Cap.9

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Oscar se tambaleaba, sintiendo cada latido de su corazón como un eco lejano. A pesar del dolor y la desesperanza que lo rodeaban, una débil sonrisa se dibujó en su rostro. Con las últimas fuerzas que le quedaban, se dirigió hacia el lugar donde había sido sacrificada Erizo. Esa misma tierra, ahora impregnada de su esencia, parecía llamarlo. -Estoy aquí, Erizo,- murmuró, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

Susie lo observaba, su rostro una máscara de ira y confusión. -¿Qué crees que estás haciendo, Oscar?- preguntó con desprecio. -No puedes cambiar nada. Eres solo un niño que no entiende su lugar en este mundo.-

Pero Oscar no la escuchaba. Se arrodilló en el suelo, sintiendo el frío de la tierra y el eco de los momentos felices que había compartido con Erizo. Se concentró en esos recuerdos, alimentando su espíritu y llenando su corazón de una energía que había creído perdida. Entonces, como un destello en la oscuridad, un recuerdo se hizo presente en su mente.

-¿Siempre estaremos juntos, verdad, Oscar?- la voz de Erizo resonaba con claridad en su mente, como si estuviera allí mismo. -No importa lo que pase, siempre nos tendremos el uno al otro.-

Sí,- había respondido él, con una sonrisa que iluminaba su rostro. -Nada podrá separarnos. Siempre estaremos juntos, incluso en los momentos más oscuros.-

Era un recuerdo tan vívido que lo hizo sonreír, sintiendo la calidez de su presencia, incluso en la distancia. -Te prometo que no te dejaré sola,- dijo, respirando profundo, su voz temblando.

Fue en ese instante, mientras cerraba los ojos y se entregaba a la memoria de su amiga, que Susie decidió actuar. Sin piedad, levantó su mano y, con un grito de furia, lanzó un poderoso ataque directo hacia él. -¡Basta de sentimentalismos!- Acelerándose hacia Oscar, la magia oscura que brotó de su palma era abrumadora.

Oscar sintió la energía acercarse y, en un último acto de resistencia, se giró para enfrentarla. -Erizo, siempre estarás conmigo,- susurró con una sonrisa en sus labios, una chispa de determinación iluminando su mirada.

El ataque impactó de lleno. La fuerza lo cortó a la mitad, de tal manera que la parte de su cintura hacia abajo permaneció de pie, mientras que la parte superior de su torso cayó al suelo. La mirada de frustración y tristeza de Oscar se congeló en el aire, capturando su esencia en el momento que se desvanecía.

 La mirada de frustración y tristeza de Oscar se congeló en el aire, capturando su esencia en el momento que se desvanecía

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(Dibujo que hice).

Con su respiración entrecortada y el mundo comenzando a desvanecerse, sus pensamientos se dirigieron a Erizo. -Perdóname, no he podido salvarte,- pensó, sintiendo que el peso del fracaso lo oprimía. Pero incluso en su agonía, una sensación de paz lo envolvió. -Siempre estarás en mi corazón,- murmuró, su voz apenas un susurro. La frustración se desvaneció, reemplazada por un profundo amor que nunca podría morir.

En su último aliento, una luz brillante comenzó a emanar de su cuerpo. Las memorias de su vida juntos bailaban a su alrededor. Su espíritu se alzaba, dejando atrás el sufrimiento, mientras una sonrisa perduraba en su rostro. La parte inferior de su cuerpo permanecía erguida, pero el recuerdo de Oscar, el niño que nunca se rindió, permanecía.

-Te prometo que siempre estaré contigo, Erizo,- fueron sus últimas palabras, un eco de amor que resonaría en el universo, mientras su luz se unía al resplandor del cielo.

Susie observaba, sorprendida y descompuesta por la imagen de Oscar desvaneciéndose. Aquel niño, a quien había subestimado, había encontrado un propósito incluso en su último aliento...
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Fin del capítulo 9:

¿A Donde Te Fuiste? (Summer Camp Island)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora