- Mamma mía... Es más grande que la Capilla Sixtina.- Andrea veía el gran edificio por la ventana del autobús a medida que se acercaban.
- No exageres, Andrea.- decía la rubia desde el asiento de detrás.
- Yo nunca exagero, preciosa.- la miró entre los asientos de forma pícara y se llevó un manotazo de Aby que se sentaba al lado de Mika.
- Sí que es grande.- aseguraba la capitana quitándose un auricular.
Se le había acabado la batería de su móvil desde que salieron del aeropuerto y compartía un audífono de su compañero de asiento que sólo escuchaba música depresiva y miraba por la ventana apoyando su cabeza en el cristal. Owen no había dirigido la palabra a nadie durante todo el trayecto, doce horas de avión desde Londres a Tokio, haciendo escala en Ámsterdam y Shanghái, la casi una hora de taxi hasta la parada de buses y casi otras dos hasta llegar a las instalaciones de Blue Lock. Seguía enfadado por esa elección a la que había sido arrastrado a participar, todo el mundo sabía que debía de haber otra razón a parte de la de dejar su rollo en Inglaterra, pero lo conocían suficiente como para ni siquiera intentar en sonsacarle información, lo soltaría en un par de días él solito.
Por el camino se habían unido más autobuses de la organización, el resto de clubes estaban allí y pronto se verían las caras. Aparcaron fuera y fueron saliendo para buscar sus maletas abajo. El frío invernal les pegó una bofetada y el hielo del suelo hizo que Kepa casi se comiera el asfalto como bienvenida a la tierra nipona. Había nevado días antes y ahora sólo quedaba nieve dura y hielo sucio. Los ingleses estaban acostumbrados al frío húmedo y a las tormentas, a la lluvia fría y a la niebla, pero la nieve era algo también raro. Aby y Jay fueron listos y sacaron sus botas de tacos de las mochilas y se cambiaron para poder caminar medianamente bien, los demás se sujetaban entre ellos y patinaban como podían.
- No sé por qué nos han dejado en nuestro estrato si inmediatamente después nos mandan a una reunión al otro lado del edificio.- Aby empezaba a cabrearse.
Los ayudantes habían agarrado las maletas y se habían adentrado en el estrato de Inglaterra pero el resto del club caminaba fuera, rodeando aquel edificio gigantesco que no parecía tener fin. La fachada, si es que tenía alguna, ya que era un pentágono perfecto, era muy alta, sin ventanas, entera de hormigón gris sin pintar. Cualquiera pensaría que entre su estética y su posición entre las montañas, era una cárcel para los más peligrosos criminales, pero a partir de ese día sería un gran hotel para los futbolistas más importantes del momento y al parecer del futuro cercano.
Pronto se juntaron con otro estrato, eran los españoles del Barcelona que andaban en la misma dirección pero iban más lento, parecían perdidos. Algunos se saludaron, otros simplemente observaron callados. Las únicas mujeres que había en ese club eran preparadoras o fisios, así que miraban extrañadas a tantas chicas del club inglés. Mika se encargó de saludar a cada miembro del club español, pero la capitana sólo fue a por el capitán, ya que tenía práctica con brasileños. No tuvo una conversación muy larga con ese excéntrico muchacho, se le notaba que justo se había despertado de una larga siesta. La rubia volvió después de su presentación y por su cara, no le había gustado ninguno.
- Mira, esos son los italianos.- Andrea señaló a un grupo que andaba delante de ellos.
- ¿Cómo lo sabes?- preguntó Kepa.
- Porque andan a saltitos.
- Pues tú no andas así.
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ATLAS: SKYFALL (Rin Itoshi × OC) [Blue Lock]
Fanfiction"Este club significa lo contrario de lo que muchos piensan que significa. No sujetamos el cielo porque si se cayera fuera una amenaza, lo sujetamos porque todo el mundo está destinado a marcar una diferencia entre el paraíso y el infierno. El esfuer...