- ¿Quién es ese?- preguntaba un chico alto sacando su cigarrillo del bolsillo de su chaqueta de uniforme.
- Es el nuevo becado.- le contestaba una chica de pelo rosado sentada en el banco, encendiéndose el suyo.
- ¡Carne fresca!- canturreaba otro chico corpulento que se apoyaba en el tronco de un árbol con los ojos ya colorados.
- No lo he visto entrar esta mañana, espero que no le estén protegiendo, si no, no es divertido...- el chico alto e intimidante por fin daba una calaba siguiendo al nuevo con la mirada desde lo lejos.
- No me extrañaría. El pasado becado no duró ni tres meses.- la chica rio.
- Se merece una buena bienvenida. ¡Hagámosle una visita y batamos el récord!- el regordete se puso en marcha.
- ¿Y tenemos que ir en el descanso?- se quejaba la chica de mala gana.
- Contra más temprano hablemos con él, antes sabrá dónde es su lugar. Además, se le ve perdido, nuestro deber es ayudarle.- sonrió el alto y pelinegro, se empezaba a mover.- ¿Vienes, Ken?
La otra chica que se sentaba en el banco levantó la cabeza de la libreta por fin. Había estado todo el rato haciendo oídos sordos de las idioteces que sus amigos soltaban por sus hocicos y como siempre, se sentaba en un rincón de ese mismo banco en el jardín del instituto, con sus piernas entrelazadas y trazando líneas en su cuaderno de bocetos. Su pelo era pelo era azul muy oscuro, casi negro, un poco ondulado, cortado a capas algo salvaje pero muy bien cuidado y brillante. Su piel era blanca, un poco fantasmal y sus ojos grandes de un color morado profundo como un abismo. Era alguien callado peto imponente, con sus rasgos de muñeca de porcelana igualmente tenía un cuerpo ancho. No estaba gorda ni delgada, simplemente musculosa, pero lo sabía esconder bien bajo sus prendas a veces más grande de lo normal.
- ¡Venga! ¡Sin ti no podemos hacer nada!- se quejaba el maníaco fumado.
- Tiene razón, contigo siempre tenemos las de ganar.- el alto la miraba con deseo, no romántico u erótico, sino de poder.
- De acuerdo.- cerró su cuaderno y metió el lápiz entre las anillas de éste.
Había dejado el boceto de un dragón europeo a medio hacer, un dibujo que no terminaría nunca, ya que como siempre le pasaba, si le cortaban la concentración, no volvería nunca a seguir esos trazos de la misma manera. "Otro diseño desperdiciado" pensaba mientras seguía a su grupo para salir de entre los árboles.
Aquello era su territorio y al salir de él, el campus del instituto estaba más animado en ese receso del día. Era una institución de educación privada, la mejor del sur de Inglaterra, donde los hijos de los presentes dueños de la nación se reunían para hacer de todo menos estudiar. Total, ya tenían sus vidas y las de sus futuras generaciones totalmente resueltas. La dirección estaba apuntada a decenas de organizaciones benéficas para ganarse un poco de empatía de los más vulnerables y aunque todo fuera una falsa, cada año se convocaba un becado que tendría plenitud de derecho de asistir a ese instituto por un curso. Una oportunidad que la mayoría desaprovechaba al no poder aguantar tanto tiempo bajo las redes de aquellos pequeños psicópatas engreídos. Y aquel día de recién entrado el otoño, había llegado la nueva presa, la nueva marioneta.
El chico de piel negra y pelo raro intentaba preguntar a varios grupos por indicaciones en aquel grandioso complejo, pero la mayoría le ignoraba o huía nada más se acercaba con su cara confundida. Cuando rascando du cabeza y mirando el mapa de aquello se iba a dar por vencido e ir a preguntar a algún profesor, sintió una presencia acercarse.
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ATLAS: SKYFALL (Rin Itoshi × OC) [Blue Lock]
Fanfiction"Este club significa lo contrario de lo que muchos piensan que significa. No sujetamos el cielo porque si se cayera fuera una amenaza, lo sujetamos porque todo el mundo está destinado a marcar una diferencia entre el paraíso y el infierno. El esfuer...