What if?

The Miracle

Revolvía los cajones de su antigua habitación en la casa de los de la Reina. Estaba segura de que ahí en alguna parte estaba la blusa que quería ponerse mañana para ir a almorzar con Marta a Toledo.

Terminó de vaciar uno de los cajones sin encontrarla y entonces lo vio al fondo, envuelto en el mismo papel que había comprado ese día. Ahí estaba sonriéndole, casi podía oírlo decir

"Bueno, si me hubieses entregado en ese entonces las cosas quizás serían muy diferentes, pero no por eso si me entregas hoy, va a ser menos bonito"

Lo tomó entre sus manos y le dio la razón, no importaba lo que pudo ser sino lo que se está viviendo hoy.

Igualmente, no pudo evitar preguntarse si de alguna forma inexplicable otra versión de si misma, se había atrevido a entregarle su regalo de cumpleaños ese día junto al sauce.

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No sé qué ni como has hecho, pero lo que sí sé es que has logrado que me dé cuenta de muchas cosas sobre mí misma

Por primera vez me doy cuenta de lo egoísta que soy

Porque no sé si alguien ha podido alguna vez perderse en el calor de tus abrazos y tus manos...en el infinito misterio que son tus ojos...en el irresistible pecado que es tu boca...pero sí sé que quiero ser yo la única que pueda llegar algún día a sumergirse en ellos sin posibilidad alguna de escapar de ahí

"Quieres algo más?"

La voz de Fina la hizo levantar la vista de su libreta y entre su belleza y la pregunta no pudo evitar imaginar un millón de respuestas, ninguna de ellas con un ápice de decencia.

"No, gracias" le dijo para no verbalizar ninguna de esas ideas... pero no pudo evitar sonreírle provocativamente mientras lo decía.

"Pues entonces ya me llevo esto", le respondió Fina mientras sentía el ardor de sus mejillas

"Ya va a ser tu hora de salida no?"

"S-ss-si, ya pronto en unos quince minutos..."

"Entonces te espero... ya estoy muy cansada para ir a Madrid, solo quiero volver a casa"

"No es necesario que te molestes" le dijo, mientras tomaba la bandeja con los platos sucios.

"No es molestia, anda yo te llevo"

Asintió con la cabeza y se dirigió al interior del café para ya ir ordenando sus cosas y limpiar lo último que quedaba sucio por ahí.

Es esto de lo que hablan tanto los poetas?

La siguió con la mirada hasta que se perdió de su vista detrás del mostrador dentro del café.

Creo que si lo es... porque siento morir de solo pensar en nunca ser correspondida en esta locura que solo quiero me envuelva

Ni la libertad me interesa tanto ya si la condena es vivir presa de ti

No podía dejar de escribir. Las hojas se manchaban de tinta a una velocidad vertiginosa, y junto con ella se liberaban todos los anhelos que Marta llevaba ocultos hacía tanto dentro de sí. Porque si bien, escribir sobre Fina había sido liberador, lo había sido no solo respecto a ella, sino también a otros aspectos de su vida. Aspectos que, a pesar de todo, nunca se había atrevido a cuestionar en voz alta.

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El viaje hacia la colonia fue tranquilo y cómodo. Al principio el tan común silencio entre ellas se hizo presente, Fina lo aprovechó para observarla mientras conducía. El viento entraba por la ventana parcialmente abierta para tratar de apalear el calor del verano y sacudía salvajemente los rizos de Marta. Miraba su perfil y cada vez se quedaba con la vista fija en su boca... En un momento Marta tuvo que tomar con fuerza el volante y Fina pudo ver cómo se marcaban los músculos en sus brazos, sintió que se le subían los colores y el calor así que decidió romper el silencio.