»»----- Nueve -----««

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—¡No entiendo! —Estudiar es divertido, siempre y cuando tengas a alguien que te ayude. En este caso, ciencias es perfecto, preciso y me encanta… Pero la maestra Elizabeth (alias la bruja) hace que se vaya todo lo divertido. ¿Lo peor? Cree que, por ella entender un concepto y lograr hacerlo más difícil es mejor maestra… Si así fuera todos seríamos buenos maestros. Cuando puedes hacer que algo complejo sea fácil de entender es que entiendes bien el tema y eres buen maestro.

Recogí mis cosas, un par de hojas, el libro y salí de mi habitación por unos plumones que guardamos para proyectos. Me dirigí al cuarto de Dalila. Al abrir la puerta pude verla rodeada de hojas, el cuaderno, libro lleno de marca textos y su cabello revuelto probablemente por la desesperación. Malditos sean los maestros que odian su trabajo.

—Haremos esto, te ayudaré a estudiar para el examen, si me ayudas con historia —me senté con ella en el suelo y le mostré mis apuntes— Esa maestra no sabe y probablemente jamás sabrá explicar.

—¿Ya te he dicho cuanto te amo? Siempre me ayudas… Tú eres buena en historia, sé que yo soy mejor, pero ¿Para que la ayuda? —No le iba a decir que era porque si estudiaba sola probablemente iba a ponerme a pensar en Asher.

—Me agrada como la describes, es más divertido que solo leerlo. —No era del todo mentira, adoro como explica todo y hace que sea más divertido. Solté un pequeño suspiro y revisé el libro para recordar bien— Será mejor que empecemos, en lo que antes acabemos, más tiempo de revisar al final tendremos.

Estuvimos un par de horas revisando, practicando, usando fórmulas y algunas veces le mostré en físico algunas de las cosas explicadas. Ella tomaba notas y preguntaba sin piedad. No me molesta enseñarle, no miento cuando digo que es divertido, y cuando se hace de la manera correcta, uno puede entender mil veces mejor todo.

Después de un par de horas terminamos. Me estiré y comencé a recoger el desorden que había quedado

—¿En serio era todo tan fácil? —Sorprendentemente, se veía más relajada, y revisaba con facilidad las notas que había tomado— ¿Por qué se me complicó tanto?

—A veces se necesita un poco de contexto para entender algo, si no entiendes lo básico, lo demás será imposible. Y en este caso, la queridísima maestra cree que todos sabemos todo y decidió que era inútil revisar esto… Igualmente puede deberse a los estilos de aprendizaje… Que aquí no aplica.

—Gracias miss Alice —bromeó Dalila— Si fueras maestra apuesto que serías la mejor en este mundo. Es fácil entenderte, y los niños te amarían con tus “dinámicas”.

Y ahí comenzamos a fingir que éramos maestras. Estuvimos bromeando hasta que le llegó un mensaje a Dalila, lo vi por accidente, solo un segundo, pero eso me bastó para descubrirlo.

—¿Desde cuando tienes un ligue? Espera, ¿Cuándo planeabas decírmelo? ¿Quién es? —No me moví de mi lugar, pero Dalila parecía proteger su celular a toda costa.

—Es una chica, es del colegio. La conocí un día que iba por ti. Te estaba esperando y ella llegó de la nada y me pidió mi número. No son más de dos semanas que la conozco, pero es muy agradable. —Se detuvo y solo me quedé mirándola, poco a poco se fue incomodando hasta que al fin me dijo lo demás. Las miradas son poderosas.— No te había dicho porque… Estabas muy concentrada en Asher, ¿Si? Me sentí algo desplazada y no creí que te interesara esto.

Eso fue un golpe directo al corazón. Dalila ha estado para mí siempre, me ha cuidado de varias maneras y me ha ayudado a través de todo. Pero tenía razón, había estado saliendo bastante con Asher, hablaba con él varias horas al día, e inclusive en casa hablaba sobre él. No está mal, es mi novio después de todo, pero no me había dado cuenta que estaba descuidando tanto una amistad tan fuerte como la nuestra.

Entre Música y LetrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora