~ Perspectiva de Juliette ~
Esa noche, después de nuestra charla en la cafetería, me costó conciliar el sueño. Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Emma aparecía en mi mente. Sus palabras, su mirada sincera, su sonrisa… No podía ignorar la calidez que me hacía sentir. Pero junto a esa calidez, algo más comenzaba a revolverse en mi interior: una duda, una pregunta que hasta entonces no me había permitido formular.
Apagué la luz, me recosté y cerré los ojos, intentando calmar mi mente. Sabía que no debía darle tantas vueltas, que quizás todo esto no era más que una simple conexión de amistad… pero no era solo eso. Había algo más, algo que me hacía cuestionarme en un nivel profundo, algo que nunca había sentido por otra persona, y menos aún por una mujer.
Hoy, mientras charlaba con sus compañeros, noté cómo una de sus amigas le lanzó una mirada que me pareció... ¿coqueta? Algo se removió dentro de mí, una incomodidad que no esperaba. Me descubrí queriendo acercarme, interrumpir, decirle a esa chica que volviera a su asiento. Pero, ¿por qué? ¿Por qué me afecta tanto verla rodeada de otras personas? Emma no es más que una estudiante, alguien a quien debería ver con la misma distancia que a los demás. Sin embargo, cuando habla, siento la necesidad de entender cada palabra, de sumergirme en cada gesto.
La confusión me invade. Tengo a alguien en casa, alguien que confía en mí, y sé que no debería estar sintiendo esto. Pero cuando Emma sonríe, hay algo que me hace olvidar lo que es "correcto". Me esfuerzo por recordar que soy su profesora y que hay límites que no debo cruzar, pero cada día siento que esa línea se vuelve más borrosa.
Los celos no son más que un recordatorio de lo que debo evitar, aunque el deseo de protegerla, de tener su atención exclusivamente para mí, me consume de una forma que jamás pensé experimentar.
Pasaron los días, y cada vez se hacía más difícil disimular. Intentaba ignorar esa sensación que me atravesaba cada vez que alguien se acercaba a ella, pero cada mirada que compartíamos, cada pregunta que me hacía en clase, me recordaba lo frágil que era esa distancia que intentaba mantener.Después de la última clase, ella se acercó al escritorio con su habitual sonrisa, preguntándome algo sobre un proyecto. Era solo una pregunta, una simple consulta, pero sentí que el tiempo se detenía. Mi corazón latía fuerte, casi incómodamente, y mi voz tembló al responderle. Me odié por eso. Odié la manera en que perdía el control con ella cerca.
—Gracias, Juliette —dijo, como si fuéramos amigas, como si fuera normal dirigirse a mí sin formalidades. Me congelé, sin saber si debería corregirla, pero tampoco quería arruinar el momento.
Cuando salió del aula, me quedé observando la puerta cerrarse, sintiéndome más perdida que nunca. ¿Qué estaba pasando conmigo? No podía permitir que esto continuara. Esa noche, mientras estaba en casa con mi novio, intenté concentrarme en su conversación, en su risa, en todo lo que siempre había querido en una relación estable y segura. Pero por dentro solo me sentía vacía, como si algo faltara.
Decidí que al día siguiente pondría fin a mi debilidad. Sería firme, mantendría la distancia. Emma es solo una estudiante, me repetí. No hay nada más, y no puede haberlo.
A la mañana siguiente, me preparé para ser firme. Me repetí frente al espejo que hoy sería diferente, que no dejaría que las miradas o los gestos me afectaran. Sin embargo, todo se vino abajo al verla entrar en el aula, con esa energía tan suya, esa luz que hacía que la sala pareciera distinta. Traté de apartar la vista, de enfocarme en las lecciones y en los demás estudiantes, pero cada vez que alguien se acercaba a hablarle, el mismo sentimiento me atravesaba como una aguja fina y profunda.
Cuando sonó el timbre que marcaba el final de la clase, estaba lista para salir antes de que ella pudiera acercarse, pero sentí su mano en mi brazo.
—Juliette... ¿tienes un momento? —preguntó en voz baja, mirándome con esos ojos que parecían escudriñarlo todo.
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Amor de Primavera
Teen FictionDespués del primer amor, llega el verdadero amor. Emma después de mudarse había perdido la esperanza de poder iniciar una nueva vida, sin embargo una persona sin autorización previa entra en su vida para enseñarle que todo puede mejorar.