, pero al igual que Bill, fue recibido por ese aroma que parecía invitarles a dejar las preocupaciones a un lado, al menos por un momento

Hmm... -murmuró Simon, frotándose los ojos mientras miraba hacia el improvisado fogón- ¿Qué es ese olor?

Bill se rascó la cabeza, aún medio dormido, mientras caminaba hacia donde estaba el origen del aroma. Fue entonces cuando ambos amigos se dieron cuenta de la escena que tenían frente a ellos...

Allí, en el centro del claro, junto al fuego que ahora humeaba apenas, Marceline se encontraba de pie, tosiendo levemente, con su pequeña figura envuelta en su saco para dormir

Frente a ella, servidos en un viejo casco oxidado, se encontraban las vísceras del venado que Bill había cazado el día anterior...

Buenos dias, prepare el desayuno... -anunció Marceline con una voz tímida y algo áspera por la tos, sus mejillas ligeramente sonrojadas tanto por el esfuerzo como por la fiebre que aún la aquejaba

Bill no pudo evitar sonreír. Era un gesto tan inusualmente dulce, considerando la naturaleza de la comida, que le resultó entrañable

¡Vaya, Marceline! -dijo con una risa suave mientras se acercaba- Esto es... bueno, algo diferente... -Se agachó un poco, apoyando una mano en su rodilla mientras observaba el casco lleno de vísceras

Los ojos de Marceline brillaban con una mezcla de orgullo y timidez, y al ver la expresión de Bill, no pudo evitar que su rubor se intensificara

L-Lo hice yo solita...~ -murmuró Marceline, bajando la mirada por un instante, claramente algo avergonzada

¡Y lo hiciste genial! -Bill le sonrió ampliamente, dándole una pequeña palmada en la espalda- Agradezco el gesto, de verdad

La risa de Bill resonó con un tono jovial y cálido, y Marceline, aún sin levantar del todo la cabeza, sonrió un poco, aunque su rubor se mantuvo

Simon, que había estado observando la escena con una sonrisa leve, aprovechó el momento para acercarse y arrodillarse a la altura de la niña...

Su semblante, aunque más relajado que la noche anterior, se tensó ligeramente cuando puso la mano en la frente de Marceline

Estás peor... -murmuró para sí mismo, apenas lo suficientemente alto para que Bill lo escuchara. Marceline tosió una vez más, pero antes de que pudiera preocuparse por lo que Simon hacía, él cambió rápidamente de tono- Pero no te preocupes, Marcy, Bill y yo vamos a buscar algo que te hará sentir mucho mejor... ¿Te gusta la sopa de pollo?

Marceline, que seguía tosiendo de vez en cuando, inclinó la cabeza curiosa, mirando a Simon con sus grandes ojos rojos. No parecía convencida

¿Sopa de pollo? -preguntó con una mezcla de escepticismo e inocencia- Nunca la he probado...

Hora de aventura; "En busca de un corazon"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora