CHAPTER THREE

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ISABELLA DESCANSÓ MÁS de la cuenta, y al abrir los ojos notó que la habitación estaba vacía. Rápidamente, se preparó para el día: se dio una ducha rápida, se maquilló con sutileza, y se vistió con un suéter blanco de cuello barco y jeans claros que resaltaban su dulzura y autenticidad. Se perfumó con su característico aroma de vainilla y, ya lista, salió de la habitación.


Al llegar al comedor, se cruzó con Romeo, quien parecía inquieto y ansioso por marcharse.

-¿Todo bien, Romeo? -preguntó, pero él no respondió y continuó su escapada apresurada.

Un poco desconcertada, Isabella entró en el comedor, donde encontró a Rey y Única riendo de manera sospechosa. Al notar la presencia de Isabella, Juan, que estaba cómodamente recostado con su brazo alrededor de la silla de Única, se enderezó de inmediato y retiró el brazo, claramente queriendo captar su atención. Única, al verlo cambiar de actitud, lo miró confundida; luego, al seguir la dirección de su mirada hacia Isabella, comprendió y le lanzó una mirada cargada de desdén.

Isabella decidió ignorar la escena y fue a prepararse el desayuno. Eligió un plato de yogur griego con frutas y granola, y mientras se servía un vaso de jugo, sintió la presencia de Juan acercándose.

-Hola, buenos días, ¿no? Ayer dormimos juntos, ¿o qué? -comentó con tono sarcástico.

-¿Qué le hicieron a Romeo? -preguntó Isabella, sin molestarse en mirarlo.

-Nada grave, solo una broma -se excusó Juan, con un gesto de despreocupación. Isabella bufó, visiblemente decepcionada.

-De noche sos una persona y de día otra. Disculpame, prefiero desayunar en paz -respondió ella con frialdad antes de girarse y dejarlo atrás.

Sin querer permanecer en un ambiente tan cargado, decidió llevar su desayuno al muelle, donde podría disfrutarlo tranquilamente.

Mientras ella se alejaba, Única miró a Juan y comentó con tono desdeñoso:

-¿No te cansas de correr atrás de esa bailarina mediocre?

-No te metas -replicó Juan, tratando de esconder la molestia que comenzaba a reflejarse en su rostro.

Bella desayunaba sumida en sus pensamientos, intentando descifrar a Juan. No lograba comprender por qué con los demás se mostraba tan frívolo, mientras que con ella era una persona completamente distinta. Decidió, sin embargo, no dejar que esos pensamientos le arruinaran el humor. Sabía que tenía un gran día por delante.

Al llegar al Hangar, notó el ambiente dividido en grupos; nuevamente, Única y Rey reían, pero al verla, sus rostros cambiaron visiblemente. Ignorando esas miradas, Bella se acercó al grupo de Merlín, Mei, y otros compañeros.

-¡Hola, chicos! Buen día -saludó, dándoles un beso en el cachete uno por uno.

-¿Vos sos Isabella? -preguntó Merlín, y ella asintió- Un gusto. Soy Merlín.

-Encantada, tu presentación me encantó -le respondió ella con una sonrisa, mientras ambos estrechaban sus manos.

Desde el otro extremo del salón, Rey observaba la escena con una mezcla de enojo y celos que no podía reprimir, sintiéndose molesto al ver a Bella interactuar tan cómodamente con Merlín.

𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐘𝐎𝐔. 𝑟𝑒𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora