—El jefe te está esperando. Buena suerte.
Lee Felix le dio a la secretaria una leve sonrisa antes de abrir la puerta y entrar. Había muy pocas cosas que a Felix le disgustaran tanto como que lo llamaran a la oficina de su jefe. Como jefe de departamento, lo veía con más frecuencia que algún empleado promedio, pero ser llamado inesperadamente a la oficina de Lee Minho nunca fue una buena señal.
Para su fortuna, no había sucedido tan a menudo en los años que había trabajado para la empresa. Felix se detuvo, su rostro cuidadosamente transformado en una máscara de amabilidad y atención mientras Minho lo miraba desde el otro lado del escritorio.
—Siéntate —ordenó Minho.
Felix no tomó el tono personalmente. Los modales bruscos y duros de Minho eran bastante legendarios. El vicepresidente del Bang Group no era un hombre de charlas triviales. Felix obedeció y se sentó en una de las sillas.
— ¿Me llamó, señor?
Minho era solo un año mayor que él, treinta y tres, pero su sola presencia parecía demandar respeto, por lo que no era tan desagradable ni incómodo tener que dirigirse a él como señor. Felix conocía a hombres que le doblaban la edad y se dirigían a Minho de esa manera. Su jefe lo miró por un momento, sus ojos cafés bastante desconcertantes, si Felix fuera propenso a sentirse nervioso definitivamente lo habría hecho.
—Necesito tu ayuda.
Felix parpadeó. Hasta ahora, había estado seguro de que esas palabras no estaban incluidas en el vocabulario de su jefe.
—Desde luego. ¿Cómo le puedo ayudar?
Minho cruzó las manos sobre el escritorio, su expresión aguda y evaluadora. Encontrando su mirada con calma, Felix se mantuvo quieto mientras el silencio se extendía. Reacio a dejar que Minho lo intimidara.
—Es posible que hayas oído hablar del incidente que me sucedió hace tres días—, habló Minho por fin. Felix enarcó las cejas. ¿Incidente? ¿Eso era lo que Minho llamaba un intento de asesinato? Toda la compañía había estado llena de especulaciones desde que alguien le disparó a Minho.
La bala sólo le rozó la cabeza y aún así había mucha sangre. Sin embargo, Minho volvió al trabajo al día siguiente como si nada hubiera pasado. El hombre realmente era un adicto al trabajo o estaba loco.
—Lo oí—, afirmó Felix secamente. No creía que hubiera nadie en Tokyo que no hubiera oído hablar de él.
Minho era uno de los empresarios más exitosos de la ciudad. No ayudó que se rumoreara que tenía vínculos familiares con la mafia Japonesa, el rumor que había estado circulando durante años y que volvía a ser un tema candente.
—Lo que no sabes es que fue el tercer atentado contra mi vida este mes— explicó Minho, su tono suave, como si estuviera hablando del clima. ¿Tercero? Minho se pellizcó el puente de la nariz y se reclinó en su silla.
—Hay más —dijo con evidente desgana—. Hubo un intento de secuestro a Jisung.
Felix frunció el ceño. No era secreto para nadie en la empresa que Han Jisung era la pareja de Minho. Había sido tema de muchos chismes el año pasado. Aunque la confraternización en la empresa estaba mal vista, no estaba prohibida siempre que no fuera dentro del mismo departamento.
La gente todavía chismeaba, por supuesto. Mucha gente no estuvo de acuerdo, considerando que Jisung había sido asistente personal de Minho antes de que lo transfirieran al departamento de Felix para trabajar como diseñador de videojuegos.
Personalmente, a Felix le importaba una mierda. Jisung era un buen desarrollador y hacía su trabajo. A Felix no le importaba si Jisung chupaba la polla de su jefe en sus ratos libres. Pero aparentemente a algunas personas les importaba, lo suficiente como para intentar secuestrarlo.
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S.P.O - Serie C.H #13 (Impasible) - Hyunlix.
FanfictionLee Felix no se asusta fácilmente. Cuando su jefe le pide que le acompañe a Japón a una boda familiar, Felix acepta. Recibirá un buen pago por las molestias. Pero hay una trampa. Varias trampas. Está allí como cebo: Felix tiene que hacerse pasar por...