Amor En La Bahia (Tom x Jake)

Capitulo 10: "Torrente de pensamientos y posibilidades"

"Advertencia: Este capítulo contiene contenido de tensión romántica y descripciones de cercanía física entre los personajes."

/no darle mucho cariño a Tom, sino se pone loco 🫤

Normal PoV

Las cosas pueden ser maravillosas si estas con las personas que quieres o sientes especiales hacia ti. Y eso le pasaba a Jake que amoroso como siempre era, mimaba y consentía mucho a Tom, ya sea trayéndole más comida o dándole algunos dulces qué compraba. Esto era agradecido con varias muestras de afecto por el pelinegro qué contento iba a abrazarlo, aunque eso significará dejar el olor salado en las ropas del humano.

- Ugh! ¿Pueden ser melosos en otro lado? Me están empezando a incomodar. -bufaba molesta la sirena viendo como los dos chicos andaban de cariñosos enfrente suyo y del menor.

- No le hagas caso, solo esta celosa porque somos "movios" verdad Jake? -orgulloso de si hablo el pelinegro.

- Jaja, pero Tom se dice novios. -corrigió dulcemente el humano, aún con la cabeza de Tom entre sus piernas.- Además ya me tengo que ir... hoy me toca trabajar.

Y así el joven de cabellos azules, se levantó de la arena dejando a los 3 tritones en el agua despidiéndose de él.

- Vez ya lo espantaste! Todo porque eres envidiosa de que tenga 'novio'. -burlesco hablo el mayor a la sirena.

- Ja, si claro, cuando sepas que significa eso me comeré mi propia cola.

- Hey! Tu tampoco sabes que significa.

- Pero te aseguro que si lo entendería antes que tu. ¡Hasta el pequeño podría hacerlo! -dijo la pelinaranja señalando al triton naranja qué había quedado atrapado en esa tonta discusión.

Mientras que con Jake, este estaba pedaleando a toda velocidad en su bicicleta. Aún su día no acababa tenia que llegar a su casa, lavar lo que había llevado a la playa, darse una ducha y finalmente llegar a su trabajo en la cafetería. Es una rutina muy pesada pero al parecer Jake no deja nunca esa sonrisa en su rostro.

Amaba esa sensación de volver a sentirse querido y al parecer era contagioso pues Miriam también lo sentía así, trayendo más clientes a causa de este buen ánimo. Varios de estos notaban este ambiente y lo acompañaban junto a un delicioso café o postre de buena calidad.

- Jake, hoy estás... radiante -comentó una de las clientas frecuentes, sonriendo mientras recibía su pedido.

- ¿De verdad? Creo que es el agua de mar -bromeó Jake, riendo con suavidad- Algo tiene ese lugar que me hace bien.

Sin embargo, mientras atendía a las mesas, una en particular pidió que fuera él quien los atendiera. Con su buena actitud habitual, Jake se acercó, hasta que sus pasos se detuvieron al ver quién estaba sentado allí. Frente a él estaba su hermano mayor, Shawn, con su habitual elegancia, vistiendo un traje oscuro que contrastaba con el ambiente relajado del café.

Shawn levantó la vista, y una sonrisa suave se dibujó en su rostro al ver a Jake.

- Jake. Tanto tiempo -dijo con voz cálida, aunque contenida- Te extrañe hermanito.

Jake sintió que su garganta se cerraba. No veía a Shawn hacía casi dos años. Desde aquella noche en que su ex decidió terminar con su vida, la familia de Jake había cambiado radicalmente, dejándolo en una situación de incomprensión y dolor. Solo Shawn, de forma indirecta, había intentado ayudarlo económicamente, aunque su relación no había sido cercana.

- Shawn... -Jake murmuró, con una mezcla de incomodidad y sorpresa- ¿Qué haces aquí?

Shawn sonrió, pero había algo melancólico en sus ojos.