Capítulo 7

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Después de unas semanas, su mejilla estaba enrojecida, muy roja debido a las bofetadas recibidas con frecuencia en esas últimas semanas. Su hermana lo estaba curando actualmente, había rechazado la ayuda de su criada y maesters, Helaena lo curaba pero no podría hacer más

—Deberías permitir a un maester que te viese —

Puso un pañuelo frío en la mejilla del otro

—No quiero verlos, informarán a madre o a padre —

Se quejó de dolor al sentir el pañuelo

—Padre talvez se preocupe —

Explicó

—Me preguntará si he estado jugando a los traicioneros con Aemond —

La ironía se hizo presente

—¿Quieres vino? —

Lo miró dejando el pañuelo en el cubo que estaba en el suelo y se acercó a la mesa

—¿Qué?¿Por qué me miras así? —

Aegon se quedó en silencio un rato, Helaena fruncía el ceño molesta, ¿Que tenía de malo ser amable?

—Es la primera vez que propones servirme vino sin que madre te fuerce —

Explicó mirando a la ventana

—Estoy tratando de ser amable, mamá me quitó a mis amigos y no pienso tejer todo el día como una niña sin vida —

Aegon asintió, con amigos se refería a los insectos con los que ella jugaba y cuidaba, al aparecer Alicent había tirado o matado a todos

Aegon asintió, con amigos se refería a los insectos con los que ella jugaba y cuidaba, al aparecer Alicent había tirado o matado a todos

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Suspiró en silencio, tratando de que no hacer tanto ruido, sus piernas temblaban ligeramente. Sabía claramente que no debería hacer eso y menos cuando su esposo estaba de viaje y la esposa del otro en el lecho enfermo

—Daemon creo que deberíamos parar —

Suspiró inclinando su cabeza hacia atrás, su tío sonrió contra su cuello y la acomodó bien para abrir más el coño de su sobrina y profundizar la penetración

—...Daemon.... —

Se mordió el labio inferior

— Shhh, no queremos que nos atrapen —

La besó el cuello y siguió penetrándola, los movimientos sutiles y silenciosos, arqueó la espalda al sentir como el líquido caliente y seminal en su interior. Ambos se mantuvieron quietos un rato tratando de recuperar el aliento. Escucharon pasos por lo que se asomaron a ver a los dos príncipes mayores, hijos de Alicent a paso apresurado hacia las puertas del castillo

—¡Aegon, mamá se va a molestar! —

Trató de alcanzar el paso de su hermano mayor

—¡Me da igual!

Adelantó el paso desinteresado

—¡Lleva así semanas! Ayuda a Helaena, está triste —

Se paró a verlo, su mejilla se veía mejor que antes, ya no estaba tan rojiza, pero seguía levemente visible

—Mamá no me deja estar cerca de ella —

Miró a su hermano con el ceño fruncido

—Ve con Daeron, madre no te impedirá estar cerca de él —

Se volteó y se fue, dejando a Aemond solo en aquel pasillo, que suspiró y volvió por donde vino

—Va al callejón de Seda ¿verdad? —

Rhaenyra se bajó de la polla de su tío y arregló su vestido

—Lo más probable es que sí —

La ato el corsé y besó su cuello

—Cuídate sobrina —

Sin más se fue, Rhaenyra lo observó en silencio antes de irse ella también, en busca de sus hijos

Sin más se fue, Rhaenyra lo observó en silencio antes de irse ella también, en busca de sus hijos

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—¡Dracarys! —

Ordenó viendo como las flamas incendiaban el cuerpo de su esposa. Se había informado que Laena Velaryon había fallecido, poco después de sufrir un aborto.

Daemon tenía a sus hijas a ambos lados de él, bajo su túnica; Rhaenyra miraba a Daemon mientras sus hijos estaban Laenor, quien les explicaba de manera superficial que sucedía. Aegon cargaba a Daeron, parado junto a Aemond mientras Helaena le daba sus condolencias a su tía Rhaenys.

—Gracias tesoro —

Rhaenys la quiso abrazar pero Helaena se alejó por precaución

—¿Sigues teniendo miedo al contacto físico? —

Sonrió levemente, Helaena asintió, pero le dió la mano para un leve estrechón.

Toda la tarde fue callada y nublada, Laenor tenía que volver a Villaespecia, pero quería asegurarse de que sus padres estuvieran bien mientras él no estaba.

—Supongo que es doloroso perder a alguien con quién te llevabas bien —

Rhaenyra volteó a ver a Alicent, quien estaba en un vestido verde oscuro, aún cuando se pidió negro en la vestimenta

—No vas de acorde a las peticiones dadas —

Volvió a mirar al frente

—El negro no me sienta bien, esto es lo más cercano que tenía —

Siguió la mirada de la otra

—Deberías mirar en tu ropero, aseguro habrá más vestidos que no porten el verde —

Habló con molestia

—No pienso vestirme de tu madre —

Espetó molesta

—Manten esa lengua filada caliente, no queremos que se enfríe y se llegue a cortar —

La miró de reojo, tratando de mantener una expresión serena

—Yo sea usted y no dejo amenazas al aire en el funeral de una serpiente marina —

Rhaenyra se alejó de ella antes de poder permitirse cambiar de humor, allí, en el funeral de su amiga, la esposa de su tío y su prima

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